La Casa Blanca responde a político francés que sugirió que EE. UU. devuelva la Estatua de la Libertad

La Estatua de la Libertad saltó a la palestra recientemente cuando un político francés sugirió que Estados Unidos ya no merecía el monumento que Francia regaló hace casi 140 años.

Raphaël Glucksmann, miembro del Parlamento Europeo y copresidente de un pequeño partido de izquierda en Francia, afirmó en un discurso pronunciado el fin de semana que algunos estadounidenses “han optado por ponerse del lado de los tiranos”.

“Devuélvannos la Estatua de la Libertad”, dijo Glucksmann el domingo ante los simpatizantes de su partido, Public Place, quienes aplaudieron y silbaron.

“Fue nuestro regalo para ustedes. Pero, al parecer, la desprecian. Así que estará feliz aquí con nosotros”, dijo Glucksmann.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, respondió a una pregunta sobre los comentarios del político el lunes durante su rueda de prensa y envió un breve mensaje a quien calificó de político de “bajo nivel”.

“Es solo gracias a los Estados Unidos de América que los franceses no hablan alemán en este momento”, replicó Leavitt. “Deberían estar muy agradecidos a nuestro gran país”, concluyó.

¿Podrá Francia reclamar la Estatua de la Libertad?

La UNESCO, el organismo cultural de las Naciones Unidas que incluye la estatua en su lista de tesoros del Patrimonio Mundial, señala que el icónico monumento es propiedad del Gobierno estadounidense.

Inicialmente, se concibió como un gesto monumental de amistad franco-estadounidense para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia del 4 de julio de 1776.

Pero la guerra que estalló en 1870 entre Francia y los estados alemanes liderados por Prusia desvió la atención del diseñador del monumento, el escultor francés Frédéric-Auguste Bartholdi.

La donación también tardó en financiarse, y se decidió que los franceses pagarían la estatua y los estadounidenses los costos de su pedestal.

Transportada en 350 piezas desde Francia, la estatua se inauguró oficialmente el 28 de octubre de 1886.

¿El Gobierno francés ofrece asilo a la Estatua de la Libertad?

No. Las relaciones franco-estadounidenses tendrían que desmoronarse para que Glucksmann consiga el apoyo del Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron.

Por el momento, el presidente francés se mueve con mucha cautela: intenta colaborar con Trump y moderar algunos de sus cambios de política, pero también se opone firmemente a algunas decisiones de la Casa Blanca, en particular el aumento de aranceles de Trump.

Macron ha permitido que su primer ministro, François Bayrou, desempeñe un papel más crítico. Bayrou criticó duramente la “brutalidad” mostrada al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante su visita a la Casa Blanca y sugirió que la administración Trump se arriesgó a entregar la victoria a Rusia al suspender la ayuda militar a Ucrania.

El partido de Glucksmann ha sido aún más crítico, publicando acusaciones en su sitio web de que Trump ejerce el poder de forma “autoritaria” y se está “preparando para entregar Ucrania en bandeja de plata” a Rusia.

En su discurso, Glucksmann hizo referencia a las palabras de la poeta neoyorquina Emma Lazarus sobre la estatua, la “poderosa mujer con una antorcha” que prometía un hogar para las “masas apiñadas que anhelaban respirar en libertad”.

“Hoy, esta tierra está dejando de ser lo que era”, dijo Glucksmann.

Fuente: 47 Nueva York.