El “Archivo Ignacio Núñez Soler” ya es patrimonio nacional

La entrega fue formalizada en un acto oficial del que participaron el ministro Rubén Capdevila -quien agradeció el gesto de los herederos-, Ignacio Soler Blanc, hijo del pintor, y Gonzalo Soler Lluis, bisnieto, quien donó 550 libros de filosofía, psicología, antropología, sociología y materiales del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica de Asunción que pertenecieron a su padre, Óscar Soler Heisecke. Estuvieron también presentes en la ceremonia Ángela Fatecha, directora general de Patrimonio Cultural; Vicente Arrúa, director del Archivo Nacional, y Javier Ortiz, director de la Biblioteca Nacional, además de otros familiares e invitados especiales.

Ignacio Soler Blanc y el ministro Rubén Capdevila. Cortesía

“Hoy estamos muy orgullosos de los avances que alcanzamos y este gesto de una familia tan importante para la historia de la cultura en nuestro país, de donar, para nosotros significa muchísimo; significa que la ciudadanía está confiando en estas instituciones y significa que estamos construyendo esa confiabilidad con la protección de la información y del patrimonio bibliográfico documental”, dijo el secretario nacional de Cultura.

Materiales recibidos por la SNC. Cortesía

En otro pasaje de su discurso, Capdevila señaló que “este conjunto documental nos llevará a profundizar en la colección que tenemos en el Museo Nacional de Bellas Artes y poder, quizás, incluso, contextualizar y publicar algo sobre esa colección que tenemos y que resguardamos bastante bien en nuestra institución”. Asimismo, recordó que en el acervo de la Secretaría Nacional de Cultura se conserva una colección muy importante de Ignacio Núñez Soler.

Óscar Soler Heiseke, nieto del artista, hizo un recuento de la colección de libros y archivos donados. “Estos documentos, de una persona que lo único que hizo fue amar a su patria, serán de utilidad para la cultura del Paraguay”, dijo,  mencionando que, si bien el 13 de octubre se cumplieron 38 años del fallecimiento de su abuelo, este “renació para la eternidad con la entrega al registro histórico del país”.

Don Ignacio, el pintor de Asunción

Ignacio Núñez Soler nació en Asunción el 31 de julio de 1891, hijo del abogado y periodista Adolfo Soler, político liberal del movimiento conocido como los cívicos y activo partícipe de la revolución liberal de 1904. Su madre fue Ascensión Núñez, oriunda de Pilar, cuyo apellido el artista privilegió por sobre el paterno. Ignacio se inició en el arte con su hermano Tomás Soler, pintor y decorador que había tomado lecciones con Julio Mornet y Guido Boggiani. Sin embargo, su camino seguiría un rumbo muy distinto al del academicismo que caracterizó a la pintura de las primeras décadas del siglo XX en Paraguay.

Núñez Soler comenzó a exponer en 1931. Realizó su primera muestra en la Casa Argentina, y a lo largo de su vida manifestó una gran rebeldía contra lo establecido, no solo en el campo del arte. “Me gusta hacer lo que yo siento, lo que yo percibo”, decía con frecuencia. Su inconformismo se expresó también en lo político, siendo uno de los primeros referentes del anarquismo en el país. A los 15 años se incorporó a la Federación Obrera Regional Paraguaya, en momentos en que su padre era ministro de Hacienda. En 1916 fundó junto con Leopoldo Ramos Giménez, Modesto Amarilla, Manuel Núñez y otros la asociación “1º de Mayo”. Escribió un libro autobiográfico, Evocaciones de un sindicalista revolucionario, que fue publicado en 1980.

Don Ignacio fue conocido como “el pintor de Asunción”, ya que dedicó a la ciudad innumerables series, retratando sus calles, sus edificios emblemáticos, sus casas, el puerto, así como sus fiestas populares y sus costumbres cotidianas.

Ignacio Núñez Soler. Sin título, 1976. Cortesía Casa Mayor Arte

Para Ticio Escobar -cuyo ensayo sobre Núñez Soler introdujo la relevante publicación que el Banco Velox realizó sobre el artista en 1999 en el marco de su proyecto cultural Artistas del Mercosur- la obra del pintor constituye “un documento narrativo y minucioso de ese viejo carácter de la ciudad de Asunción de la primera mitad del siglo, irremisiblemente condenado por el desorden de una modernización súbita y refleja. Pero su testimonio está enredado con anécdotas personales y una fresca pero firme preocupación social y enfocado desde una óptica popular y suburbana, profundamente original, que le lleva a soluciones formales certeras y a una notable soltura expresiva. Estos complejos elementos hacen de la obra de Núñez Soler un caso único dentro del panorama de nuestra plástica; sus innumerables cuadros no deben ser considerados sólo por sus indiscutibles valores estéticos, sino como un fresco de gran parte de la historia de Paraguay que no ha sido recordada estéticamente, que nunca fue relatada ni pintada…”.

Ignacio Núñez Soler expuso en el país y en el exterior, incluida la Bienal de São Paulo. Sus obras integran colecciones públicas y privadas en Paraguay, entre ellas la del CAV/Museo del Barro -que posee un importante acervo del autor-, la Fundación Huellas de la Cultura Paraguaya y la Colección Nasta. Asimismo, hay obra suya en Argentina, Brasil, Uruguay, España, Estados Unidos y Alemania.