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Opinión

Efectividad de las Fiscalías de Argentina, Colombia y Brasil

POR Martín Ramírez Machuca
Dr. en Lingüística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica. Universidad de Kiel, Alemania.

La muerte del fiscal Marcelo Pecci ha sacudido no solamente a nuestra somnolienta sociedad, sino también a nuestros amigos colombianos. La forma en la que se ha llevado a cabo la macabra acción, ya de conocimiento público, implicó el concurso cuasi espontáneo de las autoridades colombianas, y  gracias al efectivo trabajo de la Fiscalía de ese  país ha dejado lecciones a ser aprendidas por nuestras autoridades.

Lo que se puede leer de la frondosa información que existe actualmente de este hecho, es el efectivo trabajo investigativo que han desarrollado las autoridades colombianas para dar con los autores de la deleznable acción Además de esta extensa y maratónica investigación, en estos días las autoridades colombianas han informado que la Fiscalía solicita una pena de hasta 50 años de cárcel para el cerebro de dicho crimen.

En tan pocos meses, tras el alevoso episodio, ya se tienen el crimen resuelto y con los autores identificados. Por otro lado, en la investigación local paraguaya, hasta ahora no han informado del estado de la investigación. Presumo que la Fiscalía tendrá sus tiempos y estrategias para llevar a cabo cualquier investigación de algún hecho antijurídico, pero es curioso que una Fiscalía extranjera tenga más efectividad, control y conocimiento del caso. antes que la nuestra.

Es esencial que la Fiscalía socialice con la ciudadanía los mecanismos o estrategias que lleva a cabo para lograr imputar a delincuentes, sean estos comunes o de grueso calibre. No se prentende que se informe ni se publiquen datos confidenciales, sino de informar a la sociedad que el caso está siendo investigado y en qué nivel de las investigaciones se encuentra, esto con el fin de generar confianza hacia esa institución que diariamente está en el foco de toda la ciudadanía.

Recientemente, en nuestro vecino país, la Argentina, la Fiscalía local ha pedido 12 años de cárcel para la vicepresidenta de la nación, Cristina Kirchner. Esta noticia sacudió a la región, especialmente en nuestro contexto político, en el que el vicepresidente de nuestro país está en la mira del Departamento de Estado de los EE.UU., recientemente declarado como significativamente corrupto por ese país del norte. Está de más decir que es una declaración sin “vínculo” penal, pues se deben cuidar las formas diplomáticas.

Volviendo al caso de la Argentina, se infiere que el fiscal tendría la fuerza, competencia y apoyo popular para escudarse bajo el imperio de la ley, para imputar a nada menos que a la vicepresidenta de ese país amigo.

En las redes y en los medios de opinión de diferentes medios periodísticos, se ha puesto en tela de juicio por qué EE. UU. tiene el atrevimiento de declarar significativamente corruptos solo a nuestros políticos. Según algunas opiniones, este tipo de declaraciones rimbombantes no se da en la Argentina.

El caso del asesinato del fiscal Pecci, ahora casi cerrado por la Fiscalía colombiana, y el caso de Cristina Fernández de Kirchner, son hechos que nos llevan a inferir que el sistema de justicia en esos países funciona normalmente, pues los delincuentes son investigados e imputados bajo los cánones jurídicos del propio Estado de esos países, sin tener que pedir auxilio a países externos para dilucidar hechos antijurídicos.

Se interpreta, de acuerdo a las informaciones oficiales, que Paraguay no le ha pedido  directamente ayuda a los EE. UU. que solucione sus problemas locales, pero hay varios interrogantes del por qué el Departamento de Estado de un país extranjero tiene que alertar sobre asuntos jurídicos. ¿Funciona realmente nuestra Fiscalía? ¿Qué causales deben existir para iniciar una investigación y luego imputar ? Estas preguntas están siempre en el aire y, hasta ahora, no han sido respondidas, aunque con ironía y con desprecio hacia la sociedad, la fiscala general de Estado, Sandra Quiñónez, en una ocasión había declarado ante presión de la prensa: “Vamos a investigar cuando querramos”, o la declaración poco feliz del fiscal Legal: “es un individuo de alto perfil”. Me pregunto si  los fiscales de Colombia y de la Argentina harían estas denigrantes declaraciones.

Ya que estamos en el baile de las comparaciones, Brasil también se acopla a esta historia, el caso de Lula, por ejemplo,  no nos olvidemos que este expresidente fue llevado a la cárcel por una seguidilla de hechos de corrupción. También en otro tiempo de nuestra historia regional reciente, el expresidente Collor de Mello también fue imputado por alto grado de corrupción.

Estos ejemplos de la efectividad del sistema judicial de estos tres países son una llamada de atención al nuestro, pues se podría interpretar que la justicia en nuestro país no funciona como debiera.

A nivel regional también es un mal ejemplo, especialmente porque Paraguay aún forma parte del Mercosur.

Por donde se lo mire es mala señal y da pie a que delincuentes comunes, contrabandistas, terroristas, lavadores de dinero y toda una gama de malhechores puedan instalarse en nuestro país por la fragilidad del sistema de justicia.

Es hora de mirar la justicia de los países vecinos y tratar de emular sus acciones, con el fin de recuperar la credibilidad de la sociedad hacia el muy alicaído sistema judicial de nuestro país.

Correo electrónico: [email protected]

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