Además de disminuir la ansiedad de fumar al reducir la alteración del sueño típico de esa fase (insomnio por nicotina), la actividad física previene el estrés.

Otros beneficios que produce el ejercicio físico al fumador:

– Aumenta el transporte de oxígeno al cerebro mejorando la memoria y aprendizaje.

– Reduce los niveles de colesterol y de presión arterial.

– Ayuda a consumir alimentos más nutritivos para controlar mejor el peso corporal, especialmente luego de la cesación tabáquica.

– Genera un canal de distracción para no recordar el tabaco.

– Elimina la tensión y ansiedad que produce el dejar de fumar.

– Disminuye el estado de irritabilidad emocional, con mejor estado de ánimo y prevención de la depresión.

– Permite consolidar el reto de dejar de fumar con más vigor.

¿Cómo deben ser las sesiones de actividad física para ayudar al abandono del tabaco?

Se inicia con ejercicios aeróbicos, en principio de corta duración y progresivamente se incrementa el tiempo, cada 8 a 10 días, una o dos veces a la semana, con una intensidad leve a moderada (40 a 60% de la frecuencia cardíaca máxima) y de bajo impacto (sin saltos).

Tipos de ejercicios recomendables: caminar en un espacio abierto, andar en bicicleta y nadar, cualquiera de estos ejercicios tiene el potencial de aliviar el deseo de fumar. Esto puede realizarse también en compañía de un compañero/a que lo motive positivamente, siguiendo el protocolo vigente.

Tabaquismo

El tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica, señala la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Consumir tabaco puede conducir a la aparición de enfermedades no transmisibles, debido a que contiene más de 4.000 sustancias tóxicas, irritantes, mutágenos y carcinogénicas que van produciendo un efecto acumulativo para el desarrollo de estas enfermedades que tienen una larga duración, lenta progresión en general y que no se resuelven espontáneamente.

 Las enfermedades no transmisibles son cada vez más prevalentes por las condiciones de la agitada vida actual, entre ellas se destacan las afecciones cardiovasculares, el cáncer y las patologías respiratorias crónicas y metabólicas en mayor proporción. De ahí la imperiosa necesidad de adoptar un estilo de vida saludable, comer saludable, hacer ejercicios y abandonar el tabaco.