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COVID-19: ¿Y si lo estamos haciendo todo mal?

Foto: Ilustración.

Foto: Ilustración.

La ciencia tiene una mente abierta. La historia de la ciencia es una historia de muchas ideas que en algún momento fueron consideradas locuras. Hoy día predomina el pensamiento derivativo, pero bien provechoso nos sería un pensamiento divergente que genere soluciones alternativas que escapen al dogma del grupo de poder.

En 1854 hubo un brote de cólera en Londres. El establishment y los académicos de entonces sostenían que se trataba de una peste que se contagiaba por el aire. Fue gracias a la intervención de un modesto médico, John Snow (y gracias a la mente abierta del Príncipe Albert), que se descubrió que no era el aire, sino la fuente de agua la que estaba matando a la gente.

También está el caso de un humilde médico campesino, Robert Koch, quien se enfrentó a la gran Academia parisina y al mismísimo Louis Pasteur, pero que, gracias a él, se han hecho tantos avances en bacteriología y en el estudio de la tuberculosis. Es como si pareciera que siempre la verdadera ciencia es la que va proejando.

Enero, 2019

El Dr. José Luís Mersán, médico paraguayo y director del Sanatorio Mersán en Carapeguá, dio una conferencia ante médicos destacados de distintas disciplinas en la Universidad de Duke, una de las más prestigiosas y caras de los Estados Unidos. El tema de la disertación era la medicina como arte, lo cuál ya llamó la atención de muchos de los presentes que se creían más científicos que artistas. Sin embargo, al final de la conferencia, se ganó el epíteto de “el Dr. House paraguayo”.

Mersán habló de la importancia de volver a ciertas bases fundamentales, especialmente al mirar a la medicina como un arte que se basa en las ciencias. El médico debe tener un conocimiento profundo de la biomecánica del cuerpo y conocer bien la maravillosa interconexión que existe en todo lo relacionado con la salud. Habló también de la importancia de no enfocarse solamente en las enfermedades y estudiar también a las personas saludables. El médico se ha convertido en un profesional que poco entiende de salud y que al parecer solo sabe prescribir fármacos.

Para Mersán, la Naturaleza acepta ayuda, pero no consejos. El médico, como dice el viejo aforismo, cura a veces, alivia a menudo y consuela siempre. Uno de los principios hipocráticos de la medicina es primum non nocere (lo primero es no dañar), y muchas veces se termina traicionando ese principio.

Aunque la medicina es un arte, el médico es un hombre de ciencia que utiliza todo su saber al servicio de alivianar los padecimientos del paciente. El médico es, muchas veces, el nexo conector entre la ciencia y la gente.

Aún no se sabía lo del covid19, pero como era invierno, algunas de las preguntas fueron para la gripe. Mersán sostuvo que el cuerpo se cura solo, pero hay que ayudarlo. Recomendó las tres C: Cama, Calor y Cariño. Ya en ese entonces, habló de la importancia de un buen nivel de Vitamina D y de Zinc. Sostuvo que a veces no es tanto el remedio que se pone, sino la toxina que se deja de consumir, por lo que recomendó cuidar la dieta, especialmente eliminando azúcar y carbohidratos, por lo menos durante la enfermedad. Obviamente sus respuestas fueron más complejas, pero a cada dolencia iba remarcando el equilibrio que debe haber en el cuerpo.

Dr. José Luís Mersán, Hospital de la Universidad de Duke. Foto: Gentileza.

Diciembre, 2020

El 8 de diciembre el Prof. Pierre Kory, MD. testificó ante el comité de Seguridad Nacional del Senado de los EE.UU., donde se mostró altamente frustrado por la forma en la que se llevaban a cabo las cosas en lo relacionado al covid19. Ya en mayo había testificado y en tal ocasión había recomendado el uso de corticoesteroides que había tenido tanta oposición por el resto de la comunidad médica y en especial por la OMS. Gracias a su recomendación se salvaron miles de vida.

En EE.UU. hasta la fecha no han aprobado el uso de la ivermectina como tratamiento del covid19, lo cual le parecía al Dr. Kory una locura. Lo que el médico pedía es que simplemente las instituciones encargadas investiguen los datos ya existentes para poder usar drogas que ya han sido aprobadas para otros propósitos. Sostuvo que hasta la fecha CDC ni ninguna otra organización ha destinado ninguna comisión para estudiar y revisar la redirección de drogas ya aprobadas en el intento para tratar a esta enfermedad. Todo lo que se ha hecho fue en favor de drogas nuevas y muy costosas, y en vacunas.

