Ndopavéi

Faltan apenas unos meses para las elecciones generales en abril y los grupos políticos que ostentan cierto poder se están reagrupando para conciliar y consensuar con los vientos del futuro gobierno. Lo peculiar de este fenómeno es que los rostros de los políticos que ya han estado en varios periodos, tanto en los gobiernos de turno como “representantes” del pueblo en el Congreso, son las caras conocidas que intentarán nuevamente  blanquearse para evitar ser investigados y/o imputados por supuestos actos de corrupción u otro acto antijurídico.

El futuro fiscal general del Estado ya a priori se visibiliza y opina sobre los últimos acontecimientos que involucran a referentes importantes de la política. Hace unos días se lo vio con ejecutivos importantes de instituciones que colaboran con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés); interesante analizar esta reunión. En el JEM y en la CSJ también hay movidas estratégicas para ir reordenando el futuro espectro político que se avecina.

En cuanto a los partidos políticos que están pugnando por el sillón presidencial, se visibiliza una campaña de ataque entre los principales referentes: la ANR y la Concertación, que son los grupos políticos que cuentan con mayores posibilidades de ganar las elecciones. La ANR no aprende de los errores del pasado, insisten en enfocarse en lo personal, atacando la foja privada de los “líderes”, actualmente.

En las redes sociales aparecen los graneros de trolls y seguidores que sistemáticamente atacan al enemigo, cuyo discurso está plagado de nocividad, toxicidad y peligrosidad, pues intentan instalar falacias en el pensamiento colectivo: se tiran flores y se sacan trapos sucios del pasado con el fin de cancelar y/ o desprestigiar a los candidatos. No se discuten programas, no se habla de los problemas básicos que la sociedad necesita para salir adelante, a nadie le importa lo esencial: el pueblo.

Planear políticas de Estado a largo plazo no es práctica corriente en nuestra política, cada cinco años todo se renueva, todo se vuelve en una tabula rasa, para que el Gobierno pueda visibilizarse y convencer a la ciudadanía que la elección ha sido correcta, para luego, de nuevo, atornillarse en el poder, como lo intentó el expresidente Horacio Cartes, quien con un grupo de antipatriotas ha intentado torcer la Constitución Nacional; resultante de este grave error: la muerte de un inocente compatriota.

Se repite la historia de siempre, los partidos y movimientos que absolutamnente no tienen chances de llegar a la presidencia siguen con la obcecada idea de desviar y confundir al electorado, no se sabe sin son realmente satélites o están siendo pagados por algún grupo exógeno o financista  “poderoso” que no quiere el cambio en el país.

Es imperativo que la sociedad paraguaya una vez por todas pueda caminar hacia una verdadera democracia, esto implica renovar el espectro político cada periodo presidencial, con el fin de lograr la verdadera modernización de la República. Durante diez años la sociedad ha estado subyugada, manipulada, maniatada y burlada por estos dos gobiernos que han pasado.

Los fanáticos radicalizados de estos dos gobiernos vociferan todos los días que estos gobiernos han sido los mejores de nuestra democracia, algunos, incluso, dicen que fueron los mejores estadistas de nuestra incipiente democracia.

Tanta falacia y negación de la realidad se puede leer en los distintos medios de comunicación, claro, los que se alejan de informar fehacientemente al pueblo. No se puede tapar el sol con un dedo, imposible. Es imprescindible que el pueblo se despierte y  acuse con el dedo índice a los corruptos políticos que nuevamente intentan  empotrarse en el poder mediante la manipulación de los resortes de la democracia.

La intervención de la empabajada de lo EE. UU. es una señal clara que el modelo de política que actualmente reina en el país ya no es la adecuada. Los mismos vicios, las mismas caras, las mismas estrategias de copar los espacios de poder para luego desde allí enriquecerse y,  como siempre, burlarse del pueblo.

Observemos a nuestros vecinos latinoamericanos: Argentina inaugura su renovado sistema ferroviario, Bolivia  y Perú con modernos sistema de trenes, teleférico  y metrobuses. Nosotros, paraguayos, hemos sufrido por décadas el obsoleto sistema de transporte público. El ferrocarril paraguayo dejó de funcionar definitivamente en el año 1999 y este hecho motivó el corte de la comunicación interna del pueblo. Llegar hoy en día a Encarnación, en pleno siglo XXI y en la era de la digitalización y globalización, demora unas 6 horas, toda vez que el tránsito esté en buenas condiciones. Es inadmisble que estos políticos insistan en las mismas estrategias retrógradas de hacer política.

Es imperativo fundar una Nueva República, a propósito, uno de los movimientos en carrera, liderado por un veterano político y masón de grado 33, que a la postre, no ha hecho absolutamente nada para el progreso y desarrollo del país, sino que sirvió y sirve solo para confundir, pactar y desviar la atención de la sociedad de los verdaderos problemas. Me refiero a Euclides Acevedo, quien se ha apropiado de una marca  legalizada por la Dinapi y que corresponde a un novel movimiento, bajo el liderazgo del Dr. Edmundo Rolón Osnaghi. Este movimiento ya calentó los motores en las municipales del 2021 y actualmente está trabajando lentamente con hombres probos, nacionalistas y honestos que realmente desean un patria soñada.

Por otro lado, el sector financiero del país está en estado de alerta por las consecuencias que está teniendo la sanción que le ha impuesto el Departamento del Tesoro de los EE. UU. por corrupción al actual presidente de la ANR.

El Paraguay está mal y está gangrenado con el sistemático robo que los políticos inescrupulosos han sometido por varias décadas a este sufrido pueblo.

Amerita citar una frase de una patriótica canción “Jaku’e ke Paraguay” del ícono de nuestro acervo musical, Emiliano R. Fernández. Es esencial movernos, despertarnos y leer racionalmente lo que está pasando en el país.

La que tocó al tecla es Nadia Ferreira, vicerreina del Universo, quien contrajo nupcias con el salsero Marc Anthony y quien hace unos días lanzó un sencillo musical con frases en guaraní: “Ndopavéi”.

Quisiera entender que en el subconsciente del autor de esta frase se habría referido a la situación política actual del Paraguay.

Ndopavéi la corrupción, el robo y los ataques de grupos corporativos hacia el pueblo.

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