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Opinión

Gracias, Champions

UNO

“Mahrez no aprendió a jugar al fútbol en una academia. Tiene un estilo de juego callejero, de campito”. Mehazi, periodista argelino.

Dícese que tuvieron que enseñarle cómo tirar un lateral. El franco-argelino debutó con el Leicester y salió campeón de la Premier, junto con el goleador Vardy y un ignoto mediocampista llamado Kante.

Al minuto y medio, desplazándose por la zona derecha, se deshizo de cuatro rivales -al borde del área- y se la picó a De Bruyne (se conocen de memoria), quien, de palomita, estableció el 1-0.

El City no tiene un 9, a la vieja usanza, Gabriel Jesus, habitual suplente, fue titular. El juego de toque, de los citicens origina eso. Tampoco el Barza lo tenía, ni la Holanda del ’74.

Nueve minutos después, Alava trata de adelantarse al 9 y falla. El brasileño se da media vuelta y sentencia. GJ necesitaba ese gol, esa caricia.

Minuto 25, iban 2-0 y pase genial de Silva a Riyad, que estaba a la derecha. Entró al área, tenía una opción de pase, ante dos defensas blancos que solo acompañaban, era el tercero. Sin embargo, el franco-argelino ignoró al binomio Foden-De Bryune y optó por definirlo. Vino la secuela lógica: la ira bramante de Pep y dos golpeteos de su puño al aire.

Minuto ’47, Marhez se escapa solo, enfrenta al arquero y su tiro (casi) perfecto toca el parante. Y Foden, que acompaña, la toca como viene y el cuerpo sacrílego de Carvajal evita el tercero. Las cabezas gachas, del argelino y el inglés, denotan la incredulidad del momento.

Fernandinho recordó que es brasileño. Desborda y centra -como lo hicieran Carlos Alberto, Nelinho, Junior, Maicon, Cafu y tantos otros- a la cabeza del novato Foden, quien pone justicia en el marcador.

Más tarde, Bernardo Silva anotó un golazo que dejó parado a Curtois, uno de los mejores arqueros del mundo.

El minuto ’75 demostró que la suerte no estaba de su lado. Riyah Marhez se vistió de Maradona e hizo un jugadón, dejando a 3 rivales en el camino y se la levantó al belga; la de cuero salió besando el parante. Volvió por sus pasos, alzó la vista y habló con Dios.

DOS

Cuando crecí nunca vi al Real triunfador. En los setenta y ochenta, los equipos que dominaban la Champions eran los holandeses, alemanes, ingleses e italianos. Me hablaban de Juanito o Santillana y al verlos jugar nunca me sacaron más que un bostezo. El Madrid, en esos años, era víctima del Ajax, Bayern o Hamburgo. De ahí mi desconfianza. A finales de los noventa, volvió a figurar en Europa. Yo tenía 32 años cumplidos, cuando Mjatovic devolvió la grandeza al Real. De ahí que cuando me hablan del espíritu de Juanito, soy incrédulo. El Bernabéu no es Anfield, ni el Teatro de los Sueños, menos la Bombonera o el Maracaná. Pero tiene tres cracs: Modric, Benzema y Vinicius (debo incluir a Kross y Casemiro). Ellos jamás te dejarán solos. La historia de las 13 Champions no son un espejismo, para eliminar al Real Madrid debes matarlos. Y el City no lo hizo. He ahí el error.

El 20 junio de 1976, la República Checa -ex Checoslovaquia- obtuvo su única Euro. El responsable fue Panenka. El partido había acabado empatado, ante la Alemania Federal, campeona continental y mundial. Seamos justos, Checoslovaquia tuvo mucha fortuna en la semifinal y en la propia final. Fue inferior en ambos partidos. Pero su táctica defensiva y contragolpeadora le resultó. Panenka, el tipo del bigote mexicano, bombeó el balón, golpeándolo con la punta del chimpún, en la parte inferior de la pelota. El quid del asunto es que lo hizo en una final. Encima fue el último en ejecutar. Dejate de joder.

Lo repitió Zidane 30 años después, en una Final de la Copa del Mundo.

Y Benzema hizo lo mismo en la Semifinal, de las más infartantes de la Champions. El fin de semana había errado dos penales. Le importó tres carajos. Eso es ser crac.

El otro delantero es un mozalbete veinteañero, (cuyo ídolo es Paolo Guerrero), que paraba perdiéndose un gol tras otro en la Liga. Apareció cuando más se le necesitaba. Se hizo un autopase ante Fernandinho (lo dejó en ridículo) y corrió más rápido que todos, con la pelota al pie. Increíble. Definió como un veterano. Vinicius es una realidad, Tite lo agradece.

Antes se había establecido el primer gol madrileño, en una jugada imposible. Definió el de siempre, ante un pase largo de Mendy, tal como vino el balón y de zurda. Con la marca encima. Imposible evitarlo. Y pensar que Modric había recuperado el balón, tirándose al piso como un juvenil y se la cedió al defensa francés. Esa es la pintura exacta del equipo merengue. Será menos equipo que el City en juego colectivo o vistosidad. Pero tiene cracs con mayúsculas. El City va a tener que sudarla para eliminarlos. No hay otra. Y si falla las ocasiones que se le presentan, quedará eliminado. Benzema y compñaía no fallan.

El City se reivindicó con los suyos y los extraños que adoran su fútbol. Pep Guardiola se la jugó. Tenía la defensa golpeada. Incluso improvisó un lateral. Se notó claramente. Faltó Walker y Joao Cancelo. Stone estaba golpeado, por ende, Guardiola lo sacó. El Madrid, ídem. Le faltó Casemiro, y Alava estaba tocado.

Fue un partido de la puta madre. Siete goles en 90 minutos. Ataque esplendoroso de ambos equipos y defensas deficitarias.

La vuelta será a matar o morir.

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