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Cultura

El lenguaje primero

© Fernando Allen, 2011

© Fernando Allen, 2011

Es curioso que la más antigua expresión humana, tan intensa como duradera, esté vinculada al nomadismo. Las inscripciones rupestres, esas formas de detención del tiempo, ignoradas hasta hace poco si pensamos en el largo trayecto que nos separa de ellas, son “el arte primero”, la forma de comunicación primigenia. En el Paraguay estas inscripciones se encuentran en diferentes sitios y son parte de “un conjunto único transnacional que arranca en Ita Letra del Yvytyrusu del Guairá, pasa por Jasuka Venda en el Amambay y sube por el planalto brasileño”, dice Bartomeu Melià [1].

© Fernando Allen, 2011

© Fernando Allen, 2011

Publicaciones que circularon la semana pasada en las redes sociales alertaron sobre actos de vandalismo precisamente en Ita Letra, sitio arqueológico ubicado en el Guairá, cuya datación es hasta el momento desconocida. En 2011, el trabajo desarrollado por un equipo de expertos encabezado por el arqueólogo español José Antonio Lasheras, director del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira desde 1991 hasta su trágica muerte en 2016, dio origen al primer capítulo del Inventario Nacional de Arte Rupestre del Paraguay. El mismo fue realizado en el marco de un proyecto científico y técnico de investigación arqueológica y de gestión de patrimonio programado por la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), con técnicos de la institución y de la Secretaría del Ambiente (SEAM, hoy MADES). Los resultados fueron entregados ese mismo año y fueron registrados en una publicación profusamente ilustrada, editada por Fernando Allen, quien documentó todo el trabajo de campo y a quien agradezco su colaboración en este artículo [2]. El proyecto debía ser continuado, con nuevas campañas de prospección arqueológica y conclusiones, pero el brusco cambio político de 2012, así como el fallecimiento de Lasheras, lo interrumpieron.

© Fernando Allen, 2011

© Fernando Allen, 2011

En aquella ocasión fueron estudiados varios sitios conocidos técnicamente como “abrigos”, es decir, cuevas naturales poco profundas. El equipo localizó doce en Amambay y uno en el Guairá, que es el que nos ocupa. Ita Letra era conocido desde los años 70 del siglo XX y fue documentado por los arqueólogos Luciana Palestrini y José Antonio Perasso, quienes solo publicaron un anticipo de su trabajo en 1984, que refutaba ya las controvertidas teorías sobre el origen vikingo de las inscripciones, defendidas y propagadas por el antropólogo argentino-francés Jacques de Mahieu, identificado como excolaboracionista nazi, y el matemático paraguayo Vicente Pistilli, quienes publicaron sendos libros sobre el tema en 1979 y 1978 [3].

José Antonio Lasheras en Ita Letra © Fernando Allen, 2011

José Antonio Lasheras en Ita Letra © Fernando Allen, 2011

Según los estudios llevados a cabo en 2011, es posible determinar en Ita Letra dos fases. Así nos explica –desde su casa en Santillana del Mar– Pilar Fatás Monforte, actual directora del Museo de Altamira y miembro del equipo que acompañó a Lasheras. Las inscripciones responden a lo que se conoce como estilo de pisadas, un grabado profundo –caracterizado por trazos rectilíneos que representan tanto huellas humanas como de animales– realizado por grupos cazadores y recolectores, y que se encuentra en otros países de América del Sur, desde Brasil hasta Argentina.

© Fernando Allen, 2011

© Fernando Allen, 2011

“Señalar esto último es muy importante –dice Fatás– porque pone este arte rupestre en contexto y da al Paraguay el sitio que le corresponde en la prehistoria de América. Este es un tipo de arte realizado mediante incisiones y que reproduce una serie de motivos típicos: esquematización de huellas, pisadas, rastros de animales (aves, felinos, ungulados) y, sobre todo, numerosos motivos geométricos como puntos, cúpulas, y muchas líneas paralelas”. Además de este tipo de inscripciones, hay en Ita Letra un gran panel que muestra otra técnica y otros estilos. “Creemos que este panel es de factura posterior; presenta una serie de motivos serpentiformes, un poco diferentes a los característicos del estilo de pisadas, y en él identificamos una forma de cruz que probablemente sea posterior a esa segunda fase y esté quizás vinculada con algún momento de evangelización”, aclara la arqueóloga. Es frecuente también en todos los abrigos la representación de vulvas (circulares, triangulares o trapezoidales).