Según Kory existen ya montañas de datos que confirman que la Invermectina ha resultado ser efectiva y “milagrosa”. Afirmó que era una droga profiláctica, pues quienes lo tomaban no se enfermaban, y los que ya estaban infectados se curaban más rápidamente. Destacó que la mayoría de las muertes son innecesarias y que el tratamiento temprano es la clave. Para el tiempo en el que llegan al hospital ya es tarde para algunos, y muy tarde para los que entran en terapia intensiva. Los que más mueren son los afroamericanos y los latinos.

Otros médicos de renombre, como el Dr. Ramin Oskoui, dieron también sus testimonios. Oskoui habló de la importancia del Zinc y otros de la Vitamina D, y de cómo algunos gobiernos ya proactivamente daban a la población suplementaciones de Zinc y Vitamina D.

Oskoui también denunció el intenso ataque que reciben los médicos que se enfocan en el tratamiento del covid19. La prensa los trata de herejes de la ciencia y las redes sociales los censuran. Todo el enfoque de salvación está en las nuevas vacunas, mientras que se ridiculiza a los médicos por hacer lo que los médicos hacen, que es usar sus habilidades prácticas y hacer uso del conocimiento científico existente y disponible.

Al parecer, la única solución viable para esta crisis son las nuevas vacunas, y esa es la única ciencia. Cualquier intento de enfocarse en protocolos de tratamientos es atacado dogmáticamente y se silencias sus voces. Cualquier médico es totalmente bienvenido si quiere irresponsablemente promocionar vacunas que no tienen el tiempo suficiente, pero si a algún médico se le ocurre hablar de tratamientos, son tenidos por anatemas y directamente censurados bajo el estigma de anticientíficos.

El Senador Ron Johnson es uno de los pocos que ha hecho voces a este gran problema. Lo evidente es que el tratamiento temprano salva vidas, pero ni eso parece ser de importancia.

¿Qué hacen en EE. UU. cuando uno da positivo?

Nada. La recomendación es simplemente quedarse en casa y aislarse, y en caso de sentirse mal llamar al hospital para ver si necesita internación.

La mayoría de la gente no experimenta síntomas, algunos solo un dolor de cabeza y malestar, pero aunque algunos tienen síntomas menores por una semana, todo cambia cuando un día simplemente se quedan sin aire y es ahí cuando van al hospital.

El Paraguay algunos médicos recomiendan Invermectina, lo cual ha ayudado bastante. Pero se puede hacer mucho más en términos de Salud Pública, sin que tenga que ver con hospitales ni vacunas.

¿Qué sabemos hasta ahora?

Lo que cada vez resulta más evidente es que esta Pandemia fue el resultado de un virus al que se sumó el terrorismo mediático y el oportunismo político.

La Pandemia no es un problema que debe ser resulto por médicos, sino por estadistas, ya que su complejidad afecta a la vida política y económica de las naciones, y no solo a la salud.

Con casi 8 billones de población mundial, en el mundo hasta la fecha existen 1,85 millones de muertes con/por covid19. En Paraguay hay 110 mil infectados y menos de 2500 muertes por covid19. En EE.UU. hay más de 20 millones de infectados y alrededor de 350 mil personas han muerto con covid19 (no necesariamente de covid19). En términos estadísticos esto resulta en absurdos, unos 0,0002 %.

Lamentablemente ya aquí se han empezado a hacer mal las cosas. En muchos países se inflaron los números, mientras que en otros se maquillaron para tener un menor número. De cualquier modo, tampoco se ha hecho una buena clasificación para saber cuántos murieron a causa del covid19 para diferenciarlos de otros que murieron por otras causas pero que también estaban infectados.

La prensa sigue con su constante campaña de miedo mostrando el incremento del número de infectados que generalmente va duplicándose, pero lo que no dicen es que las muertes han disminuido en muchos países hasta 10 veces.

De abril a octubre de 2020:

También hoy ya podemos poner las cosas en perspectivas. En EE.UU. en el 2018 murieron 2.839.205 personas. En el 2019, mejoraron las cosas en el país y el número de muertes fue similar al anterior, con 2.825.590 muertes. En el 2020, año de la Pandemia, han muerto 2.930.000, de los cuales al menos unos 300 mil se debieron al covid19.

El último año que dieron datos completos fue en 2018: Cardiaco: 655,381; cáncer: 599,274; accidentes 167,127; enfermedades respiratorias crónicas 159,486; derrame 147,810; Alzheimer 122,019; Diabetes 84,946; Influenza y Neumonía: 59,120; problemas renales 51,386; suicidios 48,344 (cdc.gov).

Vitamina D3

El Dr. Mersán ya había hablado de esto, aunque no en relación directa al covid19, pero existe una relación directa. No solo se dan las casualidades que el covid19 aumenta en invierno, cuando menos sol hay, sino que también ha afectado más a las regiones frías. En EE.UU. las regiones nórdicas fueron las más afectadas. En Europa no tanto, pero hay que considerar que, aunque no tienen sol, consumen alimentos ricos en D3.

