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¿Cómo afecta el consumo de marihuana el cerebro de los adolescentes?

Consumo de marihuana. Foto referencial.

Consumo de marihuana. Foto referencial.

a droga más popular del mundo es el cannabis, pues hay al menos 219 millones de consumidores (el 4,3 % de la población adulta mundial). Además, y en líneas generales, el grupo poblacional más vulnerable al consumo de drogas y el más gravemente afectado por los trastornos relacionados con su uso son los jóvenes. Eso, según datos del Informe Mundial sobre Drogas 2023 elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).

Durante los últimos años el consumo de drogas, como la marihuana, no ha parado de aumentar en el mundo, según Unodc. Chile, en ese sentido, se ha convertido en el líder Latinoamericano en años de vida perdidos por el consumo de marihuana, de acuerdo con un estudio publicado por The Lancet.

Al respecto, la doctora e investigadora de la Universidad de Chile, Anneliese Dörr, junto con otros científicos y académicos, emprendieron hace ya más de diez años el desarrollo de distintos estudios con el objetivo de encontrar qué impactos genera en los jóvenes el fumar marihuana. Para hacerlo, escogieron un grupo de adolescentes en edad escolar que eran consumidores y desarrollaron con ellos diversas pruebas que también fueron realizadas por no consumidores.

Dichas pruebas tenían como objetivo analizar su nivel cognitivo y ver el impacto que tiene para el cerebro el consumo frecuente de estas drogas. Los resultados, publicados en varias revistas científicas, fueron presentados hoy en el 8º Foro Latinoamericano de Calidad y Seguridad en Salud, realizado en Santiago de Chile, los días 17 y 18 de octubre.

El evento, organizado por la Clínica Alemana de Santiago, el Hospital Israelita Albert Einstein y el Institute For Healthcare Improvement (IHI) es un espacio donde expertos en el tema sanitario y funcionarios gubernamentales se reúnen a hablar de cómo lograr sistemas de salud sostenibles en la región.

La adicción a la marihuana genera problemas en el proceso cognitivos y psicológicos. Foto: BBC Mundo

La adicción a la marihuana genera problemas en el proceso cognitivos y psicológicos. Foto: BBC Mundo.

Consumir marihuana afecta al lóbulo prefrontal

Los resultados de Dörr y su equipo fueron impactantes aunque no sorprendentes: el lóbulo prefrontal era el área más afectada, por eso los jóvenes fumadores de marihuana prestaban menos atención en la escuela, tenían menor capacidad para recordar cosas y disminuían su Coeficiente Intelectual (CI) a medida que pasaba el tiempo. Es decir, perdían capacidades de atención, memoria y concentración.

“El lóbulo prefrontal es el área que más se ve afectada por el joven que consume marihuana. El prefrontal nos permite planificar, anticipar y controlar la impulsividad. El consumo de marihuana produciría una suerte de involución, dado que el desarrollo del prefrontal nos costó millones de años”, aseguró Dörr.

El consumo de marihuana en adolescentes mostró graves afectaciones al lóbulo prefrontal.

De acuerdo con la experta, el consumo de drogas también impacta en la deserción escolar, dado que los adolescentes al rendir menos en la escuela en muchos casos terminan retirándose. De hecho, según datos del Ministerio de Educación de Chile, entre 2021 y 2022, más de 50 mil estudiantes se desvincularon de sus colegios debido a factores como la baja motivación, problemas de salud mental, y la iniciación de jóvenes en el mundo laboral.

El lóbulo prefrontal es el área que más se ve afectada por el joven que consume marihuana

“La marihuana opaca el CI, produce problemas de ánimo, altera la memoria, afecta en la adolescencia la poda neuronal que es la manera en que se está reconfigurando el cerebro. Es por eso que quien fuma marihuana en la adolescencia es como quien tiene un ponqué en el horno y mientras se concina abre el horno y le mete otro ingrediente. Y no queda mejor, queda peor” resalta la experta que ha dedicado gran parte de su vida como investigadora a este tema.

Eso era algo que ya otros estudios habían encontrado. Por ejemplo, una investigación realizada con más de mil personas en Nueva Zelanda que iniciaron el consumo de marihuana a los 14 años y que fueron seguidos hasta los 38 años. Con ellos se encontró que perdieron en promedio 8 puntos de CI, lo que implica una disminución significativa en la inteligencia y la función mental.

¿Qué hacer ante el consumo de marihuana en adolescentes?

En ese sentido, la investigadora resaltó que un problema que encontraron es que el lóbulo prefrontal, que es el que se ve afectado por el consumo de marihuana, además no está lo suficientemente desarrollado en la etapa adolescente, por eso es a través del prefrontal que los jóvenes toman la decisión de fumar o no marihuana, dado que desde allí surge el autocontrol.

En ese sentido, según la investigación realizada por la experta, si se quiere afrontar el consumo de marihuana en menores de edad, es clave tomar medidas que ayuden a los jóvenes a tener capacidad de decir ‘no’.

La marihuana opaca el CI, produce problemas de ánimo, altera la memoria, afecta en la adolescencia la poda neuronal, que es la manera en que se está reconfigurando el cerebro

“El adolescente no tiene suficiente autocontrol, el lóbulo prefrontal está inmaduro aún. Le cuesta mucha energía decir que no, por eso debe invertir más esfuerzo decir que no. De eso se trata: de modificar los espacios. Somos más débiles que el león, corremos más lento, comemos peor, pero tenemos prefrontal y lo estamos hipotecando con el consumo de marihuana”, resalta Dörr.

Según el estudio que realizó junto con otros expertos en tema, es necesario para disminuir la posibilidad de consumo de marihuana en adolescente, que se promueva la disponibilidad de oportunidades saludables (como hacer deportes) que cambien los comportamientos familiares (para integrar a los más pequeños) y que se realicen más actividades en familia.

“Consumen por la percepción de bajo riesgo. Es al revés, consumen porque tienen poco autocontrol y mucho riesgo. Por eso lo que hay que hacer es controlar el riesgo”, agrega la investigadora.

Fuente: El Tiempo.

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