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Opinión

Ballon D’Or 2022 – El triunfo del hombre quieto

UNO

Todos los días pienso de dónde vengo y sigo orgulloso de ser quién soy: primero un cabilio de Le Castellane, segundo un argelino de Marsella, y después un francés. Zinadine Yazid Zidane

Es una zona montañosa y cubierta por frondosos bosques. Esa es Cabilia, la región étnica bereber que se encuentra al norte de Argelia. Fue el corazón de la resistencia contra el colonialismo francés. Allí se ubican las comunas pobres de Beni Djellil, cuya villa Tighzert fue fundada por el abuelo de Karim Benzema. Treintaiún kilómetros de allí está otro poblado mísero, Aguemoune Ath Slimane, donde nacieron los progenitores de Zidane.

En 1962, Argelia declaró su independencia.

Insólitamente o no tanto, esto no provocó un bienestar económico en el país, sino todo lo contrario. De ahí, que los padres de Benzema emigraron a los barrios marginales, de las grandes urbes francesas. Mostafa nació en Bron, un suburbio de clase baja y conflictivo en Lyon.

DOS

La importancia de Francia en el futbol es evidente. El diario L’Equipe impulsó, junto a otros dirigentes, la idea de una Copa de Campeones de Europa –actual Champions– en los años cincuenta. Asimismo, la prestigiosa revista France Football establecía -en el 56- el mayor premio individual al fútbol europeo. Se elegía al Mejor, jugara donde sea. Para la elección, eran consultados los periodistas o corresponsales de la revista. Por ejemplo, en España el corresponsal era un catalán.

En 1964, se premió al escoces Dennis Law –uno de los mejores laterales de la historia– que jugaba en Manchester United. La mesocracia del fútbol europeo a pleno. La lista es variopinta. Un magiar Florian Albert 1967, el ruso Blokhin 1975, el danés Simonsen 1977; otro ruso, Belanov 1986; un francés, Papin 1991, el inolvidable checo Nedved 2003, entre otros. También, Masopust de la extinta Checoslovaquia fue Balón de Oro el 62. Incluso, Lev Yashin -un arquero- fue coronado como el mejor jugador europeo del 63.

En la última década y media todo cambió. Degeneró en un galardón netamente marketinero. Lo intrínseco era el tener millones de seguidores en las redes sociales, ser verborrágico o la imagen de patrocinadores globales. Lo menos importante eran los méritos. Ergo, quedaron rezagados los clasemedieros. El 2021, lo debió ganar Lewandowski; también en 2013 lo merecía Frank Ribery, en detrimento de Cristiano. Así como el 2010, el Balón de Oro pertenecía al neerlandes Sneijder.

Lo del año pasado fue tan escandaloso, que los franceses establecieron nuevas pautas. El Balón de Oro se entregaría al finalizar la temporada y que el rendimiento individual pese más que el colectivo. Messi ni siquiera figuró entre los veinte mejores del año. Lógico, porque su rendimiento ha mermado considerablemente. Y lo escribe alguien que piensa que Lionel es uno de los mejores jugadores de la historia, si no el Más Grande.

TRES

Un hijo de musulmanes en un colegio católico no fue una buena idea. Lo estigmatizaron por su origen. La secuela lógica: ahondó en su timidez y engordó. La mano férrea del padre evitó que las malas compañías lo arrastraran.

Empezó las inferiores en el club Bron Terraillon. Rápidamente lo apodaron Coco.

Se destacó en un partido, ante las inferiores del Lyon. Al toque se lo llevaron.

Ya en el primer equipo, se topó con las burlas de Malouda, Wiltord y Carew.

No se rían de mí. Recuerden, una vez fui un recogepelotas para todos ustedes, pero ahora estoy aquí para competir, tomar la camiseta número 10 del club y ocupar sus lugares.

Y así sucedió nomás.

Tiempo después, sucedió lo impensado.

—Tienes que venir a casa rápido, le llamó su hermano.

—Olvídate, estoy con mis amigos, llegaré más tarde.

—Esta Florentino Pérez esperándote.

Y Coco fue volando a casa.

Era la apuesta del presidente del Real. Fue todo un gesto ir personalmente a ficharlo. No se equivocó.

CUATRO

La ceremonia -hablada en francés- dio cuenta de la timidez de Karim Mustafa por ser el centro de atención. El abrazo sentido con Drogba –un showman el marfileño– y la entrega del trofeo dorado, por parte del icono francés, fue lo más. En tanto, el viejo canoso Hafid vitoreaba al hijo. Entonces, Didier -el anfitrión- le indicó.

—Ven acá, ven. Muéstraselos.

Lo hizo y estalló la ovación inconmensurable.

A continuación, ya en el estrado, Zinadine lo miraba y sonreía, feliz por el momento. El homenajeado se frotaba las manos, nervioso.

—Buenas noches a todos.

Y, nuevamente, los gritos de los amigos-hinchas resonó en el escenario.

¡Karim, Karim, Karim!

Hafid y Wahida -la madre- incluido el hermano, no cabían en sí de felicidad. Hasta su ex y la mujer actual compartieron el momento.

Por años, desempeñó un papel secundario. La ida de Cristiano del Real ha sido crucial para emerger. Incluso ha derribado paradigmas. A la edad en que Pelé, Cruyff y Maradona estaban en pleno retiro o jubilación, pues el francés está en el cenit de su carrera. Cumplirá 35 años en diciembre. Un entrenamiento diferenciado, dieta balanceada (agua alcalina, microalgas, proteínas vegetales, minerales y antioxidantes) y la ventosaterapia para aminorar los dolores musculares.

Dicho plan lo inició cinco años atrás. Ha sido el triunfo de la perseverancia.

En simultáneo, las cámaras captaron cuando los niños de su primer club (Sporting Bron) celebraban -con gritos de júbilo- la elección. Es el milagro del fútbol. Posiblemente, ahí esté un futuro Balón de Oro.

Lo que te ofrece el fútbol no te lo da ninguno.  Arthur Antunes Coimbra Zico.

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