Deportes
El rugbier paraguayo que se adelantó a la cuarentena
Ni bien se anunció la cuarentena social en marzo, Marcos armó su propio gimnasio para no dejar de entrenar durante todo este tiempo. Foto: Gentileza.
El rugby es una de las disciplinas que más sufrió el impacto de la pandemia del coronavirus. Al ser un deporte colectivo de contacto físico directo, no existe regreso cercano que pueda contemplarse. Solo se permiten las prácticas individuales.
Es por este motivo que, ni bien el Ministerio de Salud anunció la cuarentena social en marzo pasado, Marcos Riquelme compró las herramientas básicas para armar su propio gimnasio en casa. Así, desde aquel día hasta la fecha, siguió entrenando.
Marcos es un rugbier que comenzó su carrera en el Club Universitario de Rugby de Asunción (CURDA), allá por el 2007. Jugó y fue campeón con las juveniles durante tres años. El último lo hizo como capitán del equipo. Debutó en Primera a los 17, siendo todavía juvenil. Ya en el 2010 subió al plantel superior del CURDA.
En el 2011 y la primera parte del 2012, Marcos se apartó del rugby por cuestiones laborales y académicas. Volvió a fines del 2012 y continuó jugando hasta el 2014.
De 2015 a 2017 fue a Argentina para un posgrado (Derecho) en la Universidad Nacional de La Plata. En ese periodo jugó en La Plata Rugby Club, equipo que compite en el Top 12 de Buenos Aires. En el 2016 se convirtió en el primer paraguayo en debutar en la Primera de dicho club, así como en el torneo de ese país.
Volvió a Paraguay en 2018, pero solo pudo jugar la última parte del año debido a que antes del inicio de la temporada se sometió a una cirugía en el hombro. Compitió todo el 2019 y se convirtió en el nuevo capitán de la Primera del CURDA.
En lo que va de su carrera, Marcos consiguió siete campeonatos con el CURDA: tres en las inferiores y cuatro en Primera. El último título, en 2019, lo ganaron de forma invicta. También entrenó a la Sub-18 en 2014 y 2018.
Este 2020 jugó la primera fecha del torneo preparación, el cual tuvo que suspenderse debido a la pandemia. “Hasta ahora no hay ningún evento planificado para este año ni para el que viene. Aún estamos en la incertidumbre. No es un deporte que mueva masas ni mucho dinero en Paraguay, por eso no se puede planificar alguna burbuja o protocolo estricto como en el fútbol”, explica Marcos en una entrevista a El Nacional.
Por otra parte, comentó que, gracias a un proyecto que se viene realizando hace un par de años, la Unión de Rugby del Paraguay logró organizar entrenamientos a nivel individual con un protocolo aprobado por el Ministerio de Salud.
En ese sentido, señaló que no fueron muchos los jugadores que mantuvieron el compromiso y las ganas de seguir entrenando. “Para mí, el profesionalismo es la forma en que encarás y decidís tu vida deportiva. No es recibir plata a cambio de un servicio. Eso lo puede hacer cualquiera. Es una actitud de vida que lleva a uno a superarse como persona, sin importar si recibe o no una paga. Uno no es mejor profesional que otro por ganar más dinero, sino por su desarrollo interno de superación constante”, afirma un Marcos reflexivo y conversador.
– ¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser rugbista?
A mitad de mi primer año en el CURDA. Pero el ‘click’ más fuerte en mi cabeza fue cuando viví la intensidad del rugby puro en La Plata.
– ¿Cuáles son tus metas?
Como jugador, hacer historia saliendo campeón con el CURDA hasta retirarme. También romper el record de campeonatos seguidos. Nos faltan cuatro.
Como rugbier, quiero transmitir valores que ayuden a los chicos a ser excelentes personas en el ámbito que se desarrollen, además de enseñarles a jugar rugby.
– Jugador, rugbier, rugbista… ¿No son lo mismo?
Socialmente, rugbista es el que solo juega al rugby. El rugbier, en cambio, es el que vive a piel todos los valores del deporte y del club al cual pertenece.
– ¿Qué dificultades encontraste en Paraguay para desarrollar tu carrera?
Muchas. Cero cultura deportiva, poco respaldo estatal y escasas instituciones deportivas desarrolladas. Pese a que contamos con marcas que nos ayudan como institución, aún falta más de ese importante apoyo comercial.
– ¿Qué hace falta para impulsar y elevar el nivel del rugby paraguayo?
A mi criterio se necesitan dos cosas, no solo para el rugby, sino para muchas disciplinas. Lo primero es que en la malla curricular de la educación escolar se incluyan deportes, para que así se conozcan a nivel nacional y se cuente con las primeras herramientas para la práctica. Segundo, que los clubes de rugby se desarrollen como institución. Todo eso a la larga va a terminar elevando el nivel.
– ¿Te gusta o practicaste algún otro deporte?
Practiqué muchísimos deportes, pero ninguno con la seriedad y entereza que puse en el rugby. Boxeo entrené bastante. Actualmente soy jugador de pádel y compré una moto para hacer maxi trail ¡jajaja! No hay otro deporte aparte que pueda hacer porque soy malísimo.
Me volví muy enfermo del rugby, así que veo poco los demás deportes. Me gusta mucho el desarrollo de los atletas en las distintas disciplinas. Individuales te puedo citar atletismo en general, halterofilia y artes marciales mixtas. Colectivos; básquet, vóley y fútbol americano.
– Muchos rugbistas sostienen que el rugby es más deporte y menos negocio que otras disciplinas. ¿Coincidís?
Hay pocas ligas profesionales de rugby. En todas las partes del mundo, los jugadores y el deporte mantienen muchísimo el espíritu amateur. Las ligas son más competitivas porque tienen un tope salarial por equipo. Los mejores pagados no ganan más de 2 millones de euros al año. El atleta juega más por pasión, honor y otros valores.
– ¿Tenés algún ídolo o referente?
Admiro mucho más a pares míos que a las súper estrellas del rugby. Considero ídolo a un rugbista por su calidad de persona, no por su talento como jugador. Mi admiración va mucho por la entrega, enfoque, superación constante, disciplina, ambición y compañerismo. Conozco esos detalles de la vida de pocos jugadores famosos.
– ¿Algún ejemplo?
David Pocock. Con su primer premio en dólares como MVP de un partido importante fue a comprar bolsas de dormir y las repartió a los homeless de Sídney. Usa esa “popularidad” para meterse en cuestiones de lucha contra el cambio climático, homofobia, etcétera. Incluso, una vez lo arrestaron en una protesta. El tipo nació en Zimbabue. Va allí en la postemporada para laburar con un grupo civil que lucha contra los cazadores furtivos ilegales. Un crack.
– ¿Qué le dirías a los jóvenes que quieren ser rugbistas?
Si se quieren divertir en la cancha, que entrenen físicamente y aprendan destrezas. Que encaren la vida deportiva con seriedad, compañerismo, compromiso y pasión. Esa entereza les va a servir en todos los ámbitos de la vida.
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JULIO CESAR CICORIO GARCIA
18 de octubre de 2020 at 14:46
kpo Marcos Riquelme… apasionado y muy prroesional.