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Continúa sin tregua la guerra entre Luis Arce y Evo Morales en Bolivia
Luis Arce y Evo Morales. Foto: Infobae. Archivo.
El ex presidente se ha lanzado contra el gobierno de su pupilo demostrando más saña que la que exhibía en sus furiosos ataques contra los gobiernos “neoliberales” de principios de este siglo, cuando llegó a derrocar a uno de ellos.
El ex presidente Evo Morales se ha lanzado contra el gobierno de Luis Arce, su pupilo, con más saña incluso que los furiosos ataques contra los gobiernos “neoliberales” a principios de siglo, cuando llegó a derrocar a uno de ellos.
Dirigentes cocaleros de la región de Morales han decidido “reventar” las instalaciones de la policía boliviana, porque sus oficiales aplican controles de documentación y placas de circulación de los motorizados.
Además, los campesinos de todo el país que siguen al cocalero anuncian para el 4 de septiembre el corte de todas las carreteras mientras los seguidores de Luis Arce no se retiren de la sede sindical.
Un dirigente cocalero llegó a decir: “Parece que con este tipo de trabajos están pidiendo que vuelva el año 2019 (cuando Morales renunció y fugó del país). Si se trata de reventarlo, vamos a reventar las oficinas del Comando (de Villa Tunari). El coronel tiene que irse, lo antes posible tiene que irse. A mi parecer, parece que no sabe todavía qué es el Chapare, no sabe dónde está parado”.
El jefe de la policía en el Chapare, coronel Marcelo Gómez, explicó que estos controles permitieron que en varios operativos se detecte vehículos indocumentados y motorizados que circulaban con placas de registro falsas. “Dentro de este operativo, hemos encontrado placas alteradas, placas documentadas y placas que correspondían a otros vehículos”.
El movimiento cocalero de Morales perjudica a la economía con los cortes de ruta, cortes que, según empresarios privados de Santa Cruz, son usados por los cocaleros como ocasiones de extorsión. Los encargados de los bloqueos cobran a los conductores de los vehículos para dejarlos pasar, lo que es un nuevo perjuicio que se suma a la demora de la mercadería. La Cámara Nacional de Industria se ha sumado a esa denuncia.
La respuesta del gobierno de Arce a todos estos hechos cometidos por los cocaleros de Morales es muy variada, algo ladina, comenzando por la destrucción de factorías donde se elabora la droga en el territorio de Chapare exclusivamente.
Es tan eficiente todo el operativo de la policía, o tan difundida la actividad delictiva de los cocaleros, que en sólo tres días fueron afectadas 27 factorías.
Además, el gobierno golpea a los socios de Morales dedicados a actividades económicas relacionadas con la inversión de las fabulosas fortunas que produce el narcotráfico.
Esta semana la justicia ordenó la detención de Harold Alberto Lora Seoane, acusado de haber construido en La Paz trece edificios de departamentos con dinero del narco. El “empresario” violó leyes municipales en la construcción de esos edificios, por lo que ahora ha sido detenido. Los edificios tienen fallas estructurales y eso será un agravante para el dueño de las torres llamadas “Las Loritas”.
El gobierno ha optado también por ayudar a que se difundan las noticias sobre la actividad del narcotráfico de los cocaleros de Chapare.
Los medios de comunicación del Estado reproducen esas noticias, como la que ahora revela que en Polonia fue capturado un cargamento de madera de exportación en que se encontró 440 kilos de cocaína del Chapare.
También se difunden en los medios estatales, con fruición, los detalles sobre la mafia de Pakistán que opera en coordinación con el gobernador de Potosí, de la línea de Morales, para introducir a Bolivia vehículos ilegales desde Iquique.
Entre el 2018 y 2020, los pakistaníes Umar Siyab y Muhamad Kashif Ilyas introdujeron a Bolivia alrededor de 11.000 vehículos, evadiendo el pago del IVA, el Impuesto a las Transacciones (IT) y el Impuesto a las Utilidades, lo que ha ocasionado un daño económico al Estado por 60 millones de dólares, según denunció el gerente General de la Cámara Automotor Boliviana, Luis Encinas.
La guerra entre Arce y Morales no se da tregua. Por el momento, el objetivo de ambas corrientes es tomar control de la sede sindical de la Confederación de Campesinos de Bolivia, en vista de que Arce y Morales tienen sus propios dirigentes campesinos que dicen tener todo el derecho de ocupar esas oficinas.
Los campesinos forman parte de la estructura política que debe reunirse en Chapare, el próximo mes, para elegir al candidato del MAS para las elecciones de 2025.
Ambas facciones del masismo saben que las posibilidades de ganar en las elecciones dependen exclusivamente de que funcione el sistema de fraude creado por venezolanos y cubanos en 2009.
Fuente: Infobae.
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