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Agenda Cultural

Rubén Mañas: La cerámica Moon Jar como expresión filosófica de la cultura coreana

Rubén Mañas. Cortesía

Rubén Mañas. Cortesía

La cerámica coreana tiene una estética peculiar y cada pieza es la suma de técnica, disciplina y perfección. Las medidas de cada objeto son matemáticamente calculadas y la delicadeza de trabajo, así como el diseño y los detalles, marcan la diferencia. Esto se debe a que Corea tiene una cultura muy arraigada e históricamente rica de trabajo en porcelana, cuya primera aparición se remonta al período de los Tres Reinos (57 a.C. – 668 d.C).

La tradición de crear algo perfectamente calculado, con precisión y dedicación, sigue vigente hasta hoy a través de grandes maestros que transmiten sus saberes de generación en generación. Una de las técnicas más destacadas de la cerámica coreana es la Moon Jar (jarrón de luna, por la semejanza de sus formas con la luna llena), cuyos comienzos datan de la dinastía Joseon (1392-1897). En aquel entonces la cerámica coreana dio un gran salto por la introducción del horno de alta temperatura, con gran longitud e inclinación, que permitió que la producción tuviera un mejor acabado.

Cerámica Moon Jar (Asian Art Museum)

Cerámica Moon Jar (Asian Art Museum)

La cerámica Baekja, de color blanco, representa los valores fundamentales de la filosofía coreana de la época, que son la elegancia, el autocontrol, la pureza y la humildad. Las piezas Moon Jar son un claro ejemplo de la búsqueda de estos valores. “Una pieza Moon Jar llama la atención por su pie estrecho que sostiene una esfera perfecta de gran tamaño y por su labio sutilmente acabado o, incluso, por sus diversas formas de terminación. La pieza cobra más valor cuando uno sabe que cada parte de ella tiene medidas específicas que siguen parámetros y pautas muy detallados. Además, su ejecución demanda un trabajo minucioso de torneado desde el inicio, nivel de precisión y dominio”, explica Rubén Mañas, reconocido ceramista español especializado en esta técnica que ha llegado a nuestro país para protagonizar la Noche de Cerámica Coreana, evento cultural que, con los auspicios de la Embajada de Corea, tendrá lugar en Hive Coworking.

Rubén Mañas en proceso y una de sus piezas concluidas. Cortesía

Rubén Mañas en proceso de trabajo y una de sus piezas. Cortesía

La cerámica guarda una relación significativa con la cultura coreana. Es un reflejo de su filosofía. La disciplina es un valor fundamental que se aplica en cada proceso. “El concepto de orden y respeto en la cerámica se ve también en cada rincón, en cada calle de Corea”, dice Mañas, quien visitó tres veces el país asiático con el único propósito de estudiar con el gran maestro de la cerámica Yoo Sung y llegar a “dominar la técnica Moon Jar”.

Cerámica Moon Jar (Asian Art Museum)

Cerámica Moon Jar (Asian Art Museum)

Un rasgo muy importante de la cerámica es su versatilidad. Según Rubén, la cerámica “permite trabajar y experimentar diferentes sensaciones, emociones y experiencias con diversas arcillas, esmaltes, materiales y herramientas, buscando diferentes resultados, y eso hace que sea un medio artístico en constante evolución”. La cerámica ha servido tradicionalmente como expresión cultural, ya que fue utilizada para preservar y trasmitir historias y tradiciones en diferentes culturas y civilizaciones.

La verdadera belleza de una pieza de cerámica no se encuentra en el exterior, sino en el interior. Muchos piensan que la forma visible es el resultado final y es lo que vale. Pero, en realidad, es lo contrario. Algunas piezas Moon Jar se ven inclinadas y no siempre son perfectamente simétricas; sin embargo, su interior es una esfera perfecta, manifestando así que no todo lo que se ve es el todo. La fuerza interior es la que prevalece. En el torno, la mano derecha funciona meramente como un sostén y la mano izquierda, que moldea la parte interior de cada pieza, es la que realmente da forma a la obra. Se podría decir que la cerámica es una representación de la vida humana. Un pedazo de arcilla toma fuerza desde el interior y luego cobra la forma exterior.

El artista

Rubén Mañas (Barcelona, 1988) es se ha especializado en torno alfarero y tiene vasta experiencia en la enseñanza. Se formó en la Escola de Ceràmica de la Bisbal (Cataluña) y en el Taller-Escola Ceramica Ramon Fort (Girona, España). Perfeccionó sus técnicas de porcelana bajo la guía del maestro Yoo Sung en Corea del Sur. Complementó su aprendizaje con ceramistas de renombre como José Mariscal, Eric Landon y Alberto Bustos, enfocándose en áreas como el perfeccionamiento de filamentos y texturas, así como en la técnica de raku con Chisato Kuroki.

Desde 2022, se desempeña como instructor en workshops de torno alfarero. Fue profesor en la Escuela de Cerámica Forma (Barcelona). Ha realizado exposiciones en diversos países y ha participado en importantes eventos, como en Falconeri Barcelona en 2022 y en el reconocido Mercantic de Sant Cugat (Barcelona) en 2023.

“Mi oficio como ceramista empieza en el año 2018, cuando me surge una oportunidad y decido hacer un cambio radical en mi vida profesional. Desde el primer momento sentí que debía trabajar con el torno alfarero y, hasta el día de hoy, sigo formándome y creciendo para conseguir nuevos objetivos en esta modalidad. Mi pasión por la alfarería aumentó cuando conocí la cerámica coreana en todas sus variantes, por eso, en 2023, decidí continuar mi formación en Corea del Sur”, explica el artista.

 

* Silvia Jung es licenciada en Administración Cultural y de Arte y asesora política y económica de la Embajada de Corea en Paraguay.

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