2022: Fortalezas y debilidades de la industria editorial en Paraguay

Alejandro Gatti: Panorama difícil y poco apoyo a la lectura

Alejandro Gatti es director de Intercontinental Editora, empresa fundada en 1987 cuyo fuerte son las publicaciones de contenido histórico y jurídico -las más vendidas-, pero también de ciencias sociales, historia y literatura. Este año la editorial publicó aproximadamente 60 libros, entre los cuales se destacan, según señala, La política de la conferencia de Paz del Chaco 1935-1939, de Leslie Rout, y La madre del presidente, de Maribel Barreto. Asimismo, lanzó recientemente Paraguay. Escrituras y representaciones del pasado, volumen que reúne varios ensayos, bajo la coordinación de la historiadora argentina Liliana M. Brezzo.

Alejandro Gatti, director de Intercontinental Editora. Cortesía

Conocido por el rigor en la selección de los materiales que publica, Gatti explica, a modo de balance del año, que “en 2022 tuvimos un leve aumento de ventas en ejemplares, no así en las ventas en guaraníes. Este año hemos sumado unos 20 autores nuevos a nuestro catálogo; los demás ya habían publicado con nosotros. Hemos participado de la Feria Internacional del Libro de Asunción con muy buenos resultados en cuanto a la participación del público y ventas. Además, estuvimos en la Libroferia de Asunción, en ferias en el interior del país -como la de Pilar-, y también en el exterior, en la feria de Formosa”.

Con respecto a la situación de la industria editorial en el Paraguay, señala que “el panorama está difícil. A los desafíos en la profesionalización nos estamos adaptando y actualizando, así como también en lo que respecta al mercado de lectores. Pero hay que destacar el poco apoyo a la lectura que nos dan las entidades y autoridades dedicadas a la cultura y la educación”.

Vidalia Sánchez: “El libro paraguayo goza de buena salud”

Fundada en 2007, Servilibro ha sido siempre considerada una de las casas más prolíficas del ámbito editorial. Sin embargo, este año ha visto disminuida su producción por motivos que su directora, Vidalia Sánchez, explica de este modo: “En 2022 publicamos 38 títulos. Bajó mucho el número con respecto a años anteriores porque las ventas disminuyeron y las cobranzas están difíciles, y eso incide en la producción editorial. Este año publicamos libros buenísimos, por ejemplo, el álbum a full color José Luis Ardissone: 50 años de teatro, o el libro sobre el aporte que hizo Marta Lafuente a la educación paraguaya, titulado La gestión Lafuente. Los límites para la transformación de la educación en el Paraguay, de José Miguel A. Verdecchia. Publicamos también novelas y volúmenes de cuentos y poesía. Presentamos muchos materiales buenos; lamentablemente todo está un poco frenado por los motivos que mencioné”.

La editorial se caracteriza por el amplio abanico temático que oferta desde un enclave urbano particular: la plaza Uruguaya. “Por nuestra ubicación estratégica tenemos que tener de todo un poco: historia, literatura, arte, gastronomía, cómic, literatura infantil y juvenil, etcétera. Tenemos una página web donde aparecen todas las publicaciones clasificadas por género”, dice, tras lo cual aclara que las obras que tienen más salida son las de literatura e historia: “Los libros de Augusto Roa Bastos son los más vendidos, como también los diccionarios de guaraní, Tembi’u Paraguay, y el ya clásico En busca del hueso perdido, de Helio Vera”.

Vidalia Sánchez, directora de Servilibro. Cortesía

Este año la editorial participó en varias ferias, siendo la más relevante, a su criterio, la Feria Internacional del Libro de Asunción, que se realizó en el Centro de Convenciones Mariscal (Villa Morra): “La FIL Asunción es la feria donde más vendemos por la cantidad de afluencia de público. Nos visitan aproximadamente 80.000 personas. Es el lugar donde mucha gente empieza a conocer los libros que existen, las novedades, aparte de los clásicos. Hubo varias ferias este año, como la Libroferia Encarnación, que estuvo muy buena y que, como tantas otras ferias, después de dos años o más de formato virtual, volvió a la presencialidad. Hubo una feria en la Embajada Argentina, en Asunción, organizada por una librería de Resistencia (Provincia del Chaco). También estuvimos en la Feria del Libro de Formosa, en Argentina”, señala.

Con respecto a la situación del libro, en general, considera que “el panorama editorial en Paraguay está bien en el sentido de que se publican buenas obras, de buen formato. Siempre digo que no tenemos nada que envidiar a los libros que vienen de afuera. Aquí hay tecnología de punta para hacer el ‘libro-objeto’ de muy buena calidad. También los escritores cada vez se esmeran más y nos presentan obras de muy buen contenido. Lo que nos falta en Paraguay son agentes literarios, y profesionales que hagan buena edición de los libros. Acá somos varias las editoriales que publicamos, pero una cosa es publicar y otra cosa es editar. Faltan también buenos correctores. O sea que, en realidad, en la parte de elaboración hay que mejorar muchas cosas. Yo diría que el libro paraguayo goza de buena salud, porque, a pesar del bajón de ventas y de publicaciones que hay, muchas son las editoriales que siguen publicando, menos quizás, pero siguen, y que ya tienen un gran respaldo en cuanto a su producción”.

