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Opinión

Chofer de contralor gana más que propios auditores

Las autoridades de la Contraloría General de la República no conocen el significado de austeridad y aparentemente viven en una botella, despilfarrando recursos millonarios de la institución a favor de algunos funcionarios privilegiados y cercano al contralor. No son concientes que el país vive en un momento económico muy delicado y todos los funcionarios tienen la tarea de apretar sus cinturones.

Un caso que ejemplifica esta inconsciencia es el de un funcionario de la Contraloría General de la República (CGR) Pedro Antonio Yegros, que se desempeña como chófer del contralor, Camilo Benítez. El mismo cobra un salario mensual cercano a los G. 13.200.000, sin poseer título universitario y superando incluso a los salarios de los auditores y un jefe de equipo, que se encargaron de realizar el informe especial sobre la deuda de la Entidad Binacional Itaipú.

Está situación también desnuda la realidad sobre la desigualdad salarial en la institución, donde por una lado los funcionarios técnicos que poseen títulos universitarios, como los auditores y jefes de equipos que realizan diferentes auditorías perciben un salario menor que el chofer del Contralor General de la República, Camilo Benítez.

Esto se puede corroborar revisando los nombres de los auditores y del jefe de equipo, que tuvieron la gran responsabilidad de realizar el informe final sobre la deuda de Itaipú con el Brasil. Ahí encontré que el Jefe de Equipo, economista Luis Limprich y el auditor, licenciado Richard López perciben un ajustado salario de G. 10.100.000, mientras la otra auditora, Licenciada Lourdes Carosini, la mínima suma de G. 9.900.000.

Lamentablemente está situación de desigualdad salarial es propiciada por el propio Contralor General de la República, quien notablemente privilegia a su chofer sin título universitario, haciendo que gane 32% más que los que verdaderamente trabajan en la institución como son los auditores o jefes de equipos, humillando a estos últimos.

Está situación termina proyectando una pésima imagen de la institución, ya que los amigos cercanos al contralor son privilegiados arbitrariamente, mientras quienes realizan las tareas de la misión institucional y poseen títulos universitarios reciben como castigo esta desigualdad salarial.

Este tipo de privilegios parece no tener fin, ya en el 2015 había saltado la famosa secretaria vip del excontralor Óscar Velázquez quien ganaba alrededor de G. 37.000.000 con horas extras incluidas y que finalmente derivo en una condena por daño patrimonial a Velázquez. Hoy parece que el contralor Camilo Benítez quiere repetir la misma historia, pero esta vez con un chofer de “oro”.

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