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Lo bueno, lo malo y la inflación

Ilustración

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POR Alfredo Schramm
@elediTHOR

El año que nos dejó tuvo altibajos en materia económica en compás con la evolución de la pandemia. El primer semestre fue para el olvido, para que luego la rueda de los los negocios vuelva a girar, lentamente, por cierto, desde la segunda mitad del año.

Entre los aspectos positivos se puede mencionar las cifras récord para la agroexportación, especialmente carne y soja, apalancados por los precios internacionales y la cotización del dólar.

En el caso de la carne, las exportaciones superaron los  USD 2.000 millones, marcando un nuevo techo para los envíos de la proteína roja nacional; sin embargo, todo este éxito exportador pasó factura al mercado interno, con subas de precios por encima de 50 % en algunos cortes.

La industria de la maquila también tuvo un año favorable, con casi USD 900 millones en envíos al exterior. Estos envíos generan valor agregado, empleos y un profundo impacto social.

El el sector financiero, a los bancos les fue bastante bien: La mora se fue reduciendo a la par de que las ganancias fueron aumentando. Las empresas de este sector cerraron el año con ganancias por encima de los USD 300 millones.

Lo malo

El promocionado crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 3,7 % no es real, teniendo en cuenta que la base de cálculo fue muy baja. En realidad se registran dos años de estancamiento económico.

Lo más triste es que el crecimiento macro nuevamente no se hizo sentir en los bolsillos de la gran mayoría de la población, cuyos ingresos se redujeron en promedio 10 %.

El empleo en ciertos sectores no se recupera, al igual que el consumo de las familias paraguayas cuyos carritos de supermercados están cada vez más vacíos.

Siguiendo en el plano del empleo, se nota una profunda precarización, donde 2 de cada 3 trabajadores no cuentan con ningún tipo de seguro social.

Lo feo

Sin duda, la noticia que más impactó en el día a día de la gente fue la suba de precios; que según el Banco Central se ubicó en 6,8 %, el nivel más elevado en los últimos 10 años.

Las subas se hicieron sentir con más fuerza en los combustibles y alimentos, los dos rubros principales de la canasta básica con más de 30 y 15 %, respectivamente.

En el rubro de los alimentos, para la ciudadanía el informe oficial quedó corto, pues fueron más que notorias las subas, por encima del 30 % a la hora de pasar por las cajas registradoras.

De acuerdo a analistas y el Gobierno, las subas se dieron como consecuencia del alza de precios de las materias primas en el mercado internacional. Para este año, se prevé una desaceleración de subas de precios, según analistas privados y del sector público.

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