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Año nuevo, vida nueva: Quizás, ¿nuevo ministro en Educación?

Por (*) Martín Ramírez Machuca

El inicio de un nuevo año siempre trae esperanzas, que será mejor que el anterior. Definitivamente el año 2020, en lo que nos ha tocado a todos a nivel mundial, ha sido uno de los años más fatídicos vividos. El impacto del virus mandarín, Covid-19, dejó a su paso una estela de lamentos, llantos y dolor por pérdidas humanas.  Cada individuo tuvo su experiencia única con este virus, y cada uno tendrá su forma y manera de relatarla, pero me imagino que todos coincidirían conmigo que vivir arrinconado y estacionados en los hogares ha sido una de las peores experiencias que se ha tenido. Vivir encerrado, la pérdida de libertad que, previa a la pandemia, cada uno de nosotros no dimensionábamos el valor supremo de ella. Al toque de queda mundial, tras unas semanas de encierro, ya se podía sentir el hastío de estar en la casa, no saber qué hacer exactamente con los tiempos, sean privados o laborales y, peor aún,no se sabía qué hacer con los hijos en cuanto a la escuela, la universidad y otras actividades que rutinariamente antes de la pandemia se realizaban sin problema alguno.

Un año amargo, con varios desencuentros y desacertadas decisiones tomadas por los actores políticos que gobiernan este país. En lo que respecta al tenor de los artículos, a los cuales me ocupo cada domingo: el sistema educativo del Paraguay en todas sus aristas, pude notar que el responsable de la educación del país no estuvo a la altura de las exigencias de la comunidad educativa. No tuvo la reacción inmediata para sobrellevar tan delicada misión que se le ha encomendado, sea esta sin o con pandemia. De tanta precariedad y falta de tino en las decisiones durante la pandemia, el Congreso ha interpelado al ministro de Educación y Ciencias, y no salió airoso de la interpelación, sino que lleva a cuestas un voto censura, a pesar de ello, siguió y sigue en el cargo, y no hubo siquiera un intento de removerlo, como para reducir el descontento de la comunidad educativa.

Como si llevar a cuestas un voto censura es un halago, hace unas semanas atrás saltó una información en la que se destaca que el responsable del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) estaría envuelto en un caso de sobrefacturación de kits escolares, de acuerdo a una investigación hecha por Alfredo Guachire, colaborador deEL Nacional;y para finalizar el año escolar pandémico, autoridades de dicho Ministerio no permitieron que la mejor egresada del Colegio Nacional de la Capital leyera su discurso de fin del año escolar. Los representantes del ente adujeron problemas de “protocolo”. Empero, Laura Liz Quiñónez Galeano, una de las más destacadas de la promoción 2020, pudo leer su discurso finalmente,pero a través de un medio de prensa. Esta correcta y patriótica acción molestó a las autoridades; también, el propio ministro habría amenazado al ciberactivista Alfredo Guachire por desnudar el tema de la sobrefacturación de los kits escolares.

La estudiante Laura Liz Quiñonez Galeano había criticado fuertemente las clases virtuales diseñadas y organizadas por el MEC. Su crítica se centró en el desarrollo de la clase como mera transcripción (copiado) de las lecciones enviadas por los docentes y el retorno de parte de los alumnos en la versión transcrita.

En pleno siglo XXI, año 2020, hacer uso de esta obsoleta herramienta como estrategia paliativa de enseñanza durante la pandemia es inadmisible. Es verdad y se comprende que la situación nos ha dejado en offside, sin tener el tiempo necesario para la elaboración de materiales didácticos adecuados para aplicarlos durante este tiempo;pero, pedir que copien lecciones, es el resultado de tener a una persona sin experiencia en educación, la cartera más importante del Ejecutivo.

Como el Niño Jesús trae bonanza, renacer y esperanza, también y, ojalá,el año que se inicia,traiga un aliciente al alicaído sistema educativo del país. Nos quedan aún tres largos años para que termine este periodo presidencial, pero estimo que en Educación se debe dar un giro de timón de 360 grados para recuperar algo del tiempo perdido, o para proyectar un plan acorde a las circunstancias en la que estamos viviendo. El MEC ha anunciado en estos días el plan a ser desarrollado el año lectivo próximo(“retorno voluntario, inteligente y flexible”), pero si no se han hecho las evaluaciones respectivas de las fortalezas y debilidades (quizás las harían durante el mes de enero) que dejaron el año pandémico, y con los actores directos de la comunidad educativa, visiono que este retorno tendría efectos no muy positivos.

Solo espero que la persona que sostiene la lapicera pueda reencauzar esta delicada cartera, está en sus manos y en sus prerrogativas.

Aprovecho este espacio para saludar y desear un próspero Año Nuevo a todos mis colegas docentes que día tras día dejan sus esencias en las aulas de clases, esta vez, aulas virtuales. También a mis apreciados lectores que me motivan cada domingo con sus lecturas y comentarios.

¡Feliz Año 2021!

 

*Martín Ramírez Machuca
  Doctor en Lingüística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica.
  Universidad de Kiel, Alemania.
1 Comment

1 Comentario

  1. María del Carmen Ruiz

    3 de enero de 2021 at 08:08

    Brillante exposición. Amalaya el Pte.Abdo léa y haga los cambios necesarios.

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