Abrazo tóxico e inmoral

Hace unos días, un querido amigo, preocupado por la situación de corrupción generalizada en el país, me preguntó cómo se podría incluir la “Filosofía Moral” en el espectro político actual. De entrada, para responder a tan esencial y pertinente pregunta, hay que escudriñar lo que el sistema formal de educación ha hecho en esa área en los 33 años de “democracia” en el país. Uno de los tantos cambios que nos trajeron  las varias reformas educativas o innovaciones es la elimincación de la asignatura Cívica y Moral de la malla curricular. En los tiempos en los que esta asignatura tenía mucha vitalidad, por lo menos, los estudiantes debían aprender ciertos postulados de la Filosofía Moral.

Vale la pena insistir en la definición de Moral: “es el conjunto de normas y principios que orientan el comportamiento del individuo en un grupo social determinado”. Hasta ahí cualquier alumno de primaria entiende esta definición. Lo que no se entiende actualmente en nuestro país -bajo mi mirada- es que esa moral se ha relativizado, a tal punto que una acción antijurídica es vista como moralmente correcta. El humilde agricultor trabajador, ícono de los inicios de nuestro grupo ético paraguayo, fue reemplazado por el narcotraficante, el que genera dinero por medio de actividades ílicitas. El producto de esa ganancia lo ostenta sin pudor ante la sociedad, es más, varios de ellos estarían vinculados al poder de turno y a la justicia. Algunos  de estos “neomoralistas” quieren hacer el famoso rekutu en el próximo gobierno.

Singapur es una nación que se ha levantado de la miseria, de la corrupción y de otros males que detenían su progreso.  Hoy, Singapur es uno de los países que más ha aumentado la riqueza en los últimos tiempos, con un índice de Producto Interno Bruto (PIB) de los más altos del mundo, ni hablemos de salud, educación, transporte. Singapur hoy en día ostenta el título de  uno de  los”Tigres asiáticos” junto a Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán.  ¿Cómo lo ha logrado? Fácil: se ha centrado principalmemte en uno de los ejes de cambio: lucha contra la corrupción, además de los otros como educación, salud y libertad económica [1].

Si regresamos a nuestro ejemplo de moral relativizada en nuestro país, y si la comparamos con el milagro de Singapur, se puede inferir que Singapur se ha volcado hacia el universalismo de la moral, mientras que en Paraguay, hacia el relativismo. La gente se conforma con el “aichinjaranganismo”, que es el resultado de una resemantización del concepto de moral universal.

Una prueba certera es el “abrazo” que se dieron Peña y Wiens en estos días, con el fin de ir articulando la unión de los dos “movimientos de moda” actualmente en el seno de la ANR. Esta acción que han realizado estos dos “mesías” del país ha validado la tesis del fenómeno de relativización de la moral en el país,  pues semanas atrás estos dos eran enemigos acérrimos. Enviaban mensajes a los electores de ambos movimientos: “que no se unirían”, “que no se abrazarían con el mal”, etc. Hoy se los ve juntos, quizás para generar una nueva visión de la realidad (relativa, por supuesto).

Desde todo punto de vista, esta unión, este abrazo es inmoral, porque se basa en la mentira, en el engaño a un pueblo sufrido, a un electorado que, actualmente, está más perdido que Adán en el día de las madres.

Si estos son los que gobernarán en el próximo periodo, solo nos espera vivir en una permanente relatividad de la moral, cuestión que daña el desarrollo armónico de los valores sociales, puesto que nuestros niños y adolescentes se van formando de acuerdo a estos parámetros.

La carpa de la oposición está atiborrada de acusaciones contra este dúo relativista, pues se reavivan los ataques para lograr torcer o quizás hacerles entender a los electores que con mentiras no se puede construir ningún plan de gobierno sustentable y gobernable. Por supuesto, también dentro de la Concertación están batallando entre sus autoridades con el objetivo de mostrarse ante los electores como alternativa válida para reencauzar este desangrado país.

Conviene estar atentos a los vaivenes de estos políticos que no hacen otra cosa que velar por sus propios intereses ante las necesidades esenciales que debe cubrir con urgencia la nación, como salud, educación, erradicar la corrupción, etc.

Miremos a Singapur que apostó a erradicar el mal mayor: la corrupción.

[1] Fuente consultada.

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