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Nacionales

En un mar de pastos, naturaleza para descubrir

Cuphea lysimachioides “ysypo pere”. Su xilopodio (raíz tuberosa), concangorosa y hoja de guayaba se utiliza para el dolor de garganta. Fotos: Oscar Feltes.

Cuphea lysimachioides “ysypo pere”. Su xilopodio (raíz tuberosa), concangorosa y hoja de guayaba se utiliza para el dolor de garganta. Fotos: Oscar Feltes.

Esta semana que pasó tuve la oportunidad de viajar al sur del país y nuevamente quedarme gratamente sorprendido con las bellezas de estos pastizales naturales. De lejos es un mar de pastos que conforman praderas interminables y hasta allá a lo lejos donde alcanza la vista del ser humano, uno ve un horizonte con pastos. Un paisaje sin muchos accidentes, quizás algunas sierras a lo lejos, y unos manchones de bosques donde sigue serpenteando algún curso de agua, de por sí hoy muy necesarios ya que la zona evidencia una intensa sequía, sin lluvias para los próximos días.

Polygala spp.

Aún así, estos paisajes en diferentes tonos de verdes, desde los muy claros hasta los intensamente verdes, hasta podría decirse que azulados, se ornamentan con una gran cantidad de flores que asoman en la superficie de los pastos, y otras que se erigen muy corajudamente sobre el tapiz herbáceo. Arbustos, árboles, sí, los hay, pero muy pocos. Quizás sean más abundantes los montículos de termitas conocidos como tacurúes, los que frecuentemente son visitados por las lechuzas que gustan de utilizar su base para anidar y criar sus polluelos. Estas lechuzas son fieles guardianas de la paz de los pastizales, y seguramente con los teros, son los elementos que alertan al resto de algún que otro visitante, con fines predatorios, o con fines de husmear y conocer más de esta tan poco difundida naturaleza.

Begonia cucullata var cucullata – agrial pytä. Especie que crece en zonas húmedas, cada vez más escasa. Se utiliza como “remedio refrescante”.

Lo cierto es que los pastizales del sur tienen muchos atractivos, y quizás el más valioso es ese que regocija la vista, ese mar de pastos que bailan al compás del viento y que contiene una flora y fauna asociada de increíbles características. Estos pastizales multicolores, pero centrados en el verde, se presentan sobre ondulaciones del terreno que dejan praderas altas y en las zonas bajas, se dan humedales que sirven como colectores de agua y en donde la vegetación tiene características diferentes, crecen allí plantas acuáticas o plantas que están adaptadas a las altas condiciones de humedad y aún en épocas de seca fuerte, están allí presentes, como diciendo aquí estamos para mostrarte que esto es un humedal, y así se dan diferentes especies que inclusive incluyen helechos, orquídeas y otras especies que normalmente no esperamos en zonas de humedales.

Polygala spp.

Hasta es común un “gran helecho” que la gente conoce como chachi que se da en las zonas de nacientes de agua, tornándose así en especies indicadoras (o sea, indicadoras de que allí hay, o hubo, una naciente de agua). En estos pastizales se dan también plantas como la katuaba y es común ver esparcidas plantas de guayabas, seguramente existen muchísimas plantas medicinales más como el ka’arê, que el colega Oscar Feltes me señalaba junto al ysypo pere y el agrial pyta entre las medicinales, esta última que le da un particular sabor a nuestro querido tereré, mientras que el ka’arê saboriza nuestro mate. Oscar me comentaba que las Bacopa son unas plantas que han sido recientemente estudiadas y él encontró en nuestro relevamiento algunas especies, que podrían tener algunas cuestiones de conservación.

Bacopa congesta. Crecen en terrenos pantanosos y en riberas de las lagunas de varios departamentos del Paraguay que abarcan las ecorregiones del Chaco Húmedo, Cerrado y el Bosque Atlántico de Alto Paraná. De acuerdo al área de ocupación, la especie debería ser evaluada como en peligro (EN).

Zambullirse en el pasto, por una caída o tropiezo inesperado, puede ayudarte a descubrir mucha vida que no está así expuesta sin ese “chapuzón” en el pastizal, remover la intrincada red de pastos permite ver una vida extraña a nuestros ojos. Uno puede ver que hay especies que hacen pozos, seguramente varios mamíferos que son fosoriales o semifosoriales, o nidos de aves, ya abandonados, pero con restos de una exitosa crianza. Sin embargo, allí hay muchas plantas con bellísimas formas y colores que deberíamos comenzar a apreciar para poder conservarlas. Por ejemplo, las orquídeas graminoides.

Galeandra stylomisantha. Es una orquídea terrestre con aspecto graminiforme (forma de gramíneas, lo que la hace difícil de identificar en medio de los pastos). Crece en suelos anegados, en cursos de arroyo.

Estos campos han dado y siguen dando lugar a una ganadería muy particular, ya que el ganado se alimenta de pastos naturales, rara vez enriquecidos con otros pastos que mejoran la oferta forrajera. Es cierto que el reemplazo de estos pastizales naturales por pasturas (implantadas) cambia la estructura de la matriz herbácea y esto conlleva pérdida de la rica biodiversidad, como otros tipos de cultivos que podrían servir de alimento para el ganado o directamente la producción agrícola, con importantes avances de la soja, y también de la forestación dominada principalmente por el eucalipto. Los sectores productivos conllevan una enorme responsabilidad de asegurar que mantienen los servicios ecosistémicos que brindan estos pastizales y con ello la rica biodiversidad que alberga, acompañar el proceso de desarrollo económico es clave como pilar del desarrollo social y ambiental de estos mares de pastos.

Habenaria gourlieana – Orquídea pantanícola (que crece en zonas pantanosas, anegadas), también de aspecto graminiforme.

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