¿Qué es la Vitamina D? Es un amino vital (vitamina) que es también una hormona esteroide soluble en grasa, que puede penetrar la membrana celular y prevenir la transcripción o replicación de virus.

El New York Times ha publicado un importante articulo sobre la relevancia de esta vitamina en relación con el covid19. El Prof. Roger Seheult, MD ha condensado una serie de estudios que sugieren lo importante de esta vitamina para una pronta recuperación.

Es una vitamina gratis, ya que mayormente viene de la exposición al sol, aunque también puede ser suplementado vía oral. Si uno sale al sol exponiendo solo su cara y manos, esto es solo un 5 %, lo cual implica que se necesitará mucho más tiempo. Lo que se recomienda son 10 minutos de exposición al sol (con ropa mínima y sin bloqueadores solares).

Es soluble en grasas, de modo que si se suplementa vía oral debe ser consumido con comidas (grasas y aceites). Los estudios mostraron que consumir entre 1000 a 2000 IU no tienen efecto. En la India recomiendan ahora consumir 50.000 IU por una semana.

La D3 también puede ser administrada con inyecciones intramusculares, y quizás ésta sea la vía más eficaz para inyectar una dosis de 50.000 IU y asegurarse de que exista mejor absorción, aunque si hay problemas renales no habrá buena absorción.

Para que se dé una toxicidad se necesitan más de 200.000 IU por meses, y lo que produce es hipercalcemia (o exceso de calcio en la sangre y órganos). Por eso es bueno suspender, si hay, la suplementación de calcio y agregar alguna suplementación con Magnesio.

La pigmentación de la piel influye mucho en la absorción. Cuanto más oscura sea la piel más exposición al sol necesitará. De ahí se explique que muchas de las víctimas del covid19 son negras y latinas.

Si existe una infección en el cuerpo, los niveles de vitamina D bajan en el cuerpo. También se sabe que muchos virus afectan los receptores de vitamina D y que los leucocitos necesitan de esta vitamina y por tanto usarán todo lo que puedan del cuerpo.

Las personas con diabetes, artritis, obesas, problemas cardiovasculares, requieren de más vitamina D. Un buen nivel en sangre durante la infección quizás sea de entre 176 – 250 nmol/L, que es lo que se usa en los tratamientos de cáncer.

Los azúcares y carbohidratos bajan los niveles de Vitamina D, lo que explicaría también el porqué en Italia y España, a pesar de ser áreas con sol, se dieron tantos casos con déficit de Vitamina D. Esta es una de las razones por las que el consumo de azúcar y carbohidratos debe suspenderse durante una infección de covid19.

ZINC

Según el Instituto Natural de Salud (NIH), entre las funciones del zinc: es un catalizador de aproximadamente 100 encimas; juega un rol en la función inmunológica; sintetiza proteínas; cura heridas; sintetiza el ADN; desarrolla el crecimiento de niños y adolescentes; y se requiere para el sentido del olfato y el gusto.

Su deficiencia deprime el funcionamiento inmunológico; perjudica a los macrófagos y neutrófilos (células blancas); son necesarios para el funcionamiento de los ‘mata-células’, que son antivirus; el cuerpo necesita zinc para desarrollar Linfocitos T activos. Los bajos niveles de zinc están asociados con el incremento de neumonías. Todo esto, detallado como hechos en el NIH.

La deficiencia en zinc hace que uno pierda el olfato y el gusto (la anosmia es uno de los síntomas que se dan frecuentemente con el covid19). También su deficiencia puede verse por las manchas blancas en las uñas de la mano y el bajo nivel de testosterona.

Para una buena absorción de zinc es necesario tener un buen nivel de ácido gástrico. El azúcar, los carbohidratos y alimentos con ácido fítico (granos, cereales, arroz marrón, etc.) hacen que bajen los niveles de zinc. Lo mismo ocurre con el hierro y el calcio, que hacen que disminuya el nivel de zinc. El gluten también puede afectar si irrita al intestino previniendo una buena absorción.

Tanto el zinc como la Vitamina D son antiinflamatorios. Altos niveles de zinc bajan los niveles de interleucina-6 que son los responsables de los “cytokine storm” del covid19. El zinc también ayuda a nivel intracelular, impidiendo la replicación del virus. Es ahí donde se piensa que ayuda la quinina, para que el zinc penetre con más facilidad en las células.

El zinc no se almacena en el cuerpo, por lo que se debe reponerlo periódicamente. Para combatir cuadros infecciosos se recomienda entre 40 a 200 mg. Se puede también subministrarlo como suero de forma intravenosa. Si el alto consumo produce nauseas, es bueno complementarlo con cromo. También es bueno complementarlo con cobre, ya que el zinc baja los niveles de cobre, aunque para un tratamiento corto no es tan necesario.

