Berlinale 2025 abre con cine, política y reconocimientos

La 75ª edición del Festival Internacional de Cine de Berlín comenzó el 13 de febrero en una ciudad cubierta de nieve, reforzando su estatus como el certamen cinematográfico más político de Europa. A lo largo de diez días, la Berlinale exhibirá cientos de películas, con 19 títulos en competencia por los Osos de Oro y Plata. Más allá del cine, la actualidad global también estuvo presente en la inauguración, marcando una edición en la que el arte y la política se entrelazan de manera inevitable.

El director alemán Tom Tykwer tuvo a su cargo la apertura con The Light, filme que considera una pieza complementaria de Run Lola Run (1998). Su trabajo, reconocido por la recreación de la República de Weimar en la serie Babylon Berlin, vuelve a fusionar drama, crítica social y elementos musicales en su nuevo largometraje, ofreciendo un retrato de la vida contemporánea en Berlín.

Tilda Swinton recibe Oso de Oro honorífico © Ronny Hartmann

Uno de los momentos más destacados de la gala fue el reconocimiento a Tilda Swinton con el Oso de Oro honorífico. En su discurso, la actriz británica resaltó el cine como un espacio de independencia y resistencia frente a intentos de apropiación, en lo que pareció ser una alusión a la propuesta de Donald Trump de transformar Gaza en un destino turístico.

Presentación del jurado © Ronny Hartmann

El estadounidense Todd Haynes, referente del “Nuevo Cine Queer” y director de Far From Heaven (2002) y Carol (2015), preside el jurado de la Berlinale. En su intervención, expresó la creciente preocupación de su comunidad ante el posible regreso de Trump y enfatizó la urgencia de hacer cine como herramienta de expresión y resistencia en tiempos de incertidumbre.

Primera Berlinale de Tricia Tuttle como directora © Christoph Soeder

Esta edición también marca el debut de Tricia Tuttle como directora del festival. Aunque su intención es que la política no opaque el arte y la narrativa cinematográfica, considera que la Berlinale sigue siendo un espacio de resistencia. “El cine puede ofrecer una contranarrativa frente a las ideas que muchos partidos de ultraderecha están promoviendo en Europa y el mundo”, afirmó.