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¿Por qué hay oposición a la donación de órganos? Cirujana ayuda a entender las principales dudas
Transplante de corazón. Foto: MSP BS.
Esta semana, dos impactantes noticias sobre la donación de órganos generaron impacto en el país. Por un lado, la alegría de un paciente que dependía de las máquinas de diálisis para seguir con vida, quien luego de tres años consiguió un donante renal, y por otro, el pequeño Milan, quien a sus tan solo 5 años, depende de una máquina para que su pequeño corazoncito siga latiendo.
En ambos casos, los pacientes llevan mucho tiempo aguardando un nuevo órgano que les permita mejorar la calidad de vida, luego de haber recibido varias respuestas negativas por parte de familiares de posibles donantes.
La principal causa de la oposición, es quizás, la desinformación que existe en torno a esta práctica, sobre todo cuando ocurren casos de muerte cerebral, donde lamentablemente es irreversible el fallecimiento del paciente. Pero, así también, existen casos en donde los órganos pueden ser donados ya después de fallecidos, hasta cierta cantidad de horas en donde cada segundo cuenta.
Para resolver estas dudas recurrentes sobre los órganos que pueden ser donados por personas ya fallecidas o aquellos en los que, necesariamente, se necesita un diagnóstico de muerte cerebral, desde El Nacional contactamos con la Dra. María del Carmen Fernández, especialista en Cirugía Vascular, quien aclaró las principales incógnitas.
¿Qué características reúne una persona para ingresar a lista de donantes?
Gracias a la ley N.º 6.170/18 y mediante la Ley Anita – Decreto 2162/ 2019, todo ciudadano paraguayo mayor de edad es considerado donante de órganos, a menos que haya dejado constancia de su oposición por escrito en la INAT o en identificaciones al momento de renovar su documento de identidad.
En caso de ser ingresado al servicio de urgencias, reanimación o unidad de cuidados intensivos porque haya sufrido daño cerebral agudo de causa comprobada, documentada y corroborada tanto por la historia clínica, así como métodos auxiliares del diagnóstico, como imágenes. Estas causas pueden ser trauma de cráneo, accidente cerebro vascular isquémico o hemorrágico o encefalopatía por hipoxia.
Además, debe presentar hemodinamia estable (que tenga valores normales de presión arterial con o sin ayuda de medicación), oxigenación adecuada, ausencia de problemas metabólicos, endocrinos o hidroeléctricos severos (es decir, sin alteraciones importantes en sus controles de laboratorio), en ausencia de intoxicaciones y drogas.
¿Qué órganos se pueden donar después de fallecer?
El donante cadavérico puede donar córneas, hueso, riñones, corazón, piel, hígado, tendones, ligamentos, páncreas, intestino, incluso las venas.
Los médicos mantienen los órganos con máquinas de asistencia artificial. Estas máquinas oxigenan los órganos continuamente. El equipo médico y el coordinador del INAT verificarán el estado de cada órgano.
Un equipo quirúrgico para el trasplante reemplazará al equipo médico que atendió al donante antes de su muerte, ya que el equipo médico que trata de salvar su vida nunca es el mismo que el equipo de trasplante.
Posteriormente, el equipo quirúrgico extrae los órganos y tejidos del donante. Se encarga de extraer los órganos y luego de retirar los tejidos autorizados cierra todas las incisiones. Es importante saber que, la donación de órganos no impide los funerales de ataúd abierto.
Los órganos permanecen saludables solo por un período breve luego de ser extraídos, el tiempo es oro. El coordinador del INAT organiza el traslado de los órganos y estos son llevados a los hospitales donde están los pacientes que más los necesitan.
Otros órganos que se pueden donar en vida
• Uno de sus riñones: Un riñón es la donación más frecuente. El riñón que le queda elimina los desechos del organismo.
• Un lóbulo del hígado: Las células del lóbulo que queda crecen o se renuevan hasta que su hígado recupera casi el tamaño original. Este proceso lleva un tiempo corto tanto para usted como para el paciente beneficiario.
• Un pulmón o parte de un pulmón, parte del páncreas o parte de los intestinos: Estos órganos no vuelven a crecer. Tanto la porción que dona como la porción que le queda funcionan totalmente.
Además de órganos, también es importante resaltar la importancia de donar cierto tipo de tejidos como:
• Piel después de una cirugía, por ejemplo, de la zona del abdomen.
• Hueso después de una cirugía de reemplazo de rodilla o cadera.
• Células sanas de la médula ósea y la sangre del cordón umbilical.
• Líquido amniótico después del parto.
• Glóbulos blancos, rojos y plaquetas.
También se puede donar sangre y médula ósea más de una vez. El organismo produce más y las reemplaza una vez que dona.
¿Cuál es la expectativa de vida de los pacientes con órganos donados?
Es muy variable, depende tanto del paciente como del órgano trasplantado. Pero la calidad de vida mejora abismalmente, por ejemplo una persona con insuficiencia renal debe realizarse sesiones de hemodiálisis 3 veces por semana durante 4 horas por vez en promedio, conectado a una máquina que suple la función de sus riñones, esto le impide realizar de forma normal actividades cotidianas como trabajar o asistir a una institución educativa para formarse. Con el trasplante renal se olvidan de esto y pueden desarrollar con total normalidad todo tipo de actividades.
¿Qué mensaje te gustaría dar sobre la donación y la desinformación al respecto?
Gran parte de las personas que se niegan a la donación, lo hacen porque no saben la diferencia entre muerte cerebral y coma. Me parece importante que haya mayor educación en este tema, ya que el coma es un estado del que el paciente podría llegar a despertar, pero de la muerte cerebral ya no.
Para certificar el estado de muerte cerebral se realiza una serie de pruebas en tiempos estrictamente controlados, por profesionales específicamente capacitados para corroborar que ya no exista ninguna función cerebral, desde el momento de la certificación de la muerte cerebral el resto del cuerpo es sostenido solamente por máquinas que aseguran la oxigenación de los demás órganos, pero estos no resisten demasiado tiempo a pesar del buen manejo.
Como sociedad deberíamos ser más empáticos ante muchas situaciones, en el caso de la donación de órganos, ser capaces de pensar “¿cómo me sentiría dependiendo de una máquina para vivir?”, “¿Qué sería capaz de hacer si a mi hijo, hija o algún ser querido necesita un órgano?”.
Ponernos en la piel del otro nos hace ver que muchas veces tenemos en nuestras manos y depende de nuestra decisión cambiar la vida de alguien, incluso salvar vidas.
Particularmente me gusta mucho la frase que se suele utilizar “los órganos no van al cielo, bajo tierra ya no sirven”, e incluso donando es como prolongar la vida del ser amado, permitiendo hacer feliz a otra familia.
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