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Agenda Cultural

El 2021 para el mundo editorial en Paraguay

Martín Romano García, presidente de la Cámara del Libro de Asunción-Paraguay (CLAP), resume aquí las características del año que termina para el sector editorial en Paraguay. 

Martín Romano García, presidente de la Cámara del Libro de Asunción-Paraguay (CLAP). Archivo

Martín Romano García, presidente de la Cámara del Libro de Asunción-Paraguay (CLAP). Archivo

“Sería difícil evaluar qué rubros fueron más golpeados por la crisis que acompañó la pandemia. Sin embargo, seguramente el sector editorial estuvo entre ellos. A nivel del público consumidor, posiblemente el libro sea un gasto relativamente prescindible o, al menos, postergable. Estimaciones aproximadas nos han dado un 70% de baja de ventas en el 2020, habiéndose recuperado algo en el 2021, año que, para muchos, cerró con un 30% a 50% por debajo de las ventas prepandemia.

“Se estructuraron nuevos esquemas de relacionamiento entre editores y autores, se compartieron gastos, se organizaron cooperativas de autores para publicación y, como en otros campos, la inventiva suplió rubros. Sin embargo, toda la cadena editorial-librería-lector sigue resentida a causa de los bajos niveles de ventas y la imposibilidad de las presentaciones presenciales, algo que roba el principal impulso a un título nuevo. No obstante, una conocida editorial asociada ha cerrado el año con la edición de 69 títulos nuevos y 12 reimpresiones, una excelente marca para el golpeado 2021.

“Aparte del público lector, el otro mercado para el negocio editorial es el de educación. En este caso, las compras de los colegios privados se mantuvieron, aun considerando la mínima presencialidad, pero las del sector público han casi desaparecido desde hace 4 ó 5 años, y esto solo se acentuó en el bienio 20/21. El sector público se ha volcado decididamente a la digitalización y, en materia de libros impresos, indispensables para las escuelas del interior, donde el paso a la digitalización es más arduo, ha optado por editar e imprimir sus propios libros. Esto ha tenido resultados de calidad variables, debido a la carencia de experiencia y esquemas de publicación profesionales, y no parece tener visos de cambio. Seguramente, se verá allí un desnivel en algún momento. Sin embargo, esperamos que la reciente adjudicación a una conocida editorial asociada de un contrato de largo alcance de software y contenido, instrumentable en los próximos dos años, mejore ese aspecto, y pueda potenciar una iniciativa tan importante. Será posible evaluar recién muy a largo plazo el efecto de cambios tan profundos.

“Como toda actividad compleja, la editorial se transforma a través del tiempo, pero posiblemente sea una de las de más rápida adaptación. Con algunos contenidos novísimos, y otros que no han cambiado desde la guerra de Troya, tecnológica y comercialmente, los avances son absorbidos rápidamente, y es un orgullo poder decir que nuestra cámara ha cerrado sin bajas el bienio.

“Pero cerremos este corto balance con dos noticias positivas. La primera es que después de años de preparación y consultas, la Secretaría Nacional de Cultura presentó el pasado 25 de noviembre, la Ley del Libro, una actualización de las leyes que regían el negocio editorial, consensuada entre las cámaras de editores, autores y libreros, con especial atención a los derechos de autor y obligaciones formales de edición. Y, por último, tenemos el gran gusto de invitar al público (después de dos años) a la Feria Internacional del Libro, que se realizará como siempre en el Centro de Convenciones Mariscal, del 27 de mayo al 8 de junio del 2022”.

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