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Agenda Cultural

Muestra de Edith Jiménez en Fábrica Galería/Club de Arte

En ocasión de celebrar cuarenta años de apertura Fábrica Galería/Club de Arte presenta una muestra breve de la obra gráfica de Edith Jiménez, artista que acompañó el trayecto de la galería desde su fundación. 

La exposición presenta un conjunto parcial de obras que cubren las diferentes etapas del grabado de Edith Jiménez, desde sus xilografías, realizadas en blanco y negro a partir de fines de los años 50, hasta las serigrafías producidas en los 90, pasando por las impresiones de matrices múltiples realizadas en color a partir de los años 70. La muestra levanta, así, un pequeño panorama histórico de la producción gráfica una figura fundamental del grabado paraguayo. 

Sobre el trabajo de Jiménez, Ticio Escobar escribió en Las cifras de la madera: “Contundente y generosa, la obra gráfica de Edith Jiménez constituye un momento fundamental de la modernidad artística paraguaya: marca con fuerza tiempos suyos, recalca cuestiones y aventura salidas sin clausurar el curso fluente de las tantas preguntas que inquietan y estimulan la saga moderna. Es el de Edith el primer grabado abstracto de nuestro medio. Registrar este hecho no tiene el sentido de apuntar el primer lugar de una carrera sino el de subrayar la audacia de una búsqueda y el apuro en emprenderla. Pero mencionar esta situación también significa recalcar el compromiso de una imagen con su tiempo: la década de los años cincuenta se cierra en el Paraguay con la pregunta acerca de la autonomía de los lenguajes; del sentido de una expresión que debe sustentarse en los argumentos desnudos de la forma”.

En el catálogo Edith Jiménez. Retrospectiva. Obra gráfica, publicado en 2001, Javier Rodríguez Alcalá señala lo siguiente sobre la serie conocida como “Los troncos”, realizada a partir de la impresión directa de un corte de tronco sobre papel: “Esta particular versión del ‘objeto encontrado’ adaptada a la técnica gráfica (o mejor decir entonces, de la ‘matriz encontrada’) constituye un antecedente de posteriores experiencias locales de impresión de objetos reales, difundida en nuestro medio hacia mediados los años 70. Los ‘troncos’ pueden entenderse, en parte, como una prolongación lógica de ciertas búsquedas precedentes en el grabado de la autora, en lo que concierne a incorporar a la obra las cualidades físicas propias del material”.

Adriana Almada, en Edith Jiménez. Entre lo tácito y lo manifiesto, por su parte, dijo: “En las fragmentadas nervaduras de un árbol seco Edith encuentra las insinuaciones del origen, el germen del crecimiento infinito alrededor de un eje. Una fruta es la forma periférica de un universo. Vacuidad suprema, preñada de significados. En ella siempre hay un núcleo –muchas veces tácito- a partir del cual despliega una sucesión de capas y transparencias que distraen de lo que quiere mantener intacto, oculto, preservado. Por un instante, cuando la luz se cristaliza y nos permite una visión completa, podemos adivinar, acaso fugazmente, su centro inexplorado. En sus estampas, y más precisamente en sus matrices, están grabadas las señas particulares de su propia biografía”.

Damián Cabrera escribió sobre la obra de la artista visual: “Las impresiones de matrices múltiples y superposiciones —asumidas como un recurso por la artista— pueden ser vistas como metáfora del desajuste cronológico que supuso su práctica, donde también reverbera el acento que ella le puso al proceso, aliado a su preocupación por el color y el lenguaje gráfico. Acaso Edith Jiménez constató que la madera también escribe con vetas y anillos historias de crecimiento, guarda memorias de la intemperie, o seduce con potencia expresiva. Ella descifró el lenguaje de las materias con las que trabajó —no solo la madera—, y el grabado fue la forma posible de un diálogo, mediante el reconocimiento de la escritura que excede el gesto humano y la invitación posterior al banquete común de la forma”.

Sobre la artista

Edith Jiménez inició sus estudios de pintura con el maestro Jaime Bestard en 1943. En 1952 realizó su primera exposición individual de pintura en la Galería Agustín Barrios del Centro Cultural Paraguayo Americano. Un año después fue nominada representante oficial, en la disciplina pintura, ante la II Bienal de São Paulo y participó de la muestra organizada por el histórico grupo Arte Nuevo en las vidrieras de la calle Palma, en el centro de Asunción. Interesada fuertemente en el grabado, recibió una beca del gobierno de Brasil para estudiar en el Estudio Gravura, en São Paulo. Posteriormente, tuvo la responsabilidad de conducir, junto a su maestro Livio Abramo, el taller de grabado de la Misión Cultural Brasileña en Asunción.

Edith Jiménez realizó numerosas exposiciones en el país y en el exterior. Participó en diversas bienales, entre ellas la Bienal de São Paulo y la Bienal de Grabado de San Juan de Puerto Rico (en las que expuso en varias ocasiones), la Bienal de Cali y la Bienal de Tokio.  En 1975 obtuvo el Premio Internacional en la XIII Bienal de São Paulo por su serie Alquimistas.

Josefina Plá escribió sobre la artista, que cultivó también ampliamente la pintura: “Edith, pintora ayer y hoy, grabadora desde hace tiempo y siempre, sigue su carrera cobijada por su magnífica modestia, en su labor toda entrega, en la cual, permaneciendo siempre fiel a sí misma, puede, por ello, ofrecernos algo nuevo y sugestivo en cada muestra”.

La exposición en Galería Fábrica puede ser visitada de miércoles a domingo, desde las 16 hasta las 19 horas, siguiendo todas las medidas del protocolo de salud, previo agendamiento a través del número 0981-616287. El acceso es por Sargento Martínez 271 e/ Telmo Aquino y Abente Haedo. 

 

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