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Un corazón fuerte fue la salvación de Alberto

La historia de Alberto López es un gran milagro, según él mismo lo describe: “respirar de nuevo es una gran bendición”, nos cuenta mientras le vamos consultando sobre su trasplante de corazón ocurrido hace 3 años. Él nos comenta que su vida cambió completamente y que agradece a todo el equipo y a su familia por hacerlo posible.

Alberto tiene hoy 48 años y una hermosa familia con dos hijos, pero su historia trascurre mucho tiempo atrás cuando fue diagnosticado en el 2010 con arritmia cardiaca que se complicó en una miocardiopatía dilatada severa, con fracción de eyección disminuida al 15 %; esto quiere decir que su corazón estaba súper agrandado y no hacía bombear la sangre correctamente.

“Esta enfermedad se iba complicando cada vez más, con más internaciones en el Hospital San Jorge, que considero como mi segundo hogar. La enfermedad me producía retención de líquidos, se me hinchaban los pies, líquidos en los pulmones, no podía hacer esfuerzo, me faltaba el aire”, nos comenta.

Luego de un año de que lo habían ingresado a la lista del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante, el 16 de setiembre de 2018 apareció su ángel donante, quien le obsequió un corazón para seguir viviendo.

“Desde el momento en que se encuentra un donante el INAT activa un protocolo para la cirugía. Es impresionante el amor a su profesión y a la vida, y a ellos estoy eternamente agradecido”, expresó.

“Esta es una fotografía antes del trasplante y fue en el evento de Beatificación de Chiquitunga en junio de 2018 en el club Cerro Porteño, donde al término del evento me desvanecí en la rampa de salida y tuve un paro cardiaco y gracias al dispositivo cardiodesfibrilador que tenía instalado en el pecho, que actuó varias veces, la asistencia de paramédicos y los médicos del hospital San Jorge pude sobrevivir. La siguiente es una ya trasplantado”. Foto: Gentileza

Agradecimiento eterno

La familia de Alberto, a raíz de su pronóstico, tuvo que atravesar momentos muy duros, y Alberto quiso agradecer a sus compañeros de trabajo y a su cuñada, quienes salieron a pedir un corazón para él por todos los medios posibles en todo el país.

Alberto, además de agradecer a los médicos que hicieron posible la cirugía de corazón, agradeció especialmente a su ángel salvador por el enorme gesto, así como a toda su familia, porque de esta forma él pudo volver a abrazar a sus seres queridos. También a la gente que ofreció una oración por él, porque esas son las personas que hicieron que todo fuera posible, nos comentó.

Con esta historia, Alberto pretende dar esperanzas a todas las personas que siguen esperando un órgano para seguir viviendo o para mejorar su calidad de vida. “Quiero dejar un mensaje de que se debe tomar conciencia por la donación y el trasplante de órganos, y que en cada reunión familiar o de amigos se hable de este importante tema. Todos en mi familia somos donantes y todos pueden serlo”, finalizó.

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