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Opinión

Asado vs. sándwich

POR Martín Ramírez Machuca
Dr. en Lingüística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica. Universidad de Kiel, Alemania.

En la antigua Roma se acuñó la célebre frase “panem et circense” (pan y circo), frase atribuida al escritor romano Juvenal (ca. 100 A. D.). Pero remontémonos al año 140 a.C., con el fin de captar la idea de esta célebre frase, pues los políticos de esa época diseñaron un plan para alienar al pueblo, es decir, someter al pueblo bajo su yugo. Hoy en día en nuestro léxico político criollo sería como “clientelismo político”.

El plan central de esta estrategia era anular el pensamiento crítico de los ciudadanos por medio de cierta “generosidad”, en este caso, pan, en los coliseos en donde se enfrentaban esclavos o enemigos del poder contra animales feroces. Así se mantenía al pueblo callado, satisfecho, alegre y gracias a un mendrugo de pan y de entretenimiento gratis. Esta estrategia era el camino más fácil para llegar al poder. Leamos lo que Juvenal había sentenciado en esa época:

“¿Qué hace esta turba de los hijos de Remo? […] Desde hace tiempo, exactamente desde que no tenemos a quién vender el voto, este pueblo ha perdido su interés por la política, y si antes concedía mandos, haces, legiones, en fin todo, ahora deja hacer y solo desea con avidez dos cosas: pan y juegos en el circo”. [1]

Es increíble cómo los vestigios de la sabiduría romana aún los tenemos integrados en nuestros constructos sociales. El Derecho es una de las disciplinas que está prácticamente integrada a nivel global como herramienta de control social, es decir, de regular las conductas sociales de los pueblos. También, por supuesto, prácticas envilecidas como la que se destaca en los párrafos anteriores, se han acuñado en  el individuo, en el tejido social de cualquier nación hoy en día.

“Pan y circo”, una frase tan simple, pero a la vez potente  y que describe el sometimiento de conciencias ante un mendrugo de pan, comida  barata y entretenimiento que por momentos alejaba a los hastiados ciudadanos de una época antigua de la miserable situación en la que vivían, y para los que ostentaban el poder: las mieles, lujuria y más poder.

La célebre frase de Juvenal, hoy en día, en pleno siglo XXI de la era moderna (en nuestro contexto social), nos encontramos nuevamente con la vitalidad de esta frase, en la proyección directa hacia los acólitos que están detrás y rinden loas a los caudillos políticos partidarios que se preparan para cooptar nuevamnete el poder en el país.

Días pasados se ha hecho viral  un hecho más que llamativo, y que se vincula directamente con nuestro recuento histórico romano. Los referentes importantes del movimiento Honor Colorado de la ANR se habían trasladado a una localidad del interior para celebrar el cumpleaños de un líder político. Hasta ahí todo bien y no hay ninguna alusión a los romanos, excepto que, a los miembros del primer anillo de este movimiento se les ha servido un menú consistente en asado, ensaladas y bebidas, incluso, según señalan las fuentes, en compartimientos separados del grueso de los acólitos. Estos han recibido solo un sándwich envuelto en polietileno, literalmente ho’u húle hikuái  como agradecimiento por acompañar a tan ilustre comitiva.

Lo que hizo estallar la bomba es que estos acólitos no tuvieron el circo que va acompañado al pan, para no desentonar con nuestro escritor romano Juvenal. Lo interesante de esta analogía  es que ante el desaire y el aberrante trato recibido por los líderes del movimiento, los acólitos no estuvieron de acuerdo con la escena y se generó un descontento generalizado. Tal como también había ocurrido en tiempos históricos, pues a Claudio, sucesor de Calígula, se lo vio enfrentado con furiosos ciudadanos quienes le arrojaron barras de pan como señal de descontento por falta de víveres, este emperador tuvo que escaparse por una puerta trasera del palacio.

Es lamentable que los ciudadanos tengan que arrastrarse por unos miserables mendrugos de pan para tener la bendición de los líderes de cierto movimiento político. La estrategia descrita por Juvenal en la antigua Roma sigue vigente y se visibiliza diariamente, no solamente en épocas de proselitismo, sino durante todo el periodo de gobierno, es decir, cada 5 años se repite la frase célebre, “pan y circo” para someter a los débiles ciudadanos que perdieron el poder de pensamiento crítico ante miserables migajas. Más miserable es el personaje que, a sabiendas de que la mayoría de los que participan de estas reuniones políticas son personas humildes y necesitadas, los discrimina y los denigra.

Fuente:

[1]: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/pan-romanos-gratis-y-bien-horneado_17454

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