Martín Romano García: “Vimos el mercado consumidor muy deprimido”

“Tiempo de Historia es una editorial dedicada a la difusión de investigaciones, obras de referencia y fuentes documentales relativas a la historia del Paraguay y la región que constituyan aportes significativos a la cultura, el intercambio de ideas y la producción intelectual sobre bases sólidas, lejos de preconceptos y partidarismos. Si bien su fuerte es la historia, trabaja igualmente títulos de antropología, etnografía, indigenismo, demografía y otras ciencias sociales. Se precia de tener sobre el tema, en su local al público, no solo sus ediciones sino todo lo publicado por otras editoriales locales e importa títulos del extranjero”, explica Martín Romano García, director de la editorial, junto a Andrea Tutté.

Fundada en 2007 y reconocida por su cuidadoso trabajo de edición, Tiempo de Historia ha dado a luz publicaciones documentales de envergadura, como Francia, obra en tres volúmenes aparecida en 2009 que tiene su origen en la labor del paleógrafo Doroteo Bareiro, quien identificó y transcribió todos los documentos inéditos relacionados con el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia conservados en el Archivo Nacional de Asunción. A ella siguió este año López Vol. I (1793-1843). Se trata del primer volumen de una colección de cinco, de la Colección Bareiro del Archivo Nacional de Asunción, considerada por Romano la principal publicación de la editorial en 2022. “Es la transcripción de todos los oficios emitidos por Carlos Antonio López obrantes en el Archivo”, explica.

Martín Romano y Andrea Tutte, directores de Tiempo de Historia. Cortesía

Con respecto a la participación en ferias, cuenta que este año la editorial solo estuvo en la Feria Internacional del Libro, en el Centro de Convenciones Mariscal. “Esta fue quizás su mejor versión, y tuvimos un gran público”, dice. Sin embargo, “a pesar del éxito puntual de esta feria, vimos el mercado consumidor muy deprimido”, agrega.

En relación con el panorama editorial en Paraguay, señala: “Tenemos mucha confianza en la aprobación (esperamos para estos días) de la ‘Ley del Libro’ que regulará ediciones, permitirá estadísticas requeridas por las entidades internacionales, profesionalizará la relación editorial-autor y permitirá canalizar fondos, a través de la Secretaría Nacional de Cultura, para la promoción de la lectura y la creación de bibliotecas”.

Cayetano Quattrocchi: Superar el abismo del analfabetismo funcional

Desde sus inicios, en 1991, Arandurã Editorial centró su interés en la literatura paraguaya contemporánea. Muchos recuerdan su primera publicación, Bandera sobre las tumbas, única obra que recoge hasta la fecha las cuatro novelas de Juan Bautista Rivarola Matto, un libro de más de 1.000 páginas y tapa dura. También se ha dedicado particularmente a la poesía, con ediciones bilingües castellano-guaraní en muchos casos.

Su director, Cayetano Quattrochi, cuenta que este año la casa editorial lanzó 47 obras. Asimismo, realizó un claro aporte a los narradores jóvenes promocionando la colección Nueva narrativa paraguaya en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. La colección está integrada por antologías de cuentos de Patricia Camp, Javier Viveros, José Pérez Reyes y Ricardo Loup.

Otro de los títulos importantes, cuenta, fue Aporías de la letra, de la investigadora argentina Carla Daniela Benisz, obra que ha significado una gran contribución al estudio de la literatura paraguaya, dado el particular enfoque que propone la autora en su análisis de la evolución histórica de la escritura en Paraguay.

Cayetano Quattrocchi, director de Arandurã Editorial. Cortesía

La editorial tuvo una activa participación en diferentes ferias a nivel internacional, entre ellas la FIL de Buenos Aires, la Feria de Corrientes y de Formosa, y la Feria Iberoamericana del Libro en Canadá. A nivel local, Arandurã participó de ferias en Pilar, Ciudad del Este, Curuguaty, y en la ya tradicional Libroferia Asunción, de la CAPEL, que este año se realizó en el Centro Paraguayo Japonés.

En cuanto al balance del año y las proyecciones para el siguiente, Quattrocchi señala: “El panorama para el 2023 es de un moderado optimismo, siempre que la inflación no se dispare, porque esto influye mucho en los precios (por el aumento constante que han tenido las materias primas durante todo el 2022),  lo cual afecta, en nuestro caso, a la producción de los libros nacionales”.

Con respecto a la situación general de la industria, sostiene que “los desafíos para el mundo editorial son grandes”, y entre los factores determinantes enumera “la ausencia de una Ley del Libro (todavía en el Parlamento) que aliente y promueva toda la cadena de valor de la industria editorial hasta la falta de un plan nacional de lectura, coherente y concertado entre todos los organismos encargados y que supere nuestro crónico déficit que nos tiene en el abismo del analfabetismo funcional”.