Pilar Fatás Monforte (Gentileza).

Pilar Fatás Monforte, directora del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira (Gentileza).

“Allí también tuvimos la oportunidad de llevar a cabo una pequeña excavación –recuerda Fatás–. Se hicieron dos sondeos con un resultado de no mucho interés científico, pues posiblemente en esta zona se había realizado algún un tipo de remoción previa, presumiblemente clandestina, y por lo tanto no se consiguió encontrar una estratigrafía arqueológica intacta que nos diera información fidedigna. Pero sí, es verdad que incluso en superficie, y a pesar de que en esos pozos de sondeo podía haber material revuelto, como decimos en arqueología, localizamos el mismo tipo de materia lítica que habíamos detectado en otros sitios y que se asociaría a una antigüedad de entre 3.000 y 5.000 años”.

© Fernando Allen, 2011

© Fernando Allen, 2011

Lo que distingue a Ita Letra y le confiere especial importancia es “la magnitud de los paneles y la profusión de motivos”, concluye. Tras el inventario, el paso siguiente debería ser la recuperación y puesta en valor, así como la preservación de las inscripciones.

© Fernando Allen, 2011

Pilar Fatás Monforte en Ita Letra © Fernando Allen, 2011

El equipo de Lasheras realizó un análisis y un diagnóstico del estado de conservación de todos los abrigos incluidos en el proyecto. “Al igual que los otros sitios cuyo tipo de arte es exclusivamente grabado –dice Fatás–, Ita Letra presentaba una serie de alteraciones. Además de los factores derivados de las condiciones medioambientales (plantas, raíces, variaciones térmicas), causas naturales entre las que también podemos incluir hongos, bacterias y demás, están los daños antrópicos. Observamos que Ita Letra había sufrido muchas agresiones, con arranques de roca, grafitis, pintadas sobre los grabados. En su momento realizamos algunas pequeñas catas para limpiar los grafitis e informamos que había algunos realizados con pintura plástica que serían fácilmente removibles, así como otros en los que se había utilizado un tipo de pigmento que no sería sencillo remover. Pero cuando hay incisiones o remociones, es irrecuperable. También se propusieron algunas intervenciones relacionadas con la protección legal y la protección física. Me preguntabas cuáles eran las principales medidas sugeridas, pues lógicamente la intervención de la administración competente, realizando un plan director, un plan de manejo, que debería contemplar todos los aspectos que afectan a la gestión, tanto al uso como a la conservación del patrimonio de todos los sitios con arte rupestre y, en particular, de Ita Letra. De hecho, también hicimos una propuesta de musealización, porque los sitios tienen un innegable valor patrimonial. Esto sería muy importante, ya que la puesta en valor y la concienciación de la ciudadanía podrían evitar muchas de las agresiones”.

© Fernando Allen, 2011

© Fernando Allen, 2011

Actos de vandalismo

Natalia Ántola Guggiari, directora general de Patrimonio Cultural, explica que el vandalismo no es nuevo. “Hay fotografías históricas que ya muestran las inscripciones pintadas. Era casi una costumbre; la gente las pintaba y repintaba con tiza, o a la cal, para destacarlas”, dice. La Secretaría Nacional de Cultura ya había verificado en febrero pasado los daños denunciados recientemente y trazó un plan para encarar la situación que, con motivo de la pandemia, se vio retrasado, según explica. Lo que se pretende en este momento –dice Ántola– es resguardar el sitio, y ya se han involucrado en el proyecto varias instituciones, entre ellas la Municipalidad de Villarrica, la Universidad Nacional, la Secretaría Nacional de Turismo y el Ministerio del Ambiente y Desarrollo. Hay que señalar que Ita Letra se encuentra en un predio privado, de modo que cualquier intervención requiere del consentimiento de los propietarios.

Imágenes difundidas en las redes sociales de las últimas intervenciones

Imágenes difundidas en las redes sociales de las últimas intervenciones , muy graves porque se trata de incisiones

Acciones de vandalismo denunciadas en las redes sociales. Son de extrema gravedad, pues se trata de incisiones.

Consultas con la arqueóloga brasileña responsable del relevamiento y la recuperación de todos los sitios rupestres del Estado de Paraná llevaron a la SNC a considerar como prioridad el estudio de la composición química de las pinturas, mediante termoluminiscencia, para determinar si hay alguna posibilidad de pintura original, pues aplicar removedores sin esta información “puede ser muy riesgoso porque podemos provocar mayores daños o pérdidas –dice–. Las incisiones podrían haber tenido originalmente color. Esto es algo que nosotros no teníamos en cuenta y considerarlo dio un giro sustancial al trabajo que pensábamos hacer”.

