Opinión
Crisis del periodismo y manipulación de la información en Paraguay

La semana pasada, un comunicado de los periodistas de ABC Color, en el que se solidarizan con una colega de dicho medio y también con compañeros de otros, se emitió tras la publicación de una investigación sobre la actual crisis que volvió a sacudir todo el sistema jurídico del país (chatgate). El comunicado se dirige a Enrique Vargas Peña, quien ha denostado a una colega suya y, según el comunicado, este sería un infiltrado en los medios del expresidente Cartes, dentro del holding de ABC Color, medio que lleva ya varias décadas y es prácticamente el ícono del periodismo del país.
Una interpretación personal: no sé si realmente estas fricciones internas en un medio son un montaje para ganar rating (práctica común en algunos medios faranduleros) o si buscan concienciar a otros medios para que se reorienten y vuelvan a la práctica natural del periodismo, es decir, la difusión de información veraz sobre las noticias que afectan al pueblo. De tratarse de un montaje, entiendo que no sería el caso, “um Gottes Will“, como dirían los alemanes, sería más que lamentable.
En este caso que afecta, en cierta manera, al Estado de derecho del país, los directivos del medio en cuestión deberían analizar la situación de forma racional, pues, según un adagio muy popular, no se puede patear la olla que te da de comer. En ese sentido, la decisión de los directivos debe ser contundente para que la sociedad vuelva a creer en la prensa y en sus periodistas, y no sea manipulada por comunicadores que se consideran estrellas y creen ser formadores de opinión.
De hecho, esto no se discute: los medios de comunicación, en cierta medida, funcionan como un mecanismo de asimilación y maduración de la realidad de la nación, mediante la información y las opiniones vertidas. De otra forma, la población no se enteraría de lo que ocurre en su entorno; aunque hoy en día, con los medios digitales, la información veraz también proviene de las experiencias directas de fuentes genuinas, es decir, de la propia población.
Siempre se debate y se pregunta si la prensa hoy en día puede ser realmente objetiva; es la cantinela de los expertos en la materia. Algunos sostienen que no se puede, ya que los medios son empresas que buscan lucro a través de la información, argumento con el que, en parte, estoy de acuerdo. Sin embargo, hay quienes creen que sí es posible la objetividad, aun cuando se ventilen casos que incluso involucren a sus propios dueños, situación casi imposible en nuestro país, pues apenas se divulga, el profesional es apartado o censurado y sus artículos quedan “en el freezer”.
En esta dicotomía entre objetividad y subjetividad, y si realizáramos una lectura general de varios diarios del país, podríamos inferir que las noticias objetivas serían aquellas que ofrecen información al ciudadano común, es decir, a quienes delinquen o están involucrados en actividades delincuenciales de menor rango. Estoy tocando solo un aspecto del área informativa; en cambio, cuando se afecta a los grandes poderosos, la información tiende a ser subjetiva, orientada a defender los intereses de los medios o de las familias que controlan los sectores productivos, comerciales y financieros del país.
A modo de ejemplo, un ladrón de mandarinas o de gallinas es encarcelado de inmediato, mientras que a un evasor de divisas o a alguien vinculado al crimen organizado se le imponen medidas sustitutivas y se le otorgan garantías. Y, peor aún, si se trata de un legislador, se le permite legislar mientras dura la investigación, a pesar de enfrentar una imputación por hechos de gran envergadura, mientras que otros son simplemente sobreseídos por extinción de causa.
En este contexto, es necesario repasar algunos postulados relacionados con la ciencia de la información. Al respecto, he encontrado un artículo bastante ilustrativo y bien documentado que aborda la problemática de la difusión de los conocimientos a través de la información. En ese sentido, y de acuerdo con el artículo, estimo pertinente citar partes del citado material:
“La American Society for Information Science, en la década de los setenta, expresó que esta disciplina ‘[…]se ocupa de la generación, recolección, organización, interpretación, almacenamiento, recuperación, diseminación, transformación y uso de la información, con un énfasis particular en las aplicaciones de las nuevas tecnologías en estas áreas[…]’”.
Es muy esencial entender el sentido de esta cita, pues reúne todos los elementos que se pueden, de cierta manera, asociar o comparar con la realidad de nuestro país en el ámbito informativo y, especialmente, en lo que respecta a las investigaciones periodísticas. Asumo que el lector estará de acuerdo con la cita, aunque considero que el “uso de la información” es el aspecto que actualmente está desnudando a varios referentes del periodismo nacional, sean directivos, periodistas, comunicadores o aquellos que ejercen esta labor, según lo establece la Constitución Nacional del país.
¿Cómo usan la información los periodistas? ¿Para atraer seguidores, fortalecer su fama, generar rating —como ya lo he mencionado— o para proteger o cancelar a ciertas personas involucradas?
Retomando el boom del comunicado, ¿a quién quiere perjudicar o defender el comunicador que se ha lanzado contra su propio colega o colegas? Es la pregunta del millón, y quizás no exista una respuesta adecuada o racional, sino más bien conjeturas y desconfianza hacia ese comunicador que, abiertamente o al menos así se infiere, estaría del lado opuesto de la verdad.
En otro apartado del artículo consultado se puede leer lo siguiente:
“La intención es investigar y comprender el fenómeno de la información; un fenómeno que se inserta en la soledad básica de cada individuo, en la esfera más privada de la individualidad, trasladable a la esfera pública mediante la información que el propio individuo genera y dirige al flujo de transferencia[…]. Al llegar al público de destino, debe provocar una modificación; aquellos que reciben y pueden elaborar la información están expuestos a un proceso de desarrollo que permite alcanzar una etapa cualitativamente superior en las diversas fases de la condición humana, y ese desarrollo se traslada a su mundo de convivencia”.
Más allá de la cita, y en lo que respecta a que la información recibida por el público debe provocar una modificación, entiendo que se trata de la percepción de la realidad contada desde distintos puntos de vista, y quizás un poco más cercana a la verdad.
En esta pugna entre las actuales estrellas del periodismo local y los pocos medios de ámbito relevante, lo que se debería analizar es si estas dinámicas generan una modificación en el pensamiento colectivo del público que consume la información, y si dicha modificación es positiva o negativa.
Me atrevería a indicar, con temor a equivocarme, que en este caso particular se tiende a generar una modificación bastante negativa en la percepción del público hacia la prensa, lo que implica una pérdida de credibilidad en las publicaciones de investigaciones que vinculan a grupos relacionados con organizaciones criminales, las cuales están destruyendo el Estado de derecho de la República.
*Correo electrónico: [email protected]
Fuente consultada: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352005000300004
-
Deportes
El particular pedido de Emmanuel Adebayor a Olimpia
-
Deportes
Ordenan suspensión de obras en el Silvino Livieres por falta de autorización municipal
-
Nacionales
1° de marzo: Mariscal López, la reivindicación de un héroe
-
Deportes
¿Cómo quedó el historial de Superclásicos tras el triunfo de Olimpia?
-
Deportes
Olimpistas responden a Juan José Zapag
-
Nacionales
Ciudad “joven y feliz”: Fernando de la Mora celebra este viernes 86 años de fundación
-
Destacado
Reportan incendio de gran magnitud en edificio de TL Multimarcas
-
Nacionales
Día de la Mujer Paraguaya: un homenaje a la valentía y el rol histórico de las mujeres