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Reajuste relámpago del gasoil pone en jaque a anémica economía familiar

Ilustración: IP Paraguay

Ilustración: IP Paraguay

POR Alfredo Schramm
@ElediTHOR

El remarcaje promedio de ₲ 400 por litro de combustibles que se está concretando desde ayer en las estaciones de servicio a nivel país significará el golpe de gracia a los bolsillos de una población que no ve la luz al final del túnel desde el inicio del Covid-19, una pandemia que trajo consigo muertes, depresión anímica y económica.

Como indica el libreto del reajuste, los primeros en pegar el grito al cielo fueron los empresarios del sector del transporte público, gremio que ya amenaza con un paro total de no duplicarse el actual monto del oscuro subsidio que perciben de parte del Estado o bien lo de siempre, que el usuario pague la cuenta.

En otras palabras, atendiendo a que Estado sigue gastando más de lo que percibe por su pésima gestión -con o sin pandemia- existe una gran amenaza que la cuerda reviente como de costumbre del lado más débil, la del consumidor tal como dieron a entender ayer del el Ministerio de Industria y Comercio, entidad que tiene bajo su jurisdicción al sector combustibles.

La realidad actual de la mayor parte de los paraguayos es que está sobreendeudado, en camino a su segunda o tercera refinanciación -el saldo de las restructuración de deudas asciende a casi USD 2.500 millones y sigue subiendo, cifra del Banco Central del Paraguay, desempleado y con menos oportunidades para volver a alcanzar los niveles de ingresos que tenía antes de la pandemia.

Supuesta recuperación

Haciéndola corta, la recuperación macroeconómica de la cual se jacta el Gobierno como estrategia comunicacional para autoelogiarse  se concentra en pocas manos (boom de exportaciones de materias primas del campo) y no se hace notar en las calles ni en el dia a día de la mayoría de la gente, para quienes el circulante es cosa del pasado.

El cierre de mipymes, que siguen sucumbiendo, el desempleo, gente ingresando a  lista negra de burós de crédito y pidiendo socorro a los usureros para gambetear al hambre y la pobreza son el nuevo normal. Todos los indicadores sociales se deterioraron.

Como en toda regla hay excepciones,  el funcionariado público fue el único sector que no ve a la crisis asombrar a sus ingresos, sino todo lo contrario: siguió cobrando privilegios a costillas de sucesivos endeudamientos que se van cargando sobre los contribuyentes; así lo sostiene los propios datos del Gobierno sobre situación del empleo e ingresos de los hogares, presentados por el Instituto Nacional de Estadística.

Vale recordar que el propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez pidió “sacrificios” al sector privado de modo a sobrellevar la pandemia sin colapsar financieramente; sin embargo poco y nada se “sacrificio” se hizo desde el sector público. Ninguna reforma estructural relacionada a ola calidad del uso del dinero público prosperó.

Remarcaje

Volviendo al tema central, el economista Jorge Garicoche puso en tela de juicio el nuevo aumentazo, el segundo en dos meses, por cierto. “En el periodo más bajo del precio del crudo del petróleo (abr20-dic20) no dieron ajustes significativos a la baja, pero ahora que sube el precio del crudo todo se debe ajustar ¿cuál es la lógica? ¿el procesamiento igual fue caro? ¿la logística? ¿alguien puede explicar?” se preguntó de manera irónica en su cuenta oficial del tuiter.

De hecho el anterior reajuste, también de ₲ 400 en promedio, fue netamente político, pues las reducciones que se dieron cuando el crudo del petróleo literalmente se regalaba en el mercado internacionalfue insignificante para el consumidor. Se supone entonces que los gasolineros todavía deberían tener un buen colchón para aguantar.

Los sucesivos incrementos dejan en evidencia que este sector corporativo está en lo netamente suyo, hacer dinero. Así lo reflejan las estaciones de servicios que pululan como hongos y el ingreso de nuevos jugadores  que no quieren perderse  de la fiesta en este mercado.

Por ahora, la estatal Petropar, anunció que no tocará sus precios; así comoloc hizo la última vez; pero no tardó una semana para subirse a la ola.

Las próximas horas serán cruciales para definir quién pagará la cuenta de esta nueva suba, pero lo más probale es que sea usted y yo…

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