Con respecto a las medidas a implementar, Antola señala que “a pesar de que se trata de una propiedad privada, cosa que resulta un impedimento, planteamos a la Municipalidad instalar un circuito cerrado de cámaras, ver la posibilidad de contratar a los dueños como guardianes o custodios del sitio, y después iniciar trámites con vistas a una eventual expropiación o a un convenio con los propietarios para poder llevar adelante el plan establecido”.

Mirtha Alfonso, arqueóloga independiente que realiza asesorías para el Museo de Itaipú, así como para proyectos de la SNC, sostiene que Ita Letra debe ser en el futuro un parque arqueológico, abierto al turismo y la educación patrimonial, pero con un alto componente de investigación. Según la especialista, se presume que Ita Letra es un punto neurálgico en un conjunto mayor de abrigos de este tipo en el Yvyturusu. Hasta la publicación de los estudios de Lasheras y la divulgación hecha por el Museo de Altamira mediante artículos, monografías, conferencias y presentaciones en diversos congresos, el arte rupestre de Paraguay era desconocido en los círculos académicos. “Cuando se hacen los mapas de ciertas cuestiones en la Cuenca del Plata, el Paraguay aparece vacío. No hubo estudios serios y sistemáticos hasta la llegada del equipo de Altamira. A eso se sumó la difusión que alcanzaron las teorías de Pistilli y Mahieu, que a pesar de no tener ningún valor científico cobraron mucho vuelo, y contra las cuales luchamos hasta el día de hoy”, dice Alfonso.

Ita Letra está catalogado como patrimonio nacional. “Como estrategia queremos proteger el sitio y estudiar los mecanismos para la puesta en valor. Con la SNC vamos a iniciar el trabajo donde no están las grafías y aguardar a tener un convenio para hacer la investigación que hace falta para poder tomar determinaciones”, aclara. En términos arqueológicos y patrimoniales, Ita Letra, así como los demás sitios rupestres, son el equivalente, para el Paraguay, de las cuevas de Altamira (la “Capilla Sixtina” del paleolítico) y Lascaux (Francia), descubiertas en 1879 y 1940, respectivamente.

Lasheras inscribía las manifestaciones rupestres bajo la categoría de arte, dice Ticio Escobar, “no solo porque ellas traducen un sentido de destreza y virtuosismo en la factura, sino porque acompañan el discurso de lo importante o lo trascendente”, afirmando que “son obras de arte porque implican un intento de ordenar el mundo y asignarle un sentido mediante imágenes” [4].

Escribir en la roca: primer gesto de afirmación humana.

© Fernando Allen, 2011

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Notas

[1] Bartomeu Melià (2016, 6 marzo). Contra leyendas insidiosas, una aproximación a la realidad. La Nación. https://www.lanacion.com.py/2016/03/06/contra-leyendas-insidiosas-una-aproximacion-a-la-realidad/

[2] Fernando Allen (Editor) (2012). El libro de piedra. Arte rupestre en el Paraguay. Yasy Cañy. Luna escondida, 4. Asunción: Fotosíntesis.

[3] Jacques Mahieu (1979). El rey vikingo del Paraguay. París: Hachette. Vicente Pistilli (1978). Vikingos en el Paraguay. La aldea vikinga guaraní en la Cuenca del Plata. Asunción: Editorial Comuneros.

[4] Ticio Escobar (2016, 6 marzo). El arte antes del tiempo. La Nación. https://www.lanacion.com.py/2016/03/06/el-arte-antes-del-tiempo/

 

3 Comments

3 Comentarios

  1. Fernando Allen

    18 de octubre de 2020 at 08:24

    Excelente y oportuno artículo que ojalá ayude a tomar conciencia sobre la preservación de este extraordinario bien cultural del Paraguay.

  2. Sara Hooper

    18 de octubre de 2020 at 08:52

    Excelente artículo, Adriana Almada! Coincido con Fernando Allen, ojalá se tomen las medidas necesarias para preservar los sitios rupestres de Paraguay. Y espero que la gente tome conciencia de que estos sitios son para ser estudiados y admirados, no para dejar rastros de presencias contemporáneas.

  3. Luiz Ernesto Meyer Pereira

    18 de octubre de 2020 at 15:23

    Gostei muito da matéria “El lenguaje primero “ por Adriana Almada. Parabéns!

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