Sigue el ciclo de cine alemán “Juicios y desjuicios” en el ICPA

Este miércoles 31 de agosto continúa  Juicios y desjuicios, ciclo de cine alemán organizado por el Instituto Cultural Paraguayo-Alemán,  con entrada libre y gratuita. A las 19:00 horas se proyectará el filme Pecado (2015), de Gerd Schneider, en el centro cultural, ubicado en la calle Juan de Salazar 310 casi Artigas.

La cinta sigue los pasos de tres amigos sacerdotes que un día se ven envueltos por el escándalo que causa una denuncia de abuso sexual a un menor.

Jakob es un sacerdote que trabaja en una cárcel como ayuda espiritual para los presos. Tiene dos grandes amigos, Oliver y Domink, quienes también son sacerdotes católicos. Mientras el primero enfrenta grandes desafíos en busca de un ascenso, el segundo se ocupa de jóvenes provenientes de sectores sociales sensibles. Sin embargo, todo cambia cuando Dominik es acusado de abuso sexual de un menor y puesto en prisión preventiva. Mientras Jakob intenta comprender lo que ocurre para encontrar la verdad, su mundo comienza a derrumbarse, así como su sentido de pertenencia a la Iglesia.

Cuenta con la actuación de Sebastian Blomberg, Kai Schumann, Jan Messutat, Sandra Borgmann, Valerie Koch, Hartmut Becker, Anna Maria Bergold, Oskar Bökelmann y Anne Düe.

Juicios y desjuicios aborda temáticas relacionadas con la historia social y política de Alemania durante el siglo XX, poniendo foco en relatos en los que se entrecruzan delitos, emociones, juegos de poder y reflexiones acerca de la maldad que son capaces de cometer los seres humanos.

El ciclo inició el miércoles pasado con la presentación del filme Hannah Arendt (2012), de  Margarethe von Trotta, que recrea el seguimiento que hizo la  famosa filósofa Arendt del juicio de Adolf Eichmann, lo que la condujo a desarrollar su teoría de la “banalidad del mal”.

Para el miércoles 7 de septiembre, se prevé la función de Los asesinos están entre nosotros (1946), de Wolfgang Staudte. El argumento trata sobre Susanne Wallner, quien regresa del campo de concentración a su antiguo piso, que ahora está ocupado por el Dr. Mertens, un cirujano. Susanne y Mertens tienen que compartir el piso. Mientras tanto, Mertens se encuentra con Brückner, su antiguo capitán, al que creía muerto. Brückner, que ordenó el fusilamiento de más de 100 civiles durante la guerra, es ahora un exitoso empresario. Mertens decide que se haga justicia. Susanne consigue convencerle de que la retribución de esa culpa no es un asunto privado, sino que el criminal de guerra debe comparecer ante un tribunal.