Destacado
Malena Wapenka, la mujer que se abrió camino en el sistema defendiendo a la Democracia
“Veinte años no es nada”, reza la letra de un tango que ella conserva en el repertorio de sus músicas favoritas. Pero 25 años en una institución tan sensible como la Justicia Electoral, en un país con una historia pródiga en convulsiones políticas, sobreviviente de dos guerras y una larga dictadura, y con una democracia que no termina de consolidarse con una clase política dispuesta a todo para llegar al poder, no es un detalle en definitiva.
La ministra del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), María Elena Wapenka, celebra sus bodas de plata en la institución donde concursó en 1995 como jueza electoral de Encarnación, para asumir en 2013 el cargo que ocupa actualmente junto a sus colegas Alberto Ramírez Zambonini y Jaime José Bestard.
El corazón al Sur
En su departamento de Asunción, María Elena Wapenka es una anfitriona entusiasta. Sentada en su espaciosa e iluminada sala, con una vista panorámica envidiable de la bahía, Wapenka relata los pormenores de una carrera dedicada a trabajar para el fortalecimiento de la democracia paraguaya, promoviendo siempre la igualdad de derechos para hombres y mujeres, enfocándose también en la formación de mujeres y jóvenes, orientada a mejorar la calidad de la representación política.
La vida la golpeó duro varias veces, y en su trayectoria como jueza electoral soportó presiones y amenazas. Lejos de amilanarse, dice conservarse fuerte, decidida, como buena taurina, y con la suficiente firmeza para continuar su lucha.
La mayor de los tres hijos del matrimonio formado por el doctor Sindulfo Wapenka, prominente figura pública de Encarnación, y la docente María Elena Galeano, la ministra del TSJE se define como encarnacena de nacimiento y sentimiento, por más que los avatares de sus funciones públicas la hayan alejado muchas veces de su terruño, y la tengan hoy residiendo en la capital.
“Nos criamos en un hogar donde se observó siempre el servicio a los demás, la solidaridad, el respeto; donde nos enseñaron sobre la responsabilidad, el trabajo honesto, el estudio, porque mi padre decía: “no tengo herencia para dejarles, sino los títulos que ustedes puedan ganarse estudiando”, cuenta Wapenka sobre los valores que le inculcaron sus padres, de quienes heredó también el gusto por la cultura y las artes.
De hecho, es profesora superior de piano, estudió declamación y teatro, y llegó a ser bailarina de danzas clásicas y españolas.
Las ganas de ser maestra
Parte de su educación media transcurrió en un colegio religioso, hasta que se propuso seguir el ejemplo de su madre y sus tías, y se decidió por la docencia, así que ingresó en la Escuela Normal N° 4 “Clementina Irrazábal”, donde se graduó de maestra. A este primer diploma, le seguirían enseguida sus licenciaturas en Filosofía y Pedagogía, que cursó en la Universidad Católica, filial Itapúa, que tiene entre sus ilustres fundadores, precisamente, a su padre.
De su primer matrimonio, muy joven, con el infortunado médico Campuzano Rivelli, fallecido trágicamente en un accidente, nació su hijo mayor Claudio Rodrigo, hoy ya todo un profesional y con una familia que le dio a Wapenka dos de sus tres nietos.
“Fue el primer gran golpe de mi vida, me quedé sola con un niño de 1 año y 10 meses, pero decidida a seguir adelante, a no bajar los brazos, y que mi hijo pudiera formarse como un hombre de bien; ahí empezó mi lucha en la vida”, relata.
De su segundo matrimonio nació Fabiana Lorena, que falleció a los 33 años en un accidente en España, donde residía y trabajaba como nutricionista de una importante multinacional de la alimentación.
“Era una persona divina por dentro y por fuera”, dice Wapenka; su voz se quiebra inevitablemente al recordar a su hija, pero enseguida recupera la templanza que ella asegura forjada al calor de las múltiples ocupaciones que tuvo que desempeñar para sostener a su familia, entre la docencia, el derecho, y hasta la venta de ropa y de textos jurídicos.
Defensa de los votos
Se graduó de abogada en 1990, en la Universidad Católica de Encarnación. En 1995 y por insistencia de dos amigas se presenta a concurso en el Consejo de la Magistratura para ocupar la vacancia en la Justicia Electoral encarnacena. Al poco tiempo se convierte en la primera jueza electoral de su ciudad.
A partir de ahí, dedicó su vida a fortalecer institucionalmente a la Justicia Electoral, como órgano vital en la vida democrática, y a capacitar y capacitarse con cursos, seminarios y especializaciones en diversos países del mundo, como Argentina, México, Filipinas, Tailandia, India, entre otros.
Como jueza electoral interinó por años vacancias forzadas en otros distritos del país, como Santaní, Ñeembucú, Misiones. En muchas de esas actuaciones debió enfrentar episodios rayanos con la violencia, como en las primeras elecciones municipales en Itapúa Poty, donde el candidato colorado ganada por un apretadísimo margen, y los liberales le exigían a Wapenka que abriera las actas; “ahí estuve a punto de ser agredida a puñetazos”, cuenta.
En otra ocasión, en San Juan Bautista, cuando la colorada Corina Falcón perdió las elecciones por el mínimo margen de ocho votos, Wapenka debió intervenir para garantizar la transparencia y salvar las actas comiciales en peligro.
En las últimas elecciones municipales de Encarnación, donde el aliancista Luis Yd se impuso por la estrecha diferencia de 80 votos, la actual ministra del TSJE fue presionada para suspender el conteo rápido, TREP, pero ella no cedió y el proceso siguió adelante. “Me presionó gente muy poderosa, pero yo no acepté los condicionamientos”, señala.
Senaduría Vitalicia
También se plantó ante las pretensiones de- nada más y nada menos-que los expresidentes Horacio Cartes y Nicanor Duarte Frutos, cuándo éstos se presentaron en las elecciones para pugnar por una banca en el senado.
El ordenamiento jurídico no les autoriza expresamente a postularse para cargos electivos cuando el artículo 189 de la Constitución les impone continuar la vida pública como senadores vitalicios, dijo en su momento.
En las generales del 2018, salvó la candidatura del actual gobernador de Alto Paraná, Roberto González Vaezken, cuando funcionarios hicieron desaparecer las actas.
La vida es siembra
Al convertirse en ministra del TSJE, en 2013, comenzó otro capítulo en su vida, que lejos de prometer mayor tranquilidad, la comprometió todavía más con sus convicciones y los valores que la alentaron toda la vida.
Al asumir, prometió ocuparse del funcionariado de la Justicia Electoral, un funcionariado que ella había conocido a fondo en sus necesidades y sus esfuerzos, durante sus años interinando juzgados por medio país.
“Juré ocuparme y lo hice, especialmente en lo que hace a las funcionarias mujeres, porque la violencia de género es algo que yo conocí muy temprano en mi vida, y que también viví en institución, todavía hoy que soy ministra”, dice.
Afirma que la Escuela de Formación Política para Mujeres Líderes, surgida de los talleres promovidos por el entonces director de Planificación del TSJE, doctor Edmundo Rolón, es hoy el legado que dejará cuando se retire.
Desde su creación en 2018, la escuela coordinada por Wapenka, la primera única escuela de su tipo en el continente, capacitó a más de 400 mujeres en clases presenciales realizadas en diversos distritos del país.
“El objetivo es darle conocimiento, experiencia, a las mujeres que quieren llegar a cargos electivos; la preparación de nuestras autoridades en todos los niveles”, dice.
Este año, la pandemia obligó a cambiar el modo presencial por el modo COVID, con conferencias online que convocan a alumnas de todo el país y profesionales y expertas internacionales, como la prestigiosa máster en comunicación Virginia Bordeau.
Sí se puede
A lo largo de este cuarto de siglo, la actual ministra del TSJE ocupó también importantes espacios internacionales, ya sea como conferencista o representante de nuestro país en organismos como el UNIORE, que agrupa a instituciones electorales de toda América, donde ocupó la presidencia entre 2016 y 2018, y A-Web, con sede en Corea del Sur, integrando el Comité Ejecutivo.
Pasaron 30 años desde que Wapenka dejó la universidad con su título de abogada bajo el brazo. Se propuso servir, como le aconsejó su padre. Hoy, dice estar satisfecha con el camino recorrido, como en aquel poema de ese español que le gusta tanto, Rafael Blanco Belmonte: “Hay que seguir sembrando, siempre sembrando”.
-
Destacado
Peña deja la cumbre del G20 en ambulancia tras sentir dolor en el pecho
-
Lifestyle
“Bungee jumping training”: saltar para estar en forma
-
Política
Falleció el abogado José Fernando Casañas Levi
-
Agenda Cultural
Paraguay e Irlanda celebran el legado de Madame Lynch
-
Deportes
Preparan “fan fest” para hinchas que no tengan entradas para la Final de la Copa Sudamericana
-
Deportes
¡Olimpia aguanta con uno menos y conquista su estrella 47!
-
Política
En redes sociales despiden a Casañas Levi
-
Deportes
Paraguay debuta con una goleada en el Mundial C20
FRANCISCA Ledezma
30 de agosto de 2020 at 15:51
Infinita gratitud mi querida Ministra Dra María Elena Wapenka por su constante lucha por la igualdad de género
Maria Graciela Ruiz de chena
30 de agosto de 2020 at 17:14
Como no admirar y valorar a una mujer que brilla con luz propia.despues de tantos designios de la vida ella surgió con coraje y valentía.Gratitud a Dios y a la vida por darnos la oportunidad de ser parte de nuestras vidas con tus enseñanzas.consejos y ejemplos.
Dios te otorgue larga vida y seguir sembrando siempre sembrando..
Aparecida Samudio
1 de septiembre de 2020 at 09:24
Una poeSI el articulo que contrasta con el editorial de abc color publicado el 15 de Marzo de 2016: La doctora Wapenka es una ladrona
La miembro del TSJE María Elena Wapenka figuró como que dictó charlas en Itapúa y Ciudad del Este, cobrando viáticos en las dos ocasiones. Sin embargo, en las mismas fechas la citada magistrada se encontraba en el exterior. Estos datos, no desmentidos, permiten afirmar que la magistrada cobró viáticos por viajes no realizados a los citados departamentos y que, por lo tanto, es una vulgar ladrona de fondos públicos. https://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/la-doctora-wapenka-es-una-ladrona-1462242.html