Cineastas hablan sobre “Los campos envenenados del Paraguay” y el intento de censura

Referentes del audiovisual expresaron su rechazo al pedido de censura censura al documental Los campos envenenados del Paraguay, de Martin Boudot, luego de que la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (APPEC) pidiera  a la Unión Europea el retiro inmediato de la película programada en el XII Ciclo de Cine Europeo en Paraguay.

El cineasta Carlos Saguier escribió en su muro de Facebook: “Un estupendo film de investigación. Aquí vemos dos caras del Paraguay. Por un lado, los enormes campos de soja, que se extienden hasta perderse de vista en lontananza y por otro, el rostro de un país que abandona a parte de su gente, sus familias y sus niños. En el film se puede ver a los pobladores de la tierra. Rodeados por un mar verde que lo engulle todo. Vemos la riqueza y la opulencia de los grandes productores y, al mismo tiempo, la vida de carencias y dificultades de los pobladores, alcanzados cruelmente por las continuas fumigaciones con pesticidas prohibidos. ¿Qué ocurre realmente en estas enormes plantaciones de soja? ¿Por qué el gobierno no protege a sus habitantes, de acuerdo a lo estipulado en la mismísima Constitución Nacional? Me emocionó ver a mis compatriotas en este film. A sus niños, mirando, preguntando con sus grandes ojos muy abiertos. (Cuando la doctora explica que los niños afectados por los pesticidas podrían enfermar gravemente más adelante, una niña -5 años- que escucha esto gira a mirar a su padre, como pidiéndole una explicación). Es que… se trata de su vida, de la familia entera, de sus vidas. El film es muy bueno. Está realizado con gran respeto hacia la gente. Lo deben ver. No se trata solo de los pesticidas, la soja, la riqueza y los bosques arrasados… Se trata de nosotros”.

El documentalista Hugo Giménez manifestó a El Nacional: “Yo interpreto esto como un signo característico de este Paraguay feudal, que está totalmente anclado todavía en el presente; esa nube de tormenta que no pasa, no hay nada que pueda disiparla y todavía se manifiesta cada tanto, a veces con mayor violencia y horror, y otras veces más sutilmente. Lo veo como parte de un todo, ese todo que está en esas prácticas de exterminio de las organizaciones campesinas en los 60, lo veo en algo más contemporáneo como fue la masacre de Curuguaty. Creo que siempre hay que leerlo en clave de ese mapa feudal paraguayo. Me parece nefasto que todavía se pida directamente y sin máscaras que una obra no forme parte de una muestra. Y más en el contexto de una muestra organizada por instituciones bien establecidas e inclusive internacionales. En ese contexto es que a mí me parece muy violento y vivimos esa violencia sistematizada todo el tiempo”.

El equipo de Apenas el sol, último filme de Aramí Ullón, manifestó: “Compartimos y acompañamos el pronunciamiento de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas del Paraguay uniéndonos así a las diferentes voces en condena a cualquier pretensión de censura del documental Los campos envenenados de Paraguay y nos solidarizamos con su director, Martin Boudot. Nos consta que en Paraguay existen importantes historias que necesitan ser conocidas por el público en general de todo el mundo y que los intentos de silenciarlas resaltan aún más su relevancia. Invitamos al público a ver Los campos envenenados de Paraguay para que el documental sea ampliamente difundido en nuestro país y, así, suscitar conversaciones no solo sobre las realidades reflejadas en el largometraje sino además sobre la importancia de defender nuestras libertades en el marco de una democracia”. La cineasta, a título personal, agregó: “El pedido, que es un intento de censura, me pareció prepotente, de otro tiempo. Y atenta contra pilares fundamentales de la democracia”.

Miguel H. López, presidente de Documentalistas del Paraguay (DOCPY), señaló a El Nacional: “Ninguna sociedad democrática puede admitir ni permitir censura alguna. El ejercicio de la libertad de expresión es un derecho fundamental que no admite gradaciones, salvo las que la propia ley establezca como responsabilidad ulterior, que no es este caso. El pedido de los ganaderos es la muestra cavernaria de la intolerancia y la rancia expresión del autoritarismo dictatorial y el stronismo arraigados en un sector de la oligarquía nacional que desprecia la vida y la libertad, que expolia los recursos naturales y envenena suelo, aire y agua con sus criminales actos de producción y reproducción. Con este intento de censura y de descalificación de una creación documental solo revelan su mezquina y peligrosa búsqueda de amordazar la expresión, de una obra que expone una denuncia universalmente conocida de los peligros para la vida que implica el agronegocio extractivo y el uso criminal de agrotóxicos que promueven y defienden”.

Miguel H. López, documentalista