Cultura
Patrimonio: La antigua Plaza Mayor de Asunción y su entorno
La necesidad permanente de una gestión pública eficaz en materia de patrimonio exige traer a la discusión ciudadana el valor de los edificios catalogados y las medidas para protegerlos, tanto de los accidentes naturales como de la desidia y el abandono. Para ello es imprescindible el conocimiento de los bienes a ser preservados. La arquitecta Silvia Rey Méndez aborda en este artículo el conjunto monumental más importante del Centro Histórico de Asunción.
Plaza Constitución, cuartel de la Ribera, casa de Don Carlos y Catedral. Ca. 1900. Fuente: Paraguay de antes.
El conjunto monumental de mayor valor en el Centro Histórico de Asunción –la antigua Plaza Mayor–, es el conformado por las plazas del Congreso, de Armas, Juan de Salazar e Independencia, junto con los edificios de valor patrimonial que las circundan. Este sitio se ubica en el área delimitada por las calles Presidente Franco, 15 de agosto, Yegros y el borde de la “ciudad alta”, definido por las murallas que miran hacia la Costanera.
En el lugar se sucedieron muchos de los hechos más resaltantes de nuestra historia. Fue escenario de varias revueltas revolucionarias, fiestas, corridas de caballos, uno de los primeros partidos de fútbol, misas y procesiones. Todo el espacio está cargado de historia y connotaciones simbólicas dignas de ser conservadas para la memoria colectiva.
Los conjuntos y sitios son los “lugares cuya arquitectura, unidad, identidad, significación histórica o integración con el paisaje, les otorgan un valor especial desde el punto de vista urbanístico, ambiental, paisajístico, estético o histórico. El entorno forma parte de los conjuntos y sitios”, dice la Ley Nº 5621/16 [1]. En esta categoría se incluyen los centros, las ciudades, los poblados, las zonas o áreas, los templos con sus plazoletas, las calles y edificaciones circundantes, así como las zonas arqueológicas y sus áreas de amortiguación, entre otros.
La ordenanza JMA 35/96 “Que crea el Catálogo de edificios, conjuntos arquitectónicos, áreas y sitios de interés” establece tres categorías en la valoración de sitios [2]. Habiéndose reconocido su importancia, el conjunto conformado por la antigua Plaza Mayor fue catalogado como histórico-cultural, según la definición de “espacios que han albergado u motivado acontecimientos significativos en la vida y las costumbres de la comunidad”. Este sitio forma parte, a su vez, del eje histórico-cívico definido por El Paraguayo Independiente.
Igualmente, los edificios del entorno se encuentran catalogados. La que fuera Casa de la Cultura –actual Congreso–[3], el Centro Cultural de la República El Cabildo, la Catedral Metropolitana, el Museo Juan Sinforiano Bogarín y el Teatro Municipal, son de valor monumental. Esta categoría incluye todo “edificio que representa –inequívocamente– los valores históricos, arquitectónicos o culturales de la comunidad, constituye un hito urbano configurador de la memoria colectiva de la ciudadanía”. Los edificios del antiguo Seminario (que hoy ocupa la Universidad Católica de Asunción), del Arzobispado, de la Comandancia de la Policía y del Palacio Patri (sede actual de DINACOPA) fueron catalogados como de valor arquitectónico, según nuestra normativa que los conceptúa en la categoría de “edificio representativo de una época o de un uso, valioso individualmente por sus cualidades tipológicas, arquitectónicas, constructivas y artísticas”.
En 2019 las plazas fueron declaradas Patrimonio Histórico Nacional por la Ley N°6284/2019, que otorgó a la Secretaría Nacional de Cultura la responsabilidad de su mantenimiento, oponiéndose a la Ley Orgánica Municipal, que establece que este es un deber del municipio.
Asunción no tuvo en su origen una organización ortogonal o en damero, como se dio en la mayoría de las ciudades fundadas en la época colonial, que seguían las directrices de las Leyes de Indias. Aquí fueron la topografía y las condiciones impuestas por el clima las que definieron su estructura orgánica original, dentro de la cual la antigua Plaza Mayor, la Calle Mayor –actual El Paraguayo Independiente– y el borde del río Paraguay oficiaron de pautas organizadoras para el desarrollo de la ciudad.
Es así como la ubicación de los principales edificios en el entorno de la plaza definió desde los inicios su carácter referencial de espacio cívico, religioso y militar. Los planos más antiguos que tenemos de Asunción –los de Julio Ramón de César y Félix de Azara [4], de 1785 y 1786 respectivamente–, dan cuenta de la ubicación del Cabildo y Cuerpo de Guardia de Infantería y Caballería, así como de la antigua Catedral, la Casa de los Gobernadores y Tesoro Real, la Real Factoría de Tabacos y el Real Seminario de San Carlos, siendo estos dos últimos parte del complejo del antiguo Colegio Jesuítico [5].
Algunos de estos edificios debieron ser reconstruidos [6] –como el Cabildo y la Catedral– a consecuencia de la destrucción provocada por acción de las torrenciales lluvias y raudales, unida a la característica arenosa del suelo, fácilmente disgregable, problema persistente desde el origen de la ciudad y que, incluso, llegó a impulsar la idea de su traslado por parte de autoridades civiles y eclesiásticas.
Desde la fundación de Asunción, la Catedral fue reconstruida en cinco oportunidades. Con respecto a esta situación, el oficial español Francisco de Aguirre, que estuvo en Asunción entre 1784 y 1796, escribía en su Diario: “Por la traslación de San Francisco y la Catedral comúnmente se dice que el río va comiendo la ciudad pero es lo cierto que los raudales y las lluvias son el agente más poderoso de las ruinas que llevan al río”[7]. El edificio actual del templo es de 1845, época de gobierno de Don Carlos Antonio López.
Para contener el desmoronamiento del suelo y proteger al conjunto del Colegio, en 1760, los jesuitas iniciaron la construcción de un muro de piedra que se ubicaba en lo que era el borde de la ciudad, aproximadamente entre las actuales calles 15 de agosto y 14 de mayo. Esta obra fue retomada por las autoridades civiles entre 1770 y 1785 y posteriormente en el periodo independiente, en 1812; igualmente en 1844, durante el consulado de Mariano Roque Alonso y Carlos Antonio López. Más tarde este, durante su presidencia impulsó la consolidación de gran parte del borde que mira a la bahía con la construcción de “siete murallas grandes de cal y piedra en los puertos de esta capital, para asegurar la plaza y los edificios públicos y particulares” [8]. Las obras finalizaron en la década del 30del siglo XX.
Desde su conformación el sitio de la Plaza Mayor experimentó varios cambios como producto de la evolución de la ciudad. Entre 1820 y 1837 el Doctor Francia ordenó la rectificación de las calles, lo que significó una transformación radical en la estructura urbana de Asunción. Esta acción no afectó, sin embargo, a este espacio, que mantuvo sus características orgánicas.
Durante el gobierno de Carlos Antonio López fueron ampliados los edificios de carácter militar ubicados en el sitio, como el Cuartel de la Ribera y el de la Maestranza de Artillería –demolidos a principios del siglo XX–; así también el Cuartel del Colegio –que fuera Seminario de San Carlos–. Los tres habían sido protagonistas, junto a la Casa de los Gobernadores, de los movimientos de insurrección que derivaron en la gesta independentista de mayo de 1811.
Ya en el periodo independiente este último edificio sirvió de residencia gubernamental al Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia. Fue Palacio de Gobierno y, por último, sede de la Dirección de Correos y Telégrafos, hasta que se decidió su demolición para ampliar la Plaza De Armas, acción que se cumplió en 1913 durante la presidencia de Eduardo Schaerer.
El primer tramo del ferrocarril, que unió la Estación Central y el Puerto, pasaba tangencialmente por la plaza, sobre El Paraguayo Independiente, frente a la casa de Don Carlos Antonio López, que estuvo ubicada entre las calles Independencia Nacional y Nuestra Señora de la Asunción, en diagonal con la Catedral. Lamentablementetambién esta construcción integra la lista de edificios desaparecidos a principios del siglo XX, casi contemporáneamente a la Casa de los Gobernadores. Primero se demolió la esquina de Nuestra Señora y El Paraguayo Independiente, donde en su lugar se construyó la casa del músico Cantalicio Guerrero (1853-1908), director en 1890 de la primera Orquesta Nacional. Este edificio fue obra del constructor de origen francés Sebastian Vert, y luego de la muerte de Guerrero funcionó allí el Club Alemán. El resto de la casa de Don Carlos desapareció poco después.
La fachada posterior del Teatro Municipal es un remanente de un importante edificio construido en época de Don Carlos Antonio López que albergó las sesiones del Congreso y posteriormente funcionó como teatro, este fue anexado a la nueva edificación cuando se construyó el actual teatro, a fines del siglo XIX.
El sitio de la antigua Plaza Mayor fue originalmente un espacio urbano de carácter unitario y orgánico, que mantuvo sus características hasta principios del siglo XX, cuando entre 1887 y 1917 desaparecieron varios edificios y se prolongaron las actuales calles 14 de mayo, Alberdi, Chile e Independencia Nacional. Décadas más tarde se abrieron la avenida República y su paralela, actual Branislava Susnik. Así se fue perdiendo la relación de continuum espacial con los edificios circundantes y la plaza fue fragmentada en cinco sectores que hoy se reconocen con diferentes nombres –del Congreso, de Armas, Juan de Salazar y Constitución–, los que, en su diseño –como bien explica Carlos Zárate refiriéndose a la arquitectura del paisaje–, terminaron por “anular toda referencia histórica y, por consiguiente, todo arraigo e identidad” [9].
Notas
[1] Ley N°5621/16. Artículo 5°. Clasificación de los bienes culturales que integran el patrimonio. Inciso K.
[2] Urbanístico, histórico-cultural, paisajístico-ambiental.
[3] El edificio perteneció originalmente a los jesuitas. Desde la expulsión de la Orden, en 1767, cambió de función varias veces. Fue sede del Real Seminario de San Carlos y posteriormente ofició de cuartel militar.
[4] Ambos ingenieros llegaron al Paraguay como parte de la partida demarcadora de límites con la corona de Portugal.
[5] Los jesuitas se habían establecido en Asunción a fines del siglo XVI.
[6] Antes y después de las fechas en la que fueron realizados estos planos.
[7] Diario del Capitán de Fragata de la Real Armada Don Juan Francisco Aguirre en la Demarcación de Límites de España y Portugal en la América Meridional. Tomo 2°, 1ª parte. Edición de 1949, p. 279.
[8] Mensaje de Carlos A. López, 1849. Citado por Duarte de Vargas, Alberto (2001). El sitio de la nueva sede del Congreso Nacional. Investigación histórica. Municipalidad de Asunción, p. 30.
[9] Zárate, Carlos. Arquitectura del paisaje en Asunción. Los “no-jardines”. Artículo publicado en El Nacional, sección Cultura. 14 de marzo de 2021. https://www.elnacional.com.py/cultura/2021/03/14/arquitectura-del-paisaje-en-asuncion-los-no-jardines/
* Silvia Rey Méndez es arquitecta, máster en Valorización de bienes arquitectónicos y ambientales, docente en las áreas de Historia y Patrimonio de la FADA-UNA.
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