¿Qué hacer si uno da positivo al covid19 y no tiene síntomas o son síntomas menores?

Como decía el Dr. Mersán, a veces no depende tanto de lo que se pone como de lo que se deja de poner. Una dieta eliminando azucares, frutas dulces (naranja, etc.), carbohidratos, y en general comer poco y nada que inflame al sistema digestivo. Consumir abundante agua y limón.

En realidad, el covid19 no tiene propiamente dicho ‘síntomas’. Los síntomas que conocemos son respuestas del sistema inmunológico (fatiga, 82 %; dolor de cabeza, 72 %; fiebre 40 %, pérdida del olfato, tos seca, garganta irritada, etc.).

Suplementos como Vitamina D3 (50.000 IU); Zinc (con cobre y cromo si hay nauseas); Selenio, Magnesio y Vitamina K2 (MK-7).

Reducir el stress; reposo y dormir mucho; mantener el cuerpo caliente (sudar la enfermedad): Cama, calor y cariño.

Algunos tés, si se dan problemas respiratorios: de Romero y de Amba’y.

¿Por qué no infectamos a más gente?

La mejor vacuna contra el covid19 es haberla sobrevivido. ¿Por qué es que toda la solución viable depende de drogas costosas y vacunas tan especiales que solo unos pocos países pueden producirlas?

Uno de los principios de la medicina es el de homeopatía (similia similibus curantur), o sea, lo semejante cura lo semejante. Ese fue siempre el principio de la vacunación, pero ¿por qué hemos cambiado ahora? Los chinos hace muchos años utilizaban la insuflación para infectar a personas sanas y así ir creando inmunidad.

En Paraguay existen médicos brillantes, como el Dr. José Luís Mersán o el Dr. Luís Valiente, del Cuerpo de Paz, que es uno de los pocos que se enfoca en la importancia de la alimentación y la suplementación. En serología el Paraguay cuenta con el Dr. Víctor Ariel Sánchez, bioquímico reconocido internacionalmente. Su trabajo en el IPS es encomiable, y ahora que el IPS tendrá instrumentos para hacer trabajos de biología molecular, ¿por qué no utilizar esos recursos para salir de esta crisis?

¿Por qué no se hacen programas de políticas públicas de salud para preparar el sistema inmunológico de grupos, primeramente, los más sanos, e infectarlos con covid19 y monitorearlos? Los niños son los que más contagian, pero los que menos sufren; ellos podrían volver a las escuelas y todos podríamos volver a cierta normalidad.

El mayor problema que se presenta hasta ahora es cuando el infectado no sabe que está infectado hasta que es muy tarde. Aumentar los testeos funciona si hay suficientes test, pero sería muy diferente si una persona se prepara y luego de ser infectado es monitoreado.

Si se dieran contagios en grupos controlados se podrán tomar medidas bien económicas, quizás solo con Invermectina, Vitamina D y Zinc. Ya existe suficiente base de datos para ir iniciando programas regionales sobre una población voluntaria. Quizás algunos sufran algunos efectos, pero nada comparado a quitarse de encima el peso del miedo de contagiarse o de contagiar a un ser querido.

Lo único que el miedo genera es más miedo, y su efecto nocivo contra la salud es evidente. La prensa no hace más que imbuir el miedo constante; el miedo y el sentimiento de culpa, como si fuéramos también responsables por otros. No fue hasta que se infectó el notorio ministro del Interior que la propaganda de culpa cambió.

En el Paraguay es como si ya estuviéramos implementando informalmente este plan, ¿por qué no formalizarlo y hacerlo bajo un control médico según la ciencia que tenemos a mano? En el Paraguay tenemos los cerebros para lograr salir airosos de esta crisis mundial. Si algo ha demostrado la ciencia y la tecnología hegemónica, es justamente su impotencia, pues cayeron como moscas quienes tenían su confianza en los sistemas de salud en los países del primer mundo.

Recuerdo que cuando era niño me infectaron deliberadamente con varicela por recomendaciones del pediatra. El análisis era simple: no era una enfermedad mortal para niños, pero sí un peligro para adultos. Un poco de molestia por unos granitos temporales se convirtieron en una vacuna efectiva.

“La Naturaleza ama esconderse”, decía Heráclito, sólo hay que reconocer su encriptación, pues como sostenía Francis Bacon, a la naturaleza no se la conoce ni domina, sino obedeciéndola. No es cuestión de luchar contra ella, sino con ella.

 

1 Comment

1 Comentario

  1. Roberto Morales Bechiato

    6 de enero de 2021 at 15:52

    Buenas tardes, soy de Minga Guazu, esto fue por lejos lo que mejor he leido desde que suegio este tema de covid-19, de la forma en que relata es como si fuese una simples y nada mas que resfrio comun..

    Excelente el material – felicitaciones al/los Doctor/res.

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