Hiroshima en Paraguay

Existe una canción compuesta por Horacio Guarany y cantada por la fabulosa voz de Ginamaría Hidalgo: “Los pájaros de Hiroshima”. Hace poco alguien subió a YouTube un video con las imágenes de los incendios en Paraguay; la desolación que quedó y los pobres animales que han quedado con vida.

La canción de H. Guarany es en sí ya poderosa y muy fuerte, a lo que se suma la sublime voz Ginamaía Hidalgo, pero que en este caso nos deja estupefactos, anonadados. Dos pájaros en Hiroshima entablan un diálogo preguntándose “¿dónde están los hombres?”; han volado todo, solo quedan copos de cenizas. Quieren estos pájaros construir un nido, pero ya no hay dónde, solo copos de cenizas…

Es cierto que no podemos comparar Hiroshima con lo que ha vivido Paraguay. Por lo menos, en nuestro caso, las cosas tienen una solución y no tenemos que esperar 50 años para comenzar a restaurar lo perdido. No hace falta esperar que se siga destruyendo nuestra fauna y nuestra flora para tomar acciones.

En todas estas maldiciones que vienen azotando al Paraguay, hemos visto una constante: fue el pueblo siempre el que dio la cara para salvar el día. Desde el intento de entrega de Itaipú, la pandemia, el incidente del Panteón, el intento de vender La Patria, y ahora incluso los incendios. Siempre fueron los ciudadanos quienes tomaron la responsabilidad de salvar al país. Los gobernantes, siempre ausentes, o presentes, pero del otro lado, contra el beneficio del pueblo.

¿Tenemos ministro del Ambiente? Sí, pero hasta sus amigos en la Cámara de Diputados han expresado lo que ya es obvio para todos: el cargo le ha quedado grande. Pero, ¿por qué el gabinete de este gobierno se muestra tan contumaz en no querer reconocer sus limitaciones y dar lugar a gente más capacitada? En ningún otro gobierno quizás se haya visto tamaña desvergüenza.

Eduardo Petta (Educación), el más inútil y contumaz entre ellos, sigue más firme que nunca mientras nuestra educación queda ceniza (de esto sí no nos recuperaremos en décadas). Por más inútiles y corruptos que sean los ministros nadie aún fue destituido. A Rodolfo Friedmann le ha costado un montón renunciar e ir a atrincherarse con sus secuaces en el Senado. ¿Tanto tiempo le ha llevado al Ministerio de Agricultura, en un país agropecuario, tener un ministro que valga la pena?

El Ministerio del Ambiente parece seguir, como otros ministerios, el mismo patrón. Ariel Oviedo, sin más preparación que por ser hijo de Lino Oviedo (antiguo enemigo del padre de Marito), ocupa hoy el cargo de ministro del Ambiente. Evidentemente solo cuenta con la satisfacción del presidente, porque ningún otro grupo, ya sea de ecologistas, políticos, ni ciudadano está conforme con su gestión. ¿Por qué no renuncia (ya que nadie es destituido) y deja lugar a gente capaz y preparada?

El país no da más. Hacen falta medidas urgentes para que preservemos nuestros bosques y selvas; hacen falta medidas urgentes para que podamos rescatar nuestra fauna silvestre; hacen falta medidas urgentes para que se suspenda la pesca y venta de los peces de nuestros ríos que están a un nivel crítico con aguas tan bajas.

Nuestros bosques deben ser restaurados y se tiene que fiscalizar que aquellos bosques quemados no pasen ahora a ser parte de plantíos ni de la producción ganadera. Necesitamos leyes y su aplicación severa contra los grupos que queman los campos. Debemos tener programas de protección para cuidar de la fauna silvestre y de los peces de nuestros ríos.

La Universidad Nacional de Asunción recibe dinero público. Así como en el resto del mundo desarrollado, aquí también podrían nuestros estudiantes universitarios iniciar investigaciones y programas para salvar la situación y prevenir catástrofes como esta en el futuro.

La sequía irá, según se pronostica, hasta marzo de 2021. Para ese entonces, nos quedaremos ya sin peces en los ríos y con menos bosques y animales silvestres.

Dentro de poco, de seguir con la inutilidad y los desastres de este gobierno, no serán los pájaros quienes preguntarán dónde construir un nido, sino nuestros hijos. No podemos dejar que hereden solo copos de cenizas.

D.D.W-S.