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Fin de año y los cuadros depresivos: conozca sobre el fenómeno de “Grinch”

Mesa navideña con silla vacía. Foto: Getty Images.

Mesa navideña con silla vacía. Foto: Getty Images.

Durante los días festivos como Navidad y Año Nuevo, se generan en ciertas personas sentimientos de tristeza e incluso trastornos depresivos, ya sea ante la pérdida de un ser querido o el no alcanzar objetivos establecidos por situaciones diversas.

El Prof. Dr. Julio Torales, jefe del Departamento de Salud Mental de la Cátedra y Servicio de Psiquiatría del Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, explicó que existen dos elementos que se conjugan. El primero es la depresión estacional y la tristeza por la pérdida de seres queridos durante el año. Propia de la época navideña, esta condición es conocida como el “fenómeno de Grinch”, personaje ficticio que roba la Navidad al sacar toda la alegría, y que justamente se produce en las personas en una época como diciembre, en la que culmina el año, donde se evalúan los proyectos no logrados y existen personas con más predisposición en las que se puede generar el síndrome depresivo. Lo segundo es que existen muchas familias que perdieron a seres queridos por algún motivo o debido a la pandemia por covid-19 y genera el “síndrome de la silla vacía” en la mesa navideña o de fin de año.

Lo principal es hacer saber a las personas que estos sentimientos difíciles que pueden aparecer tienen forma de ser tratados para sentirse mejor. Es importante que se busque ayuda profesional y no se esté sufriendo en solitario. Para el ser humano, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. “Que algo me duela, sí, pero que yo viva cogobernado por ese dolor y sufrimiento es opcional y depende de que vayamos a la consulta y romper con ese sentimiento”, refirió el docente.

Indicó que no se podrá devolver a la vida a la persona querida perdida, pero se puede honrar la memoria de la persona y seguir adelante en su nombre. Justamente, la pandemia dificultó mucho porque los procesos de cierre que los humanos precisan regularmente no se dieron como tal, como el velar al ser amado y dar entierro compartiendo con toda la familia. “Entonces aquellas personas que necesitan hacer esa cicatrización deben llorar a sus muertos y hay que llorar a lo que se ha perdido. El llanto per se no es malo, sentirse triste no es malo, porque es una emoción básica, pero cuando la tristeza colorea mi vida y me impide hacer actividades diarias y está presente la mayor parte del día, ahí se habla del síndrome depresivo, que sí requiere de atención”.

El Prof. Dr. Torales explicó que se puede estar triste por una persona que se ha perdido, pero “si paso más de seis meses a un año y no se puede volver a la realidad por esa pérdida que se ha tenido, lo más probable es que esa persona esté enfrentado un trastorno de duelo persistente, y eso demanda atención”.

“Triste se puede estar toda la vida, se va a tener añoranza, pero la añoranza claramente uno relaciona a la tristeza con el objeto perdido o la persona perdida. En la depresión, la tristeza no está relacionada con nada en particular y eso requiere de atención. Los ciclos vitales se cumplen y uno debe consultar y buscar herramientas para sentirse mejor”, expresó.

Familia y amigos tienen una responsabilidad muy importante

El 90 % de las personas que cometieron suicidio tenían trastorno mental no identificado o que no fue bien tratado al momento de la muerte, entonces es importante invertir el tiempo preguntando a la persona qué tal está, si necesita ayuda y, de ese modo, perder el miedo de acudir con un profesional médico, psicólogo o psiquiatra.

“Si invertimos 60 segundos de nuestro tiempo preguntando a esa persona cómo está, tal vez se pueda impedir un suicidio. El suicidio se puede prevenir”, manifestó el profesional.

El Hospital de Clínicas, a través de sus servicios multidisciplinarios, la Cátedra y Servicio de Psiquiatría y el Departamento de Psicología, aseguran la atención por sistema de guardia, sobre todo, en estas fiestas de fin de año, tanto para niños, adolescentes y adultos. La línea habilitada para casos de urgencias psiquiátrica es (0962) 440-001, o bien se puede acudir a los servicios de Emergencias de Adultos y Pediátricos, con atención las 24 horas del día.

“No hay excusas, se tienen las herramientas necesarias para hacer frente a la patología a través de profesionales de la salud, se tienen los mecanismos para enfrentar al cuadro depresivo y dar seguimiento a través de los servicios que se ofrece la institución”, finalizó el experto.

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