Connect with us

Deportes

45 años del título que coronó al Rey de Copas

Hay gestas que no se olvidan. No porque la memoria haga esfuerzo, sino porque se quedan incrustadas en el ADN de quienes las vivieron. Una de esas noches mágicas ocurrió el 16 de marzo de 1980, cuando Olimpia selló su nombre en las vitrinas de la gloria con la conquista de la Copa Interamericana.

Era un Olimpia hambriento de títulos internacionales. En 1979 ya había conquistado la Copa Libertadores y la Intercontinental, pero la historia no descansaba: faltaba un último capítulo, una vuelta más. Enfrente, el FAS de El Salvador, un equipo que había goleado en su final regional y llegaba con aires de protagonista.

El partido de ida en el estadio Cuscatlán dejó un sabor agridulce. Olimpia ganaba 3-1 y todo parecía resuelto, hasta que la pelota comenzó a desobedecer. El empate 3-3 puso nervioso hasta al más optimista. Las críticas llovieron sobre Pedro Cubilla, el técnico que heredó el banco de su hermano Luis. El equipo llegó a la revancha cargando la presión de demostrar su favoritismo.

Y fue en el Defensores del Chaco donde todo se resolvió. Ese día, ante un estadio abarrotado de camisetas blancas y negras, el Franjeado fue un vendaval. Miguel María Michelagnoli, que había llegado al club como un guiño de buen ojo de Osvaldo Domínguez Dibb, marcó tres goles. Tres. Y cada uno de ellos fue un golpe directo al orgullo del rival. Los otros tantos los firmaron Osvaldo Aquino y Eduardo Ortiz. 5-0.

Sin embargo, no todo fue alegría. Evaristo Isasi, uno de los grandes de aquel equipo, sufrió una fractura de tibia y peroné que apagó los aplausos por un instante. Pero el fútbol tiene esa extraña capacidad de combinar el éxtasis con el dolor.

La alineación que jugó en Asunción queda para la posteridad: Éver Almeida; Alicio Solalinde, Roberto Paredes, Flaminio Sosa, Daniel Di Bartolomeo; Luis Torres, Carlos Kiese, Osvaldo Aquino; Evaristo Isasi (sustituido por Eduardo Ortiz tras la lesión), Carlos Yaluk (reemplazado por Julio Díaz) y el goleador Michelagnoli.

Con la Interamericana en sus vitrinas, Olimpia no sólo cerró un ciclo de títulos. Aquella copa fue la que terminó de bordar la corona del “Rey de Copas”, un título que ya nadie le pudo quitar. Hay noches que son de leyendas, y aquella, en marzo de 1980, es un capítulo escrito con letras de oro en el corazón olimpista.

Click para comentar

Dejá tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Los más leídos

error: Content is protected !!