Cultura
“Migliorisi. Los últimos días de Pompeya”

Ciertos eventos irrumpen en el tiempo y en la historia con una potencia destructora: ya sea que provengan de tanáticas pulsiones humanas o de impulsos telúricos, estos oponen cultura y biología a energías que conducen a lo inorgánico. Con su impacto, los actos humanos, naturales o geológicos de muerte interrumpen los latidos. Los tejidos asumen el rigor de las estatuas, el paisaje se desintegra o desaparece, los corazones se petrifican.
Ante el hallazgo paleontológico de fósiles la humanidad se maravilla con la persistencia de las huellas que lo vivo dejó, incluso cuando fue sustituido por minerales. La arqueología reserva un asombro similar para sitios que, sellados por milenios, se reintegran al tiempo a partir de su descubrimiento en el presente, con dones culturales, artísticos o tecnológicos que excitan las imaginaciones.

“Los últimos días de Pompeya”. Sala Olga Blinder, CAV/Museo del Barro
En octubre del año 79 de nuestra era, la ciudad romana de Pompeya resultó cubierta con cenizas y lapilli a partir de la erupción del volcán Vesubio; la ciudad vecina de Herculano, así como otras aldeas próximas también resultaron afectadas. Pompeya era recordada por textos clásicos, pero su ubicación exacta permaneció secreta por siglos. El arqueólogo Giuseppe Fiorelli fue quien, en el siglo XIX, aplicó la técnica del calco en yeso para revelar las formas humanas y no humanas que quedaron atrapadas bajo la ceniza: con la desintegración de los cuerpos, los minerales solidificados formaban un vacío, un molde.
Junto con estas figuras, frescos, objetos, mobiliario y arquitectura revelaron una vida urbana compleja y pasiones atemporales.

La poética de Ricardo Migliorisi en “Los últimos días de Pompeya”. Cortesía
Muchas imaginaciones han sido cautivadas por las visiones dramáticas u obscenas de Pompeya. La de Ricardo Migliorisi era una imaginación profundamente seducida. Migliorisi estaba obsesionado. A lo largo de los años, visitó los motivos pompeyanos o fantasías romanas, no sólo en sus obras sino integrándolos a su vida.
Esta exposición opera una reconstrucción libre del imaginario de Ricardo Migliorisi a partir de la articulación entre su serie pictórica Los últimos días de Pompeya, obras de otros artistas cuyas piezas dialogan con motivos romanos, el fuego, los calcos humanos, o el dramatismo o los excesos atribuidos a la población pompeyana.
La exposición cuenta con un audiovisual de Ricardo Migliorisi, con realización de Juan Carlos Maneglia, y que fue restaurado recientemente gracias a las gestiones del cineasta. Se trata de una intervención de la película The Last Days of Pompeii [Los últimos días de Pompeya], de 1959, dirigida por Mario Bonnard y Sergio Leone, con imágenes de la serie pictórica homónima de Migliorisi. El audiovisual fue donado a la colección de la Fundación Migliorisi.

Sala Olga Blinder, CAV/Museo del Barro. Cortesía
La exposición reúne obras de artistas como Gustavo Beckelmann, Bernardo Krasniansky, Daniel Mallorquín, Osvaldo Salerno y Carlo Spatuzza, así como mobiliario perteneciente a Migliorisi y objetos varios de su colección.
Una filosofía, acaso vitalísima, está implicada en la creación de obra de Ricardo Migliorisi. El carácter lúdico e ingenuamente obsceno de su aproximación poética a ciertos temas posee un efecto históricamente contrastante en contextos pacatos y conservadores que, en cierta medida, pueden ser interpretados como eventos límite. En ese sentido, la obra de Migliorisi no sólo tematiza el deseo que gravita las imaginaciones pompeyanas sobrevivientes, sino que introduce una pulsión de vida/erótica en la escena en la que vive.

Sala Olga Blinder, CAV/Museo del Barro. Cortesía
Pero esta respuesta a los eventos límite no renuncia a su verdad: en ciertas pinturas de Migliorisi –así como en algunos objetos decadentes o en el mobiliario desequilibrado que la curaduría ha introducido en la sala– aparecen las huellas de un deterioro, de la ruina que, con cierta ironía, rompe la estabilidad del campo de representación.
Frente a aquello que paraliza, que corroe, la obra de Migliorisi abraza una tendencia recreadora que hace que los tiempos se renueven incluso cuando parecen haber llegado a su fin.
Nota de edición: La muestra “Migliorisi. Los últimos días de Pompeya”, curada por Osvaldo Salerno y Damián Cabrera, se encuentra abierta al público en la Sala Olga Blinder del Centro de Artes Visuales/Museo del Barro y puede ser visitada de martes a sábado de 14 a 20 horas.
* Damián Cabrera es escritor, investigador, docente, gestor cultural y curador. Su trabajo se desarrolla en las áreas de lengua, literatura, fronteras, arte, política y cultura. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte Capítulo Paraguay, y de los colectivos Ediciones de la Ura y Red de Conceptualismos del Sur.
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