Opinión
No vamos a estar mejor
En cada temporada electoral aparece una buena cantidad de eslóganes que tienen como objetivo captar votos de los electores. Es el gancho que atrapa o causa rechazo de los electores y de la ciudadanía misma. El eslogan que captó el corazón de la gente y logró tumbar a la ANR fue “Lugo tiene corazón”, durante la campaña electoral de Fernando Lugo (2008-2013); fue, creo, un fenómeno que cambió el rumbo de la política paraguaya, por lo menos por un corto tiempo, pues Fernando Lugo fue separado del cargo tras un juicio político.
Los marketineros políticos hacen lo imposible para crear el eslogan adecuado para que el candidato pueda “prender”, como se dice en la jerga política en nuestro medio. Del eslogan depende el futuro del candidato; algunos expertos aconsejan que el eslogan sea preciso, corto, con un mensaje potente, que refleje las promesas e imagen del candidato, y que pueda alejar a los votantes de sus enemigos electorales ocasionales.
“Lugo tiene corazón” logró reunir estas carcaterísticas, y por ello, tuvo una repecusión a nivel nacional y lo catapultó a la presidencia, es más, el eslogan se combinó con una canción pegagosa, pero no histriónica, pues hasta los niños la cantaban.
En los EE.UU. también el eslogan “Make America great again”, que llevó a Donald Trump (campaña 2016) al poder, tenía las mismas características que sugieren los marketineros. Con las siglas MAGA, Trump acaparó la atención de la nación estadounidense, además de ser una persona del ámbito privado y con mucho poder económico, potenció su figura. De acuerdo a analistas políticos y marketineros, el eslogan utilizado por Trump ha sido uno de los más impactantes en la historia política reciente de los EE.UU.
Definitivamente, la clave está en el eslogan de una campaña política, especialmente ante un electorado sensible, como lo es el de nuestro país. Si el eslogan no capta la atención del electorado, cierta energía negativa se traslada al candidato y, en consecuencia, lo anula.
Actualmente, el eslogan del movimiento Honor Colorado: “Vamos a estar mejor” está generando una reacción muy curiosa ante los potenciales votantes a ese movimiento. La “reputación” del líder de ese movimiento no acompaña al eslogan del movimiento, pues esta persona está en la mira de ciertos organismos internacionales por supuestos hechos graves asociados a lavado de dinero, entre otros. Por su parte, el precandidato por ese movimiento también se ve influenciado (efecto colateral) por la fuerza negativa que se concentra en el líder principal del movimiento.
“Vamos a estar mejor” no reúne las características sugeridas por los expertos marketineros, pues “mejor” es un adverbio comparativo de “bien” que implicaría una mejoría de la situación que actualmente el país está viviendo; es decir, infiere que ahora estamos bien, pero si este movimiento llega a la presidencia “vamos a estar mejor”. En este breve análisis semántico y conectado con la realidad que está viviendo el país, no hay ninguna relación con el eslogan actual. ¿Por qué? Simplemente, porque no estamos bien: con la inflación galopante, los precios por las nubes, un salario precario sumado a diversos problemas sociales; definitivamente el país no está bien; por lo tanto, no se puede estar mejor.
“Vamos estar mejor” infiere una mentira y engaño a la población que actualmente está sufriendo los embates de un gobierno colapsado y desorientado, quizás un continuum del gobierno anterior: los males siguen y están dentro de un loop infinito.
“Vamos a estar mejor” como eslogan es mofarse del pueblo, es desalentar a toda una población que vive al límite el día a día, es generar falsas expectativas y, por sobre todas las cosas, no se perfila ningún proyecto país realista que pueda desarrollarse.
Por otro lado, el precandidato oficialista está en la misma línea que su rival para las internas de su partido. En este caso, “Fuerza Republicana” apuesta al elemento folclórico “Toro” que podría ayudar a captar votos de los tradicionales y conservadores electores. Un eslogan curioso, nombre del precandidato asociado con la imagen de un toro. Fuerza Republicana apuesta a estos símbolos con el fin de tocar las fibras del “viril” elector, pero lastimosamente tampoco “prende”, según informaciones marketineras en este ambiente saturado de proselitismo.
En definitiva, para ir conociendo a los precandidatos de los partidos y movimientos que pululan en estos días, sería una buena idea, en primera instancia, analizar el eslogan de estos políticos.
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