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Cultura

Educación y patrimonio cultural, un vínculo necesario

Hay elementos materiales e inmateriales de la educación –entendida esta no solo como la institución educativa sino como lo que se podría llamar “cultura educativa”– considerados valiosos por la comunidad-país. Vladimir Velázquez Moreira, Walter Díaz Ayala y Ana Bajac Quevedo abordan aquí la necesaria relación entre educación, historia y patrimonio.

Casa Museo Bogarín Arámbulo. Mobiliario escolar. Cortesía

Casa Museo Bogarín Arámbulo. Mobiliario escolar. Cortesía

Las interacciones entre patrimonio y educación –educación patrimonial y patrimonio educativo–  han sido muy poco abordadas en el Paraguay, tanto desde la perspectiva de la educación como desde la mirada del patrimonio. La educación para la valoración y la preservación del patrimonio cultural pretende desarrollar didácticas en las que el diseño, el desarrollo y la evaluación conduzcan a construir valores identitarios, fomentando el respeto intercultural y el cambio social, para la formación de una ciudadanía socioculturalmente comprometida. El concepto de patrimonio educativo incluye bienes de diversa índole –arquitectónicos, etnológicos, naturales, artísticos, documentales, personales, científicos–, que fueron creados o puestos al servicio de un único fin: el de la enseñanza. De este modo, esta trasciende el aula y se extiende al conjunto de las experiencias de la vida escolar.

Hay elementos materiales e inmateriales de la educación, entendida no solo como la institución educativa sino como lo que podríamos llamar la cultura educativa, que son considerados valiosos por la comunidad/el país, y por eso se habla de patrimonio educativo o, si se quiere, de patrimonio cultural educativo, así como se habla de patrimonio cultural arquitectónico o patrimonio natural.

Sin embargo, existen señales de que este escenario podría comenzar a cambiar. Se trata de algunas decisiones institucionales tales como la declaración del colegio y del templo Cristo Rey como sitio histórico y de conciencia en 2016, por parte de la Defensoría del Pueblo; la declaración de la antigua escuela General Díaz de la capital como bien de valor patrimonial por parte de la Secretaría Nacional de Cultura, a iniciativa de sus ex alumnos, en 2019;la declaración como bien de valor patrimonial de la revista educativa y cultural Ysoindy, de Yaguarón, por parte de la Municipalidad local en el mismo año. También en 2019, la SNC, con recursos provenientes de Ibermuseos, comenzó el proceso de digitalización de documentos del Fondo de Instrucción Pública, compuesto por 976 volúmenes que abarcan el periodo 1869-1950, algunos de los cuales ya están a disposición del público a través del sitio web del Archivo Nacional.

Casa Museo Bogarín Arámbulo. Cortesía

Casa Museo Bogarín Arámbulo. Cortesía

Por último, el Ministerio de Educación y Ciencias y la Secretaría Nacional de Cultura acordaron este año el inicio de acciones tendientes a lograr, a mediano plazo, la identificación, preservación y puesta en valor de archivos educativos históricos. Estos archivos se encuentran en instituciones de enseñanza de todos los ámbitos y niveles, así como en el propio Ministerio de Educación y Ciencias. A ello se suman iniciativas privadas del campo educativo, como los museos pedagógicos del Centro Educativo Los Laureles de Asunción y el colegio San Martín de Porres de Ñemby, así como el proceso de conformación de la Sociedad de Estudios Históricos y del Patrimonio de la Educación Paraguaya.

El abordaje de las relaciones entre historia, patrimonio y educación tiene múltiples aristas. ¿Cómo impacta la educación en el sentido que niños y niñas desarrollan respecto de la valoración del patrimonio? ¿Cuáles son las estrategias pedagógicas más adecuadas para la educación en temas patrimoniales? ¿Cómo se involucra la comunidad en la preservación y puesta en valor del legado educativo? ¿Cómo educar en el patrimonio cultural en la era de los recursos digitales y la tecnología?

Estas y otras preguntas son abordadas aquí desde tres visiones distintas, pero quizás complementarias, que corresponden a un esfuerzo de conceptualización del campo y su importancia, y a dos experiencias diferentes de trabajo con el patrimonio desde la educación. Responden Vladimir Velázquez Moreira, Walter Fernando Díaz y Ana Bajac Quevedo, quienes han sido invitados por la Escuela de Políticas Públicas Norberto Bobbio a desarrollar próximamente un conversatorio que pondrá que abordará la relación entre educación, historia y patrimonio.

La educación como canal de información, conocimiento y valoración del patrimonio

Vladimir Velázquez es investigador en temas sociales, culturales y urbanos, formado en comunicación y antropología. Es autor de  artículos y contribuciones sobre derechos y políticas culturales. Desde 2017 escribe el capítulo sobre derechos culturales del Informe de Derechos Humanos del Paraguay. Ocupó cargos directivos en la Secretaría Nacional de Cultura, integra organizaciones civiles y movimientos en torno a temas culturales y urbanos y es asesor en asuntos vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Vladimir Velázquez Moreira. Cortesía

Vladimir Velázquez Moreira. Cortesía

— El patrimonio cultural es uno de los aspectos críticos de la agenda pública del Paraguay. ¿Qué puede aportar la educación a la preservación y valoración del patrimonio?
Educación y patrimonio remiten a una interdependencia inevitable, sea por su atención o desatención. Una y otra situación son indicadores de la calidad de dos derechos fundamentales para una sociedad democrática e inclusiva.  La educación debería ser uno de los principales canales de información, conocimiento y valoración del amplio y diverso patrimonio cultural del país, que se relaciona no solamente con la biografía de los grandes héroesy batallas, sino con la pluralidad de pueblos, comunidades, territorios, identidades, etnias, así como expresiones económicas, sociales, arquitectónicas, ambientales y consuetudinarias.

El derecho al acceso y disfrute de bienes culturales presupone, en buena medida, la mediación de la educación. Ésta, a su vez, es factor decisivo para promover la participación ciudadana a favor de la conservación y puesta en valor de las divesas expresiones patrimoniales.

Pero conviene también preguntarse cómo el patrimonio puede contribuir a la educación. ¿Podría haber canal más apropiado para “contextualizar” la educación (una de las finalidades planteadas desde la Reforma Educativa de finales del siglo XX) que el aprendizaje significativo sobre y a partir de los patrimonios, las memorias, los imaginarios y las expresiones que perfilan rasgos distintivos de comunidades o territorios?

— ¿Cuáles podrían ser pasos para la incorporación del tema del patrimonio educativo a la agenda de políticas públicas?
Cito algunos: Respensar la relación entre educación y cultura desde el punto de vista de los derechos humanos, el debate contemporáneo sobre la educación, la Ley General de Educación (1998), la Ley Nacional de Cultura (2006) y la Ley del Patrimonio Cultural (2016). Adoptarlo como tópico relevante en el proceso de la Tranformación Educativa, como en el Consejo Nacional de Cultura (CONCULTURA), propiciando la articulación de políticas públicas entre el Ministerio de Educación, la Secretaría Nacional de Cultura, el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Secretaría de Políticas Lingüísticas, el Instituto Paraguayo de Artesanía y la SENATUR, entre otras instituciones. Sistematizar y difundir las experiencias que existen en el país, tanto a nivel de instituciones públicas como de organizaciones civiles y el sector privado. Revisar y adecuar el curriculum escolar desde el punto de vista de la diversidad cultural, en cuyo marco la cuestión patrimonial constituye un tema central. Construir indicadores sobre educación y patrimonio que enriquezcan el sistema de evaluación de la calidad de la educación. Revisar y fortalecer el curriculum de los institutos de formación docente de modo a actualizar el abordaje de la cuestión patrimonial. Y, por último, generar condiciones para la realización y difusión sistemática en medios públicos de audiovisuales (documentales, cortos y largometrajes) sobre patrimonio.

Patrimonio: entre la memoria y reflexión crítica

La ciudad de Yaguarón es conocida desde hace tiempo por su esfuerzo en torno a varios elementos simbólicos importantes para el Paraguay, con marcado liderazgo municipal y significativo involucramiento de la comunidad: el templo franciscano, el cerro y la bandita Peteke Peteke. Recientemente inició un nuevo desafío en el campo del patrimonio educativo. Walter Fernando Díaz, abogado, gestor cultural, con estudios de posgrado en Antropología Social y diplomado en museología, dirige actualmente el museo Dr. Francia de la ciudad de Yaguarón (otro lugar simbólico importante). Participó en la experiencia comunitaria de rescate y puesta en valor del legado de un importante maestro del siglo XX de esa ciudad, Ramón Bogarín Arámbulo.

Walter Fernando Díaz. Cortesía

Walter Fernando Díaz. Cortesía

¿Cuál ha sido la participación de la ciudadanía yaguaronina en la preservación y la valoración del legado de Bogarín Arámbulo?
Es importante destacar participación de la ciudadanía en este proceso que incluyó desde homenajes hasta la denominación de espacios públicos y privados, tales como escuelas, estadios de fútbol, calles y también algunos eventos educativos y culturales. Todo esto ha servido como medio para dar a conocer al personaje. Estas formas de conmemoración sirven también para reflexionar críticamente sobre la vida y el legado del profesor Bogarín, además de visibilizarlo. En este sentido, las acciones emprendidas por los descendientes del educador para garantizar el cuidado de la que fue su vivienda y sede de su trabajo han sido de capital importancia. Hoy este espacio, convertido en casa-museo, es el pilar de diversas maneras de promoción de este patrimonio  y desde varias plataformas se difunde la gran actividad pedagógica y de investigación del maestro y su proyección en el tiempo.

¿Qué rol juegan las instituciones locales públicas y privadas en este aspecto y cómo articulan sus acciones con la SNC?
— El trabajo con las instituciones públicas y privadas es muy enriquecedor, especialmente para fortalecer la difusión y promoción de la memoria del maestro Ramón y su legado. Hay que destacar el gran trabajo de la comunidad y el liderazgo de la Municipalidad para su valoración y la de la ciudad, instituyendo una comisión distrital de escritura colectiva de la historia de Yaguarón, con la participación de investigadores y gestores culturales locales que están recopilando gran parte de esa memoria.  La articulación de acciones es siempre necesaria.  Con ella se consigue alinear propósitos para la salvaguarda y promoción de aspectos poco conocidos o poco valorados. En este caso, el trabajo sostenido de la familia, los descendientes, y la Asociación Amigos del Patrimonio Cultural de Yaguarón ha logrado que la revista Ysoindy, vinculada indisolublemente al maestro Ramón Bogarín, haya sido declarada bien de valor patrimonial por la Intendencia y la Junta Municipal. Esto ha marcado un hito trascendental a nivel local, ya que es la primera declaración de ese tenor obtenida aquí por una asociación civil.

Esta declaración de interés distrital de las colecciones de la revista Ysoindy, publicada y dirigida por Bogarín, así como su digitalización y conservación, ha sido posible gracias a la cooperación de la Secretaría Nacional de Cultura, a través del Archivo Nacional de Asunción. De este modo la revista, que tuvo 40 años de vigencia y circulación nacional e internacional, se constituye en un repositorio de relevancia ya que sus páginas registran gran cantidad de información que permite reconstruir el tejido de memoria de la comunidad, una radiografía regional, e imaginar un  Paraguay desde la mirada del interior, fuera de la élite asuncena de esos años. Asimismo, deja testimonio de los diferentes procesos educativos, habiendo tomado los fenómenos sociopolíticos con cierta asepsia, por usar un término de la medicina, evitando cualquier tipo de artículos que tuvieran que ver con los temas más delicados del momento. La línea editorial de la revista se resume en tres palabras: “Educación, Ciencia y Cultura”. Sus  páginas recogieron gran cantidad de saberes, tradiciones, usos y costumbres del Paraguay de tierra adentro, entonces relacionados con el folklore y que hoy se inscriben como “patrimonio cultural”.

Patrimonio e integración de conocimientos

 Una experiencia del ámbito privado que integra sistemática y permanentemente a su proyecto pedagógico la educación para el patrimonio es el Centro Educativo Los Laureles. Ana Bajac Quevedo, directora de Proyectos e Investigación de la institución, con una trayectoria académica que relaciona educación, museología, tecnologías, arte y patrimonio, responde sobre los desafíos que implica vincular estas áreas fundamentales.

Ana Bajac Quevedo. Cortesía

Ana Bajac Quevedo. Cortesía

— ¿Cómo fue el proceso de incorporación de la educación en patrimonio a la propuesta educativa?
Desde los comienzos, en 1997, venimos trabajando en proyectos que ponen énfasis en patrimonio material e inmaterial, abordando diferentes temáticas, como identidad, valores, medio ambiente, diversidad cultural, patrimonio y paz, que son principios propuestos por la Unesco, de cuya Red de Escuelas Asociadas somos parte.

— ¿Qué resultados han logrado?
Diría, en primer lugar, que trabajar patrimonio en la educación posibilita la creación de espacios que generan imaginación, creatividad, pero también hechos concretos. Es un factor que moviliza a toda la comunidad, que es tanto beneficiaria como colaboradora. Es algo integral, holístico y natural. Además, posibilita el trabajo conjunto de todos los actores involucrados: alumnos, docentes, directivos, padres. El patrimonio enfrenta los derechos culturales, posibilita la integración de los conocimientos disciplinarios en todas las materias y en todos los niveles de enseñanza. Se introduce trasversalmente en todas las actividades escolares, así como en el clima organizacional: debe haber una coherencia cotidiana entre lo que se propone y la vivencia institucional.

— De acuerdo con la experiencia desarrollada, ¿cómo debería abordarse la temática del patrimonio en las instituciones educativas de nivel básico y medio?
Somos conscientes de que el rol de la escuela es crucial e importante para que nuestros niños y jóvenes tomen conciencia y participen activamente en la protección y conservación de nuestro patrimonio, ya que ellos serán en el futuro quienes elaboren políticas de preservación y tomen decisiones sobre el tema. El currículo oficial de la educación (nivel inicial, EEB y nivel medio) contempla aspectos relacionados con los derechos culturales, tanto en el perfil educativo como en los rasgos de cada uno de los tres ciclos. Creemos que es importante que el Consejo Asesor de Cultura haya generado un programa de concienciación y animación cultural a través de contenidos transversales de apoyo a la educación, con el fin de fortalecer la reforma educativa y lograr los objetivos de las políticas culturales. Esta decisión es coherente con el Plan Nacional de Desarrollo 2030, en que el que se establece como una de las metas “afianzar la gestión de las políticas educativas en forma participativa, eficiente, efectiva y articulada entre los niveles nacional, departamental y local”.

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