Adicción a la pantalla ¿La chispa inicial en conductas adictivas?

Los smartphones, las tablets, las computadoras  y un gran abanico de pantallas, forman parte de nuestra vida diaria y también de la vida de niños y de adolescentes. El ocio, la comunicación, la educación… todo pasa por una pantalla. ¿Pero cómo se puede detectar si se hace un uso abusivo?.

La siguiente interrogantes sería ¿Qué se puede hacer para tener una relación más saludable con el móvil y, no estar literalmente secuestrados por las “pantallas” hasta convertirlo en un patrón de conducta tóxico o inclusive en una adicción?.

La ansiedad, la irritabilidad, la inquietud, los pensamientos obsesivos o el aislamiento social, son algunas de las conductas que se presentan en niños y adolescentes adictos a las pantallas: “La adicción a las pantallas pasa más desapercibida que otras adicciones como el alcohol o las drogas, pero es igual de peligrosa y puede ser el inicio de conductas adictivas de otra índole”, explica Pilar Martínez, psicóloga de niños y adolescentes.

“La adolescencia es una etapa de formación y cambios en la que si se inicia una adicción se podría arrastrar durante años, inclusive hasta su fase crónica y ya de mucho más complejo tratamiento, por eso es tan importante prevenir o tratar el tema desde cuanto más jóvenes mejor”, asegura.

El uso incorrecto y desmesurado de las nuevas tecnologías afecta especialmente la salud física de los niños y jóvenes, siendo una causa de sobrepeso y sedentarismo, además de tener efectos negativos en las horas de sueño.

Camila de 16 años, reconoce que los viernes y los sábados por la noche, cuando al día siguiente no hay escuela, se puede pasar un buen rato mirando la pantalla del celular antes de ir a dormir. “Este hecho tanto habitual en los adolescentes puede afectar la segregación de melatonina, una hormona que regula el ciclo del sueño y que el cerebro emite antes de ir a dormir”, explica Martínez, “es el que se conoce como vamping”. “La falta de concentración, el deterioro en el rendimiento escolar, o respuestas emocionales atípicas de agresividad si se les limita o prohíbe el uso de los móviles, son otras conductas también propias de los adolescentes que ya se han vuelto adictos a las pantallas”, señala.

Consejos para evitar la adicción

Si se quiere mantener una relación sana con las pantallas y no caer en la adicción, en especial entre los jóvenes y adolescentes, una generación que ya son nativos digitales, se pueden seguir sencillos pasos que ayudan a no generar apego a estas actividades:

Fijarse unos horarios en el día para utilizar el móvil, las tabletas o el ordenador.

Es importante realizar otras actividades de ocio como leer, hacer actividades físicas, deporte, ir al cine…

Una buena manera de evitar el aislamiento ante las pantallas es jugar a videojuegos con alguna otra persona, fomentando el diálogo, compartiendo ese momento presencial mente con alguien.

Es una realidad que está generación tiene incorporada el uso de pantallas en su vida cotidiana y esto es un hecho inevitable, pero no podemos dejar de revalorizar la vital importancia del desarrollo del vínculo directo con nuestros afectos, los animales, la naturaleza y nuestro entorno en general para una vida plena, íntegra